Capítulo 16 Los peligros y la bruma

Elías y Casandra

Hay risas y comentarios, varias parejas se han formado esta noche.

La luna atraves de su luz une las parejas que están destinadas.

-Como estás tan seguro de que soy la compañera destinada- le digo algo desafiante a Elías que me mira fijamente y luego sonríe- porque déjame decirte que eso de la mordida no me parece nada extraordinario hasta un perro en la calle puede morderte.- le digo dando a entender mi punto de vista.

- existen varias formas pero todas son infalibles- me dice muy tranquilo mientras me mira de lado- ahora extiende tu mano derecha, por favor - él hace lo mismo que yo y también extiende su brazo nuestros dedos se rozan pero no mucho cuando una especie de rayas o líneas luminosas rojas se extiende de mi brazo y van viajando hasta llegar a mis dedos.De su brazo sale algo similar pero de color azul y nuevamente se extienden hasta llegar a la punta de sus dedos para luego subir haciendo cosquillas en mi brazo, no mismo le sucede a Elías.

Yo miro asombrada nunca me había pasado algo así antes con nadie.

-Puedo llamar a cualquier en esta fiesta o donde busques- me explica el rey alfa- y solo sucederá conmigo porque esa es una de las formas de reconocernos con nuestra pareja destinadas- dice mientras me mira fijamente- si no fueras mi compañera la mordida no habría dejado la marca real en tu costado. Cada familia tiene su propio diseño es único e irrepetible y nuestros hijos llevarán esa misma marca en su costado.

No digo nada porque intento procesar lo que acaba de decirme.

- entonces ...¿ es nuestro destino?- le pregunto.

- sí ...estamos destinados uno al otro- me dice muy tranquilo Elías- solo puedes ignorarlo cuando uno de los compañeros ha muerto entonces y solo así eres libre de volver y escoger libremente tu compañera o compañero.

Trago saliva y retrocedo un paso algo me dice que ya había visto esas rayas o luces en mi piel.

- ¿ esas marcas significan que estamos casados? - quiero saber.

- solo que eres mi compañera... o puedes verlo como un matrimonio que no se puede romper o ignorar.

- quiero tomarte y lo sabes pero solo lo haré cuando te sientas segura de todos modos, cuando te sientas convencida de lo que eres y lo que somos - me dice y por un momento cierra los ojos- no vayas a salir de este lugar por tu seguridad y la de todos...es lo único que voy a pedirte.

- ¿ y de quién se supone debo protegerme porque empiezo a creer que es tu manera de intentar controlarme?- lo miro desafiante y me acerco no me importa que sea más grande y más fuerte que yo ni que tenga que elevar mi cabeza para mantener nuestras miradas - no soy una damisela en apuros tampoco una niña asustadiza.- lo desafio nuevamente.

- lo sé pero antes que nada eres mi compañera y es mi deber protegerte hasta de mí mismo- me dice.

-Ya me estás cambiando de tema significa que no vas a decirme lo que intento saber.

- es mejor que vayas a tu habitación y te quedes por ahora allí.

Y simplemente se va y me deja sola y furiosa, cierro los ojos y aún puedo sentir su olor y casi puedo sentir sus brazos.

¡Maldita sea! Solo espero que eso de la bruma sea mentira porque ahora mismo estoy empezando a sentir calor y mucho.

Camino y le abanico con las manos el rostro, cuando finalmente estoy en la habitacion a solas estoy sudando.

Mi cara y mi cuerpo goteando agua y siento sed, apoyo mi cabeza en la puerta y un calor intenso me invade desde mi centro y aprieto mis piernas lo más juntas que puedo.

Las siguientes horas no son nada fáciles me pase casi una hora bajo el agua y no podía pensar en otra cosa que en mi compañero...digo en Elías.

En esos ojos, en esos labios carnosos pero no pienso buscarlo para nada. Doy vueltas en la cama pongo la almohada entre mis piernas pero siento que mis pesones están duros debería haber comprado un consolador.

Cerca del medio día alguien golpea con fuerza mi puerta yo acabo de bañarme por quinta vez solo tengo puesto unos pantalones cortos y una camiseta cuando voy a atender la puerta.

- ¿ssí?- pregunto la mujer frente a mí es una desconocida pero tiene un aire muy parecido a Elías.

- Soy la madre de Elias- dice muy molesta- y se supone que tú eres su compañera.

- es lo que él dice- digo cruzando los brazos no se que pretende este mujer pero no tengo ganas de lidiar con mi supuesta suegra- la verdad no tengo ni idea d eso es verdad o no.

Ella luce molesta y veo como niega la cabeza y trata de contener su enojo pero no sé a que viene todo esto de su visita.

-¿sabes dónde está él ahora?¿ siquiera te importa mi hijo?

- no lo he visto desde anoche - me digo y empiezo a limar mis uñas- él solo me dijo que no me moviera de este sitio.

- respóndeme- vuelve a decir molesta- ¿ acaso él te importa?

-no sé que pretende con ese tipo de preguntas.

-¿ sabes acaso lo que las brumas le ocasiona a los machos que no pueden concretar su unión?

- yo no soy una loba ni una licantropa para saberlo.

- entonces es tiempo de que entiendas tus obligaciones- me dice y luego me señala un camino para que la siga- solo espero que no seas una debilucha.

Vaya mujer atrevida dejo de limar mis uñas y la sigo por ese camino que lleva una escalera a un oscuro sótano.

-¿qué es todo esto? ¿ adónde me lleva?- siento curiosidad mientras escucho cadenas y golpes, que cada vez son más cercanos. Suena como un animal rabioso enjaulado.

- mira- dice y me señala una puerta abierta la observo y la mujer me hace una señal para que siga- él también es parte de tus obligaciones ahora.

Veo que es una especie de calabozo oscuro y sucio, una habitación bastante grande con un suelo frío y un enorme lobo encadenado.

Hay un lobo negro encadenado y rabioso en el fondo de ese calabozo.

Mi corazón corre asustado y tengo la boca abierta pero no se que decir.

- no entiendo qué es todo esto- le digo- ¿ quién es ese lobo y porqué está tan enojado?

- Es Elias- me dice y yo siento un nudo en el estómago- es tu compañero que prefiero encadenarse aquí para evitar lastimarte luego de tu rechazo.

- pero no lo entiendo- digo pero siento que mis lágrimas quieren salir.

- Elías sabe que lo rechazaste pero su lobo está bajo los efectos de la bruma ahora mismo ha enloquecido por tu cercanía.

- Cómo se supone que voy a ayudarlo- le digo pero los aullidos del lobo son cada vez más fuertes.

Pero cuando me doy vuelta ella me empuja y cierra el calabozo dejándome a solas con ese animal cuyos ojos están fijos en mí.

Puedo ver sus grandes dientes y simplemente estoy temblando de miedo. La bestia está encadenada pero cada vez que se sacude todo parece temblar.

-¡Elías! No vas a lastimarme¿verdad?- le vuelvo a preguntar y eso parece molestarlo más.