Día perfecto

Don Sebastián me avisó que saldríamos antes de las ocho. Iríamos a tomar desayuno a la estancia en dónde era la exposición. Le pregunté a María si unos jeans y zapatillas estaban bien? Y me dijo que no era problema.

En la noche pensaba en Martin y de que me estaría esperando. Me sentía triste, yo sabía que él se enojaría y que posiblemente nunca más lo vería, pero no quería sentirme obligada a nada y él me estaba presionando, él me gustaba y mucho, me sentí en las nubes con sus besos, y era cierto tenía dudas era así el amor?, pero no podía aceptar que fuera algo normal, lo que debería haber sido algo bonito y romántico, en mi corazón interior no lo sentí así. Me acordé de las palabras de Barbara. Tenían muchos enigmas sus frases...

--Estás lista ?

--Si señor, yo estoy un poquito nerviosa. Discúlpeme.

--Te arrepentiste y no quieres ir?

--No. Don Sebastián, realmente no sé porqué. Pero estoy nerviosa.

--Entonces vamos y que sea un buen día para ambos.

Era un auto muy bonito y moderno, y no conducía fuerte, en casa teníamos una camioneta viejita, pero nunca tuve interés en aprender a manejar, papá nunca manejaba fuerte y cuando anduve con Martin el autito se desacalabraba de lo rápido que lo corría.

Conversamos de muchas cosas, de mi familia y de mi futuro y de lo que me gustaría hacer. A su vez él me habló de sus padres y me dijo que su matrimonio había sido el peor error de su vida y que era nunca más se casaría.

--Una relación está basada en la confianza y en el respeto y cuando tú te comprometas debes seguir esas reglas y verás que tu relación no fracasará.

--Las mentiras Ayleen, lo destruyen todo...

Me quedé pensando en lo que me dijo y a pesar que Martin me pidió ser su novia, yo no me sentí emocionada, percibí algo raro en su petición. Esperaba estar equivocada.

Era un lugar precioso y había una fila para ingresar, pero Don Sebastián entró por otra lado. Y se estacionó afuera de una casona gigantesca. Me interesa explicó que ahí se hacían eventos.

--Vamos!!! Seguramente habrán muchas cosas ricas para desayunar.

Tenía toda la razón eran mesas llenas de puras cositas salada y dulces para servirse.

--Toma un plato Ayleen y sirvete todo lo que quieras.

Lo miré y no supe cómo decirle que no entendía nada. Pero de repente sonrió y me dijo-- ya entiendo... sígueme y te iré explicando.

Llené mi plato con cosas dulces, pastelitos, Kuchen, queques, galletas.

Por su parte Don Sebastián eligió salado.

Elegimos un lugar sombrío ya hacía mucho sol. Nos sentamos bajo un sauce a tomar café y comernos todo. Eso según yo

--No sé dónde meteras todo eso, pero come despacio y goza tu plato muchacha golosa.

Comenzaron con alto parlantes a anunciar que ya estaban arribando los caballos.

Ven vamos a ver cómo se comportan estos chicos, hay mucho caballos que les gustan que los admiren y otros que son muy vanidosos. La tarde se pasó volando entre los expositores y acrobacias a caballo el tiempo se hizo muy corto, realmente me había olvidado de todo y me había sumergido en el olor a pasto, el relincho de los caballos era volver a mi tierra, de alguna manera.

Don Sebastián me tomó del brazo y me invitó a saludar a sus padres, no quería ir. Vió renuencia en mis ojos.

--Ven Ayleen.

--Hola Mama y Papá. Hoy me acompaña Ayleen, se acuerdan de ella?

--Claro que sí. Hola Ayleen....Me saludaron ambos.

--Se quedarán a cenar?

--No lo sé. Quieres quedarte a cenar?

Me preguntó don Sebastián..y no supe que responder.

--Mama Ayleen es muy tímida y cree que no es correcto que tú la invites.

--Hija, tu hoy eres la invitada de mi hijo, y con Jean nos daría mucho gusto que nos acompañaras. Te animas?. Me tendrás que ayudar eso sí, si es que quieres..

--Por supuesto, soy una buena ayudante.

--Entonces dejemos que los hombres se queden despidiendo a los expositores y nosotras nos vamos a la casa. Me tomó del brazo y me hizo avanzar con ella. Miré a don Sebastián y el sólo se sonrió.

Aún no entendía nada. Pero la señora Angélica me explico que ese era su rancho y que todo lo que veía eran sus tierras. Quedé muda.

La casa estaba un poco lejos pero llegamos y ella me preguntó que quería comer?...

Le expliqué que cualquier cosa, que no fuera complicada.

Cocinamos una carne estofada, con ensalada. Mientras conversábamos de mis gustos y proyectos de vida. Ella a su vez me confío que se sentía muy feliz que su hijo se hubiera divorciado. También que lamentaba no haber tenido más hijos. Y al parecer ya no habrían nietos, ese dolor lo llevo muy dentro de mi hija.

Teníamos lista la mesa cuando llegaron los hombres.

--Nosotros cocinamos y ustedes lavan machitos.

Conversamos distintos cosas, me di cuenta que ellos trataron de hacerme sentir bien. Tratando temas que yo pudiera compartir con ellos. Eran gente amable y sencilla. La señora Angélica me regaló tres libros de una autora romántica. Morí de felicidad. Ella me abrazó con mucho cariño, y acarició mi pelo ,como lo hacía mamá 😣.

La despedida fue triste para mí, hacía tiempo que no lo pasaba tan bien y me sentía cómoda. Me invitaron ambos a volver. No podía entender como ser tan sencillos de aceptar en su casa a una sirvienta como yo.

Llegamos como a las diez a la Villa, reconozco que traté de no pensar en Martin.

Pero mañana sería un nuevo día.

Le agradecí el día maravilloso que había vivido.

--Don Sebastián es el mejor día desde que llegué a vivir a la ciudad. Sería injusta si me quejara. Todos en su casa me han tratado muy bien. Solo me queda agradecer por toda su bondad para conmigo. Por presentarme a sus padres y llevarme a su casa. Usted tiene unos lindos papás.

-- Fuiste el día de hoy la mejor compañía que podría desear.

--Ve a descansar muchachita que mañana será un nuevo día.

Lo miré sorprendida y me di cuenta que había dicho lo mismo que pensé. Tendría mucho que contar a mi familia.

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