Capítulo 5 Falso prometido

Casandra

Mi madre solo se tranquilizó cuando me vio llegar con Víctor,mi guardaespaldas detrás de mis pies . Ya no tenía ganas de estar en ese lugar pero Patricia tenía un plan y era muy difícil hacerla cambiar de idea. Luego de unos par de horas y varias tiendas después regresamos a casa.

- Voy a prepararme - dije cuando baje del vehículo ni bien puede escapar a mi habitación y tener lago de privacidad para quitarme los zapatos y arrojarle a la cama por unos minutos.

En el centro comercial vi cientos de vestidos pero yo solo podía pensar en ese desconocido y en lo mucho que se parecía al extraño de mi sueño.

-va a faltar que sea gay- digo como consuelo no tengo nada contra esa orientación lo que sucede es que una como mujer pierde la posibilidad de acceder a esa mercadería de calidad y eso duele.

Dejo las bolsas en la cama y me voy directo al baño mientras me saco todo.

Uy estoy en la regadera pero no puedo dejar de pensar en ese desconocido. En ese cuerpo, esos brazos y en lo rico que se debe sentir tener sus manos en mi cuerpo no sé que me pasa con él o que pasa conmigo pero cada vez que pienso en él me pongo húmeda.

No soy de madera y en este momento me vendría muy bien un servicio de atención personalizada.

Mis dedos van a mi centro y empiezo a tocarme, cierro los ojos y me lo imagino a ese desconocido jugando con mi centro, mi otra mano va a mi pezón y comienzo a apretarlo estoy tan cerca. Cierro los ojos me dejo llevar por esta fantasía por el placer que me recorre y sacude mi cuerpo cuando estoy llegando al orgasmo que ese hombre me da.

Es una mentira pero aveces nos aferramos a las mentiras para no enloquecer. Como dice la canción una mentira vale más que una verdad que te amargue la vida.

Más tarde bajo para encontrarme con míos padres y veo que el estúpido de Kevin está con ellos.

Kevin es un socio de mi padre Héctor, el sujeto es un arrogante y engreído un personaje de baja calaña al que apenas soporto por respeto a mis padres, pero que para mi desgracia es bueno en los negocios pero no me agrada su manera de mirarme.

Es atractivo no voy a negarlo pero hay algo maligno en él que no puedo ignorar, algo que hace que apenas lo tolere cerca tiene algo así de cuarenta años la verdad no sé mucho sobre él solo sé que trabaja con mi padre y debo tratar con él de vez en cuando en especial para fiesta y eventos importantes.

Su mirada se fija en mí y sin ningún tipo de respeto o consideración me mira de pies a cabeza con deseo al que no correspondo para nada.

Dan ganas de vomitarle en su costoso traje negro o en sus costosos zapatos pero debo comportarme por el bien de mis padres.

- Casandra y yo deberíamos casarnos - propone Kevin con una copa en la mano- así aseguraríamos nuestras empresas y agrandaríamos la familia ¿qué dices, Héctor?-propone Kevin orgulloso y vanidoso como el americano arrogante que es.

Ese hombre se cree el sueño de todas las mujeres pero no el mío para su mala suerte.

- prefiero hacerme monja - le digo sin esconder mi desagrado ante su propuesta.

- recuerda que una unión en nuestras familias sería algo bastante beneficioso para ambos- y comienza su aburrido discurso sobre sus contactos - además soy el indicado para tratar con licántropos y esas cosas de los seres mágicos.

Licántropos.

Sé que Héctor lleva tiempo queriendo hacer tratos con ellos son un grupo cerrado y muy poderoso que maneja el Rosedal. Obviamente mi familia también pero trabajar en un bloque económico tan fuerte como ese, sería una gran ventaja ser parte de ese bloque. Por lo que sé mi familia actual es humana pero en mi mundo habitan seres mágicos : Vampiros,demonios, brujas ,licántropos y Mario.

Mario es una rareza ya que si bien desciende de una raza de vampiros nació con un mechón blanco y ciego.

Él no consume sangre humana pero ha tomado por esposa a una humana o media humana porque por lo que me han dicho es media demonio.

Mario, el poderoso Mario, como le dicen los que le temen pero nadie menciona cuál es su verdadero poder pero todos le temen a los vampiros.

Hay muchas cosas ciertas y muchas cosas ocultas para nosotros los humanos del mundo mágico.

Kevin dice poder manejarlos y siempre habla de extender nuestros negocios pero mi padre no está del todo seguro de sus intenciones o de sus contactos.

Mi madre sonríe pero puedo ver por su sonrisa que para ella Kevin tampoco es el candidato correcto y ella tampoco cree en sus intenciones.

Kevin es de piel blanca casi transparente de ojos color avellana y cabellos castaños oscuros perfectamente cortados. Todo en él es elegante y fríamente calculado siempre parece tener todo bajo control pero yo no le creo, es una extraña sensación cada vez que estoy cerca de Kevin. Algo que no puedo explicar y que definitivamente mis padres no van a ceer

- yo no soy como esos chiquillos con los que te metiste en el pasado y salieron huyendo yo sé como complacer a una mujer.

Aprieto los dientes y trato de no mirar a mi padre porque si las miradas matarán ya no estaría vivo .

Como fue capaz de contarle esas cosas a este engendro vaya que los hombres son tan chismosos como las mujeres por lo visto.

- debemos irnos ya es de mal gusto llegar tarde- dice mi madre que intenta cambiar el clima y controlar la situación.

Intento mantenerme relajada y tranquila mientras subimos a la limosina que nos está esperando.

Estoy bajando de la limosina cuando Kevin me jala del brazo y me dice al oído.

- deja de hacerte la difícil si sabes lo que realmente te conviene accederás a ser mi esposa por el bien de todos- antes que pueda responderle como quisiera repite mi maldita sentencia- recuerda lo que te pasó lo última vez que decidiste ignorarme o acaso quieres que vuelvan a secuestrarte.De seguro aún recuerdas lo feo que se pusieron las cosas en Milán.

Mi corazón corre agitado y temeroso pero no le doy el gusto de ser tan fácilmente.

Recuerdo ese maldito evento que me causa pesadillas por las noches otro de los tantos misterios que conforman mi vida. Hace dos años había ido de compras sola a Milan y fui secuestrada por tres hombres encapuchados a quienes nunca vi el rostro.

No sé cómo salí de ese lugar ni quién me rescató fueron los días más difíciles con las manos esposadas y una capucha en la cabeza. Ellos hablaban de un rescate pero nunca se concretó la llamada ni la cifra. Recuerdo que escuche golpes, cosas que se rompían , huesos rotos y gritos de dolor estaba aterrorizada pero no tenía forma de escapar de ese lugar.

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