Todavía no podía creerme sobre esta fuerte noticia, llevé mi mano al vientre una vez más.
Después de saber la verdad de mi embarazo y efectivamente era una niña, tuve una pequeña crisis y colapsé de nuevo, lloré tanto que acabé desmayándome.
Gracias a la terquedad y persistencia de Keira, nadie más que ella me revisó, pero sí, Bastian me prohibió acercarme al escritorio y tocar un misero documento. Todo, órdenes estrictas de mi sobre protector marido, que incluso sabiendo que tuve esta pequeña crisis ni se dignó a venir a verme. Aunque solo se le informó que tenía estrés.
Si tan preocupado estas, da señales de vida y ven a verme al menos.
Me llevé las manos a la cabeza, suspirando, intentando mantener mi tensión a raya.
Pensándolo fríamente es mejor que no nos veamos, todavía no asimiló esto y no sé cómo podría siquiera decírselo, ya que incluso si no le digo, seguro acabará leyendo mis pensamientos.
Por el momento nadie más que Keira sabe sobre esta noticia, y quiero que siga siendo así un poco más hasta que haya pensado en una solución a sus posibles reacciones. Por lo que, con ayuda de mi guardián, implementamos un pequeño hechizo para ocultar al bebe y una barrera en mi mente.
Pero todo esto no duraría mucho, era algo temporal.
También Keira me advirtió que debía ser mucho más cuidadosa por lo menos los tres primeros meses, ya que tengo un embarazo de riesgo y podría perderlo y debía evitar hacer esfuerzos incensarios.
En esta vida hay que verle siempre el lado positivo a las cosas. Gracias a este incidente pude permitirme unas pequeñas vacaciones, en un pequeño territorio del reino del mar, Arcir. Por lo que ahora estaba en una espléndida mansión, disfrutando de los últimos rayos de sol, en una piscina con vistas al mar.
Por supuesto, no vine sola, me acompañaron una gran multitud de sirvientes y escoltas, entre ellos Keira y mi dama de compañía.
Bastian se tuvo que quedar, haciendo mi trabajo.
Recuerdo la mirada asesina que me echó cuando le informé. No pude evitar reírme al recordarlo, la verdad es que era un poco divertido sus expresiones de enfado.
—Sabes que no tienes que estar allí parada, ¿verdad?—le informé a mi guardián.
—soy tu escolta y debo hacer mi trabajo, sabes que estamos en otro territorio que no es el nuestro.—me explicó con mirada y tono serios.
¿Esta era la Keira que y conocía?
Parecía otra persona completamente diferente. Sé que solo estaba haciendo su trabajo, pero no me gustaba.
—Arcir y Veritas son aliados—la recordé.
—lo sé, ese psicópata que tienes de marido no te habría dejado venir si pensara que algo malo te podría pasar.
Empecé a reír, al ver la cara de espanto de mi dama de compañía, no era usual que alguien se atreviese a insultar Ethan.
Solo por esas palabras podrían cortarla la lengua o incluso matarla.
—supuse que ya se llevaban mejor.
—¿Cómo me va a caer bien alguien que me robó de ti?—se quejó ella.
Madre mía, ya se estaba pareciendo a Ethan.
—Él no te robó de mí, y si no recuerdo mal, tú eres quien casi no viene a verme, es como si te hubieras olvidado de mí—dije con tristeza.
La escuché suspirar a mi espalda. Después se acercó a mí y se sentó en una de las tumbonas a mi lado, tomó mi mano y me miró con culpa.
—lo siento, no era mi intención hacerte daño, pero me sentía tan avergonzada...
—¿avergonzada por qué?—quise saber.
—desde que todo esto pasó sentí que estaba a la altura de mi puesto.
—¿por qué dices eso?
—¿no es obvio? Te han sucedido tantas cosas terribles en tan poco tiempo y en ninguna de ellas he sido de ayuda, me sentí una completa inútil, no sabía como mirarte a los ojos, después de todo eso—se explicó mirando al suelo avergonzada.
—¿por eso te pusiste a entrenar a las órdenes de Eider?
Ella asintió, levantando su cabeza y mirándome, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—Quería hacerme más fuerte, para poder protegerte y te sientas orgullosa de mí.
Las lágrimas bajaron por sus mejillas, y yo las limpié con mi mano.
—¿por qué no me dijiste como te sentías?
—¿cómo podría? Has estado tan ocupada... tienes demasiadas cosas ya como para añadirte más.—dijo con pesar.
—sí que eres una tonta, por pensar algo así, para empezar nunca me sentí decepcionada o algo por el estilo, eres mi guardián, pero también mi familia, me cuidaste y estuviste a mi lado gran parte de mi vida, siempre te estaré agradecida, gracias a ti pude vivir una vida medianamente normal, así que no pienses más en algo así.
Después de decir todo eso, la abracé y ella me correspondió dejando salir su dolor, angustia y carga en esas lágrimas. La seguí abrazando con paciencia, dejándole que se desahogara.
Me sentí realmente terrible, por no saber cuan estaba sufriendo ella también, incluso si es mi guardián y debía protegerme, era mi responsabilidad, velar por ella también.
Cuando logré que se calmara me separé y la obsequié con una sonrisa y añadí.
—Así que él no te robó de mí y tengo amor para ambos.
—al menos me alegra saber que dejará de ser así, después de varios meses.—respondió con una sonrisa maliciosa.
Me tensé un poco, mirando a mi dama de compañía de reojo, esta seguía impasible, como si no hubiera escuchado nada.
—déjanos a solas—la ordené y ella asintió, haciendo una reverencia, dejándonos.
—¿Cuándo piensas decírselo?—quiso saber Keira.
—la verdad no lo sé, ¿y si reniega de ella?
—él no haría algo así.
—¿Cómo estás tan segura? Nuestra relación no empezó de la mejor manera que digamos.—la recordé suspirando.
—soy consciente de eso, pero también sé, aunque odie admitirlo, que ese idiota te ama.
—sé que lo hace, pero…
Ahora era ella quien me tomó de las manos mirándome a los ojos y añadió.
—¿No era ese el motivo principal de casarse? ¿Qué le dieras un hijo?
—tú misma lo has dicho, ellos querían un hijo, pero no es un hijo lo que estoy esperando.
—¿Así que tienes miedo que no lo acepte por qué es una hija? Además ya te dije que no lo sabía a ciencia cierta.
—claro que tengo miedo.
Keira me dio un pequeño golpe en la frente.
—ye, ¿Qué crees que haces?
—parece que la idiotez, se te está pegando de él.
—¿Por qué soy una idiota ahora?
—ese tonto está tan enamorado de ti, que estoy seguro de que sería capaz de destruir un reino entero si te pasara algo.—dijo sin más.
—¿Y cómo estás tan segura?
—¿digamos que lo vi?
—¡¿Qué?!—alarmada la miré sería.
—¿A qué te refieres con eso?
—A nada, olvídalo.—dijo desviando la mirada.
—¿Cómo qué lo olvidé? ¿Qué quisiste decir?—volví a insistir.
—te dije que lo olvides, ya deberías entrar, empieza a refrescar.
Se levantó, y de nuevo volvió a tomar esa aprecia distante conmigo.
Mi dama de compañía regresó con una bata, me levanté y me la puso y supe que Keira no iba a decir nada más.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 57 Episodes
Comments
Graciela Peralta
que 🙏 pasara ahora con el marido
2024-07-04
0
Yuidi Carabali
cada vez me encanta mas
2022-09-18
2
Nancy Vargas
mas capitulos por favor
2022-09-17
0