La chica suelta un grito llamando la atención de sus compañeras, el médico y los guardias que se encontraban ahí, sintió tanta vergüenza cuando vio la cara de todos, bajo la cabeza y se dio cuenta que uno de los heridos que pensaba muerto estaba vivo, estaba lleno de sangre, su cara estaba irreconocible y se quejaba adolorido, con temor se arrodillo para hablarle
-¿estás bien? – el hombre le hablo en un idioma que ella no entendió -help, help me please – y perdió el conocimiento- Emma comenzó a llamar al médico para que la ayudaran a llevarlo a una de las camillas.
Al cabo de un momento el hombre yacía en una de las camillas, el medico lo revisó y vio sus heridas, curando todas, luego le dijo a Emma que le hiciera el baño de cama, ella agarro la tina con agua tibia, el jabón y la toallita para limpiarlo, Patricia se ofreció ayudarla, ya que este hombre era de gran tamaño y musculoso, la enfermera comenzó a desvestirlo, mientras el permanecía inconsciente, probó la temperatura del agua, mojo el cabello y coloco el champú, enjuagó descubriendo que era rubio, al limpiar la cara, noto sus mejillas rosadas, y aquella expresión tan relajada, era blanco y hermoso, se preguntó en su mente- ¿Cómo un hombre tan simpático, puede estar en un lugar tan horrible como este?, retiró la camisa ensangrentada, tenía varias heridas en los costados, paso el pañito por aquellos pectorales tan bien formados, su abdomen se sentía fuerte, ahí tenía una herida más grande, corto el pantalón con una tijera y retiro la ropa interior, no pudo evitar sonrojarse, era la primera vez que veía un hombre con tan buena anatomía muscular.
Se apresuró a limpiar toda el área y le coloco una bata clínica , se retiró con la imagen de aquel cuerpo en su mente.
Antes de cerrar su guardia, busco la historia clínica de aquel paciente en particular, entonces supo que se llamaba Max Robinson, tenía treinta años y era de Norte América, Claudia se le acercó y le dijo
-ese es el “gringo” es la mano derecha del jefe de una de las bandas que se enfrentaron está tarde- Emma le pregunto interesada en la información
-¿y cómo es que esta en este lugar? ¿Qué hizo?
-lo atraparon cuando él y tres más robaron una gran suma en el Banco Nacional, al parecer habían robado varias joyerías, pero eso no se le ha demostrado, solo está aquí por lo del banco, según uno de los que estaban con él en el robo del banco, huyó, a otro lo mataron y solo él y su cómplice están aquí presos
Emma lo miro desde donde estaba, se veía tan inofensivo ¿Cómo pudo caer en malos pasos? Quizás estaba solo en este país ¿Qué pensarían sus padres?- su compañera Claudia la saco de sus pensamientos
-¿Qué? ¿Te gusta? No te culpo, está buenísimo, yo por ese papacito me dejo encarcelar- Emma se mostró molesta
-¿Qué dices Claudia? ¿Cómo puede gustarme un ser así? ¿Quién sabe a cuanta gente habrá matado? Mejor me voy, se me hace tarde y papa ya debe estar esperándome allá afuera, sabes cómo es de sobreprotector
-sí, anda, se puede preocupar si no te ve allá afuera y ya se habrá enterado de la revuelta de hoy- las amigas se despidieron con un beso en la mejilla
Emma pasó todos los puntos de control de aquella fría prisión, al salir consiguió a su padre esperándola en su viejo auto, al verla le hablo algo molesto, mientras le mostraba el reloj que llevaba en su muñeca
-¡mira la hora que es! Tu mama te ha llamado varias veces y no le contestas, está preocupada por lo que paso aquí en este lugar, tienes que pedir cambio para otro sitio esto no es lugar para una señorita como tú- ambos se montaron en el auto, la joven no dijo ninguna palabra en todo el camino, mientras pablo su padre no paraba de hablar y regañarla, ella solo pensaba en aquel reo, en el momento que lo lavaba y tocaba cada parte de su cuerpo, su rostro tan tierno para ser un antisocial.
Pablo Sánchez, padre de Emma un hombre demandante con ella por ser la primogénita, era taxista, su familia conformada por Asunción Pérez, mujer sumisa, casi un ángel, la única que soportaba sus malcriadez y mal humor y dos hijos Pablito de diez años de edad y Luisito de doce años, eran una familia que sobrevivía con el sueldo del padre que con esfuerzo logró pagar la universidad de su hija Emma, con la esperanza que algún día ayude a pagar los gastos de la casa.
Prisión San Pedro
Esa noche, Max tuvo mucha fiebre, el médico y el personal de guardia hacían lo posible por estabilizar sus signos, temblaba en su cama, los antibióticos parecían no estar haciendo efecto, la sala estaba fuertemente custodiada, por si algún enemigo se le ocurría aprovecharse de su estado para cobrar venganza.
El medico llamo a uno de los guardias, este se presentó y le dijo
-dígame doctor ¿pasa algo?
-este paciente está empeorando, será mejor que le informe a sus familiares
-doctor ese reo no tiene familiares, recuerde que no es de aquí
-entonces, mañana lo trasladaremos a un hospital, si es que amanece
- está bien, doctor informare al director, a ver qué piensa hacer con el “gringo”
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 110 Episodes
Comments