Capítulo 3 Sin amor sin historia

Los siguientes días fueron muy extraños nadie pregunto por mí nadie me buscó nadie me había perdido con nueve años me vi obligada a tomar una nueva vida y una nueva familia.

Lo que una vez conocí como un hogar con padres amorosos, una hermana mayor y una casa sencilla en los suburbios quedó atrás ahora era la heredera de una prestigiosa familia cuyos negocios prosperaban en tierras extranjeras.

Patricia y Hector fueron padres amorosos, en especial mi nueva mamá que velaba en todo momento por mis necesidades.

Hace doce años que dejé mi tierra los proyectos y viajes durante estos años me habían mantenido lejos de mi país pero en unos días se celebraría un importante evento y no podíamos faltar eso nos trajo de vuelta a lo que yo recordaba como "Los rosales".

Las horas de vuelo fueron muchas.

- tranquila, llegaremos pronto- dijo mi madre mientras yo observaba desde la ventana de nuestro jet privado.

Solo afirmé con la cabeza. No estaba preocupada por regresar pero hay ciertas cosas que suelen suceder una vez y decimos casualidad cuando se vuelven a repetir ya es un patrón y yo soy del tipo de persona que repite sucesos extraños.

Voy a cumplir veintitrés años o eso creo, por lo menos es lo que dicen mis papeles desde que Patricia y Hector me han adoptado como su hija, yo pese a mi disgusto sigo siendo virgen. No es que no haya intentado tener pareja o intimidad con ellos pero por alguna extraña razón me solían sonreír de lejos y cuando comenzábamos a conocernos mejor salían huyendo con excusas extrañas.

- yo no quiero morir joven- dijo Charly una noche cuando intentamos llegar a la tercera base. Se levantó de la cama y salió huyendo despavorido luego de ver la marca en mi espalda.

En otra ocación.

- meterse con una mujer casada es muy peligroso- dijo otro con el que intenté tener sexo casual pero luego de un par de besos huyo como el anterior.

No sé que diablos les pasa a los hombres hasta he visto a mujeres que arrugan la nariz y se van sin decir nada y eso es desesperante.

Pero estoy a poco de comprar mi haren de consoladores.

Sobre mi familia anterior intentamos encontrarlos varias veces pero todas las búsquedas resultaban en lo mismo en casi trece años nadie me había buscado, no había señales de ellos ni en ese pueblo ni en los pueblos cercanos.

De más está decir que llevo una vida de lujos no hay nada en mí que no sea costoso o de diseñador mi madre es una mujer elegante y siempre ha insistido en que debo verme como la señorita de la familia Monrey. Aunque Patricia es arquitecta y Héctor es constructor prefieren invertir su tiempo y dinero en países extranjeros la mayor parte del tiempo.

"Elías, Elías."

No sé por qué pero ese nombre siempre está presente en mi cabeza. Hace un par de meses tuve un sueño bastante caliente con un hombre de cabello negro y ojos grises, un desconocido total.

Él era por muy lejos el hombre más atractivo que había visto nunca; sus cejas, sus labios finos, su mentón y ni que hablar de ese cuerpo sin camisa duro y firme lleno de tatuajes que daban ganas de explorar.

Yo estaba en mi cama cuando abrí los ojos y él estaba mirándome desde la ventana, no sentí miedo más bien deseo ,un segundo después sus dedos acariciaban mi cabello y mi rostro y muy lentamente pasaban por mis labios. Su mirada era intensa mientras sus dedos acariciaban mi mejilla. Yo estaba tan excitada y quieta dejando que el hiciera a su gusto parecía hipnotizada o idiotizada con sus ojos y esa manera de mirarme.Humedecí mis labios con la mi lengua y lo vi observando detenidamente mis respuestas.Yo me sentía nerviosa mi corazón parecía haber enloquecido por su cercanía , con su aroma tan masculino con su calor.Yo solo estaba sentada ahí dejándolo hacer su voluntad conmigo un calor intenso y una humedad indescriptible en mi centro me obligaba a respirar por la boca.

Sus ojos eran tan profundos y yo sentía que ya nos habíamos conocido antes pero no sé de dónde. Yo quería sentirlo más.

-¡ Casy ! Ya llegamos- dijo mi madre y me obligué a regresar a la realidad mientras sacudía un poco mi camisa y mi cabeza.

Vaya forma de despertar ¡gracias Mamá!

Elias

- es tiempo de que tomes una luna para la manada- dice mi madre - sabemos que no es tu compañera pero lo necesitamos.

- ya tengo una compañera- protesto molesto intentando no poner mis ojos en blanco y cerrar mis puños.

Ya conocí a mi compañera, ella lleva mi marca pero desde ese día que huyó de la cueva no he podido encontrarla. Puedo encontrar una auxiliar sexual pero cada vez es más difícil para mí mantener el control. Por eso solo nuestras compañeras pueden con nosotros. Sé que ella volverá pronto y las reglas de la manada no pueden obligarme a tomar otra compañera predestinada pero se acerca la fecha de apareamiento y al no tener a mi compañera cerca ninguna otra puede satisfacerme. Mi apetito sexual es tan fuerte que hace diez años cada vez que llegan estas fechas me encierran en un calabozo con cadenas de plata.

- Tenemos que presentarnos al baile de las confederaciones ¿ podrás con eso?- pregunta mi padre.

Y eso me enfurece más no estoy loco sé como comportarme. Ellos tienen la misma sospecha que yo sobre Debi y temen que yo haga una locura.

Deby es la esposa de un extraño señor, y digo extraño porque para ser vampiro no bebé sangre y para ser lobo no tiene raza pero es muy poderoso al igual que su magia.

Mario nació ciego y con un mechón blanco en el costado izquierdo de la cabeza posee poder y riquezas y todos le temen.Hace tiempo estuvo comprometido con otra joven pero ella murió sin dejar rastros su lugar lo tomó su hermana mayor Deby.

Hay algo en esa mujer que despierta poderosamente mi atención pero no sé que es. Su olor me parece familiar pero no es mi compañera.

Una noche me cole en su habitación para espiar la mientras se bañaba pero ella no tiene la marca de la mordida. Esta noticia alertó y preocupó a todos en la manada. No puedo negar que ella es hermosa pero es mi compañera de todas maneras cada vez que nos encontramos en algún evento puedo notar el deseo en sus ojos mi lobo sabe que no es ella.

Siento que debo encontrarla mis obligaciones y mi cordura están en juego.

- ¡Elías! - grita mi padre molesto al ver que no le estoy apretando atención- y si ella... Has pensado que tal vez no la has encontrado porque podría haber muerto.

- no lo está- de eso estoy muy seguro la vi en un sueño hace unos días pero no voy a decirle eso a mi padre ni lo que hicimos.

-no sé te ocurra faltar al baile y mucho menos volver a quedarte mirando a la señora de Mario como lo hiciste la última vez no quiero problemas con esa gente. Te lo advierto.

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