Al Mirar El Cielo, El Tiempo Es Perezoso

Al Mirar El Cielo, El Tiempo Es Perezoso

Prólogo

El primer indicio de la guerra era el sonido de la batalla que se escuchaba a lo lejos, disperso y poco nítido en el fondo. El segundo indicio de esta batalla eran los cientos de cadáveres que rodeaban un camino. Este camino estaba lleno de gotas de sangre que avanzaban lentamente sobre la grava blanca de una calle que antes había sido glamurosa y ahora no solo no conduce a lo que antes había sido un palacio, sino a la ruina.

Un paisaje se desvelo lentamente, personas y grandes bestias demoniacas en el fondo luchando, destellos de armas, luces de poder y sombras borrosas que huyen y después atacan. Los sonidos del hierro se esclarecen por momentos, pero al siguiente una bruma los desdibuja al igual que las siluetas.

De todas las figuras sobre este campo de batalla, un hombre camina lenta y lánguidamente por este camino de grava manchada de sangre. Su figura estaba ligeramente encorvada y vestia sencillas túnicas de negro, al acercarse uno puede distinguir claramente los contrastes. Su cabello corto y blanco caía despeinado sobre su rostro arrugado, sus ropas despedían un débil humo de color negro, tenía heridas, sangre y sudor por todas partes. Uno de sus brazos fue gravemente herido, si sobrevive, este brazo inevitablemente quedará lisiado.

Arrullada con su paso, una espada atada a su cintura emitia un tintineo.

Sangre chorreando y chorreando, el hedor a sudor y podredumbre con el sol se hizo más intenso, era como un llamado a comer para todas las aves carroñeros carroñeros la distancia, un banquete de sangre y muerte. El calor casi quemaba la piel y el sudor que escurria por la frente y las mejillas, hacia que sus ojos lloraran.

Este hombre al punto del colapso, demacrado, sucio y polvoriento era un sacerdote de una gran conglomeración, una institución poderosa sobre la faz de la tierra.

Un exorcista de nombre MuJin Shin.

Sobre este paisaje, a donde se dirigía su figura es a las ruinas de un antiguo sello. Este sello estaba protegido por un palacete de mármol grande y lujoso. En este mismo palacio había una ventana al otro mundo llamada "puerta al abismo".

Esta puerta era un gran marcó de mármol refinado, tallado con figuras de bestias míticas y de heroicos héroes, recubierta con una capa de luz brillante. A través de este manto brillante se puede observar una bruma de humo y un par de ojos brillantes como diamantes que se destellaban casi con luz propia.

Detrás de esta puerta, un ser maligno se escondía entre la polución y el polvo que revoloteaba, retenido solamente por una barrera de fina y delgada luz púrpura.

Al acercarse a este sello, inevitablemente se estaría frente a este marcó sagrado, siendo visto por esos ojos y la persona a la que le pertenecían.

—¿Cansado?—pregunta una voz. Su tono es bajo y burlesco como si disfrutara de la vista. MuJin no habla cuando llega, este ente detras de la barrera lo mira con unos ojos llenos de diversion y curiosidad.

Dentro de este gran palacio la única luz que debería verse era naturalmente la luz de las velas y el resplandor de la puerta, sin embargo, debido al ataque anterior con los demonios, una gran parte de la cúpula superior había colapsado. Había polvo y ruinas sobre la exuberancia de este palacio. El interior que antes era lujoso ahora se hallaba completamente destruido, todo claramente visible gracias al sol entrando por ese gran agujero que dejó la cúpula.

MuJin camino alrededor de los escombros hasta llegar al centro del palacio. Su figura entre estos altos pilares ya era pequeña, encorvada se hacía mucho más pequeña en comparación. Se inclinó suavemente justo dónde había un gran círculo pintado, esta pintura estába desgastada y habia un pedazo de techo que habría caído sobre ella, destruyendo una parte. Este gran círculo lleno de runas es precisamente el sello casi destruido por completo, agrietado y lleno de agujeros.

El mundo se derrumbaba a su alrededor, habia motas de polvo en todas partes que escurrian en finos hilos o flotaban. El temblor de la batalla afuera hacia que este palacio se derrumbara lentamente y se deteriore aún más rápido en comparación.

De rodillas, MuJin puso sus manos sobre el sello, temblando furiosamente como si pasara por el sufrimiento de un frío extremo. Enrealidad estaba transmitiendo energía a este sello. Esto fue poco efectivo, como mucho los contornos de este sello se iluminaron con una luz blanca y debil.

El demonio habló:

—¿No entiendes aún que el sello no sirve de nada?¿O es que te inclinas para pedir misericordia?

—No me estoy inclinando a ti, te estoy sellando –Dijo Mujin Shin. Sus palabras fueron dichas con extrema convicción en la voz de un viejo sabio, un poco ronca y un poco cansada. En el momento en el que dejo de hablar, la luz del sello incremento.¡Una energía poderosa comenzó a revolotear por todo el palacio ruinoso, apresurando así su destrucción!

Una pesada energía llenó el espacio y condenso el aire, el palacio comenzó a temblar, el sello emitió una luz tan brillante y cegadora tan similar al sol, pero en realidad era, era... ¡Un escudo de luz que rodeo el cuerpo de MuJin!

Como si no hubiera gravedad, los escombros flotaron al cielo, piedras y motas de polvo revoloteando como un remolino alrededor de este círculo, el palacio estaba desvaenciendose hacia el cielo en cientos de fragmentos, pero la puerta al abismo permaneció inamovible. El demonio detrás de la barrera comenzó a reír, su risa grave y estruendosa llamó la atención de muchos guerreros alrededor del palacio.

—¿Intentas repararlo?, ¡Olvidalo!, ¡Ni siquiera un milagro puede acompañarte ahora! ¡Rindete y tendré piedad!

Sacerdotes alrededor del lugar se dieron la vuelta, mirando la luz que se hacia más intensa como un rayo disparando al cielo, todos tenían una idea de lo que podría estar pasando.

El sacerdote mayor, un hombre delgado al punto de ser enfermizo y tan viejo que su ser era casi polvo se acercaba corriendo. Sus pies moviéndose tan rápido como solo un anciano podría, su voz cansada y sus labios moviéndose con desesperación. Sin embargo, su grito se opaco por el sonido del cielo rompiéndose.

Como el cristal estrellado, cayéndose a pedazos y desbordando detrás de una bruma oscura, dispersados tan rapido como el humo el cielo comenzó a fragmentarse. Sombras oscuras como fnatasmas bajaron y revolotearon por la tierra dirigiéndose al palacio.

—¡Nada de lo que hagas slavara nada!—el demonio aullo.

Al transmitir tanta energía al sello MuJin en el suelo se sintió extremadamente débil, poco lucido. En su mente no había nada más que una fe excesiva, pero en su cuerpo había un cansancio extremo. Abandonando su posición un momento uso su brazo herido y lo movió con mucho dolor para trazar con la sangre algunas líneas improvisadas para hacer un sello nuevo.

Debido al dolor no fue cuidadoso y por eso el nuevo sello estaba mal escrito y era demasiado pequeño en comparación al anterior. No tenía orden e incluso podría tener el efecto contrario, sin embargo, tenía una enfermiza fe en que funcionaria por dos razones:

1: Cualquiera podría dudar de su fe, menos el.

2: Iba a ofrecer su alma en sacrificio.

Rulan Van, Rey de los demonios del otro lado de la barrera obtuvo un resquicio de cordura para dilucidar lo que MuJin planeaba hacer. Poniéndose de pie camino hasta estar frente a frente con la barrera.Con ambas manos hechas puño comenzó a golpear frenéticamente.

—¡Nada de lo que hagas me va a impedir tomar esta tierra!

Esto no detuvo a MuJin. En cambio, se sentó en medio de estas líneas desiguales del nuevo sello y sacó su espada. El filo hizo un guiño a la luz cuando corto sus muñecas con mucha dificultad.

Rulan Van qué lo observó no podía creerlo, hoy, que finalmente casi rompió la barrera, iba a probar el amargo sabor de la derrota de nuevo.

Un trueno se escuchó en todo el campo, era el cielo rompiéndose, agrietandose cada vez más y anunciando el inicio del fin. Rulan Van se relajó por un momento, eran sus sombras fantasmas que comenzaron a entrar por estas grandes grietas en el cielo espiritual. Finalmente, estaba más cerca de tomar la tierra como su territorio.

—¡Detengan a MuJin Shin!—Ordenó. Su voz fue alta y clara, todas las sombras del cielo se precipitaron hacia MuJin mientras chillaban y jadeaban. Sus chillidos eran como lastimeros gritos de dolor, sus jadeos como el jadeo de un perro sediento.

La expresión de Rulan Van no mostró demasiado, miro fijamente al frente, al otro lado de la barrera a las sombras oscuras que bajaban del cielo para intentar detener a MuJin, estrellándose contra la luz del sello y disolviéndose en un mar de gritos y chillidos después.

—¡No lo hagas!—un grito que rompió en llanto y se transformó en sollozos. Era una dama que se apresuró a llegar, pero la energía era tan poderosa alrededor del palacio que la repelía—¡Es peligroso, detente!

—Maestro Shin, ¡Pensemos en otra opción!¡Hay otras opciones! —gritaba otra voz, esta era la de un joven que en una de sus manos sostenía un bulto ensangrentado cubierto de mantas y en la otra una espada, peleando una batalla a muerte con los demonios.

Pero MuJin Shin no escucho, sus oídos se volvieron sordos y mientras se concentraba sus ojos se volvieron ciegos. Sangre escurrió de todos los orificios de su rostro al recitar: —Ofrezco este cuerpo santo como ofrenda para reforzar este sello entre los mundos ¡Que la sagrada sangre no permita que los malvados pasen!¡Que mi cuerpo y mi alma puros sean tomados como sacrificio para reforzar este sello celestial!

La luz del sello se intensificó en medio de una explosión. La onda expansiva de poderes destruyo todo a su paso, el ejército de la sombra había sido reducido a nada y al mismo tiempo todo alrededor comenzó a desvanecerse.

El vasto campo fue casi destruido por completo y con su lugar relieves santos se levantaron como el nuevo sello, árboles y hierba fueron arrancados de tajo, el aire y la tierra, piedras revoloteando en un gran tornado y después estallando en una poderosa onda expansiva de densa energía.

Así, esta guerra que había durado días y años terminó finalmente. El ejército sombra se disolvió con la poderosa luz y por fortuna la ola de energía y la luz no eran mortales para los humanos.

Esta luz que se disparó al cielo oscureció el día y opaco al sol, durante pocos segundos fue visible, pero pasaría a la historia siendo conocida como la luz del "Sello de un milenio". De esta manera dejando otra vez sellado a un poderoso demonio se podría decir que sé salvo el mundo conocido de una destrucción inminente.

Este hecho, encerraría a los demonios en su mundo por lo menos los siguientes mil años, así mismo, el nombre del sacerdote MuJin Shin se transmitiría de generación en generación. De esta manera, por una vez, se había evitado la destrucción del mundo actual conocido.

Sin embargo, quien diría que exactamente treinta años después, en un lugar muy lejano Rulan Van sostenía entre sus manos una moneda de oro, jugando con ella.

Con sus ojos fríos como el hielo miró la figura que se desdibujaba en la sombra de la pared gracias a la débil luz de una lámpara de queroseno. Esta figura estaba recostada sobre una cama, delicadas sábanas de seda la recubrían, pero su contorno indicaba que se trataba de un cuerpo en reposo, o más bien, un cadáver.

Con una sonrisa este demonio malicioso arrojó la moneda y la atrapó, jugando con ella no pudo evitar que la emoción hablara por sí misma usando sus labios.

—Esa vez no iba a ser la última en la que nos viéramos, Ah-Jin...

Rulan lanzó esta moneda una vez más y al atraparla de nuevo, está figura que había estado recostada comenzó a mecerse suavemente. Una sonrisa se pintó en los labios de Rulan Van.

¡Esta persona estaba respirando!

Autor quiere decir algo: este de aquí es un experimento momentáneo, espero que no se sea demasiado cruel con las críticas. Lector por favor entienda que es mi primera vez escribiendo algo serio ¡Tenga paciencia y diviértase!♡

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