capítulo 12- esa noche

En su habitación, la emperatriz buscaba entre los libros que tenía escondidos, estos hablan sobre la raza de los lobos celestiales, donde dice que sin importar que su pareja sea un humano o humana ellos heredan a su descendencia su poder, hasta el momento no había registro alguno de que uno naciera sin heredar esos rasgos, pero la emperatriz no esta conforme con esa información, pues su hijo no ha obtenido esos poderes y si se llegase a saber perdería el derecho al trono pues el emperador lo ha nombrado al creer que siendo su primogénito es mucho más fuerte que Sasha.

- maldita sea...

Los pasillos del palacio están en silencio, solo los guardias estaban parados en sus puestos custodiando el lugar, mientras que en cierta habitación el deseo entre dos jóvenes se hace presente.

Sintió el placer recorrer todo su cuerpo ante esa mordida y al regresar su vista hacía la chica, esta se relame los labios y posa su mano sobre el vientre.

- ahora eres solamente mío.

La albina serie ladina mientras que Sasha se sorprende ante sus palabras y se acomoda para mirar su vientre, ahí estaba esa marca roja, sabía perfectamente de que se trataba.

- t-tú...

- la verdad es que no me gusta compartir.

Alya se inclina pasando la lengua sobre la marca, causando que Sasha se estremezca por el cosquilleo que recorre su cuerpo, aprovechando eso, la albina baja más la prenda dejando al descubierto la dureza del segundo príncipe y ahora esta exc*tado es mucho más grande lo que era cuando le vio en el bosque, Sasha siente un escalofrío recorrer su cuerpo al sentirse envuelto por los labios de la princesa, la lengua se movía frotando toda la extensión a su alcance, no imaginó que ella fuese capaz de hacer algo así, pero deja salir un gruñido del solo pensar que otro pudo tener ese privilegio primero, pensando que lo ha hecho antes o no sabría como hacerlo, la sensación de los labios frotando de adelante hacía atrás aumentaba el placer hasta alcanzar su clímax, el líquido lleno la boca de Alya y esta solo se aparta relamiendo sus labios; Sasha no pudo contenerse más la jalo del brazo y la aventó en la cama acomodándose entre sus piernas, iniciando la invasión con un solo dedo, Alya se estremece aunque era un poco incómodo, después sintió otro dedo frotar el interior suave y cálido, mientras que Sasha se inclina para pasar su lengua sobre la intimidad chupando justo en ese pequeño botón que la hace estremecer, después la lengua ajena recorre su vientre su abdomen hasta llegar a sus s*n*s, era tan perfectos ante la vista de Sasha, blancos y suaves como dos deliciosos panecillos, Sasha atrapo uno entre sus labios chupando una y otras vez haciendo esto con cada uno, sus dedos se movían dentro de ese interior sintiendo la humedad que había ahí, sabía que Alya ya estaba lo suficientemente excit*da.

Sin esperarse más aparto los dedos y se acomodo, empujando su dureza en una sola estocada, Alya arqueo la espalda y dejo salir un quejido al sentir un dolor punzante, era como si case la partiera a la mitad, en verdad el lobo era grande.

- pero que...

Sasha noto la expresión de dolor de la chica así que miro entre las piernas notando un pequeño hilo rojo salir de ese zona.

- ¿e-res virgen?

- s-si...

- lo siento...yo creí que antes...ya habías estado con otro.

Sasha se inclinó y sostuvo el rostro de Alya besando con suavidad sus labios.

- no tienes que disculparte...continúa

- ¿estás segura? Podemos detenernos...

- continúa...

Ya habían llegado demasiado lejos como para detenerse. Sasha comenzó con un movimiento lento, se mantenía con el rostro cerca de la albina repartiendo besos en sus labios y ella los corresponde, poco a poco para Alya dejo de ser doloroso e incómodo y el placer empezó a sentirse en todo su cuerpo, Sasha se reincorpora para moverse con más brusquedad sosteniendo la cadera de la chica, la cual deja salir un gem*do en cada estocada, Sasha estaba extasiado al sentirse envuelto en ese apretado interior, frotarse dentro le daba el mayor, era una sensación nueva, si bien hubo placer con las otras mujeres que estuvo, nada se compara a lo que sentía en ese momento; se movió un poco más hasta derramar su semilla dentro y Alya alcanzó su propio clímax también. Sasha se apoya con las manos sobre el colchón quedando a la altura de la albina, ambos respiran agitados pero funden sus labios en un efusivo beso y que no será el último de la noche porque planean continuar.

La luz del sol le dio en la cara a Sasha y abrió los ojos, todo fue como si hubiese sido un sueño, pero no, sintió un cosquilleo en la barbilla y al bajar la vista, ahí estaba, era Alya quien dormía sobre su pecho; Sasha sonríe, pues no había sido un sueño todo lo de la noche anterior, esa chica paso con él una noche apasionada.

Por otro lado Dmitri envió a una doncella en busca de Alya pero Susan informó que ella no estaba, así que fue el mismo Dmitri quien se acerco a Susan para reclamar.

- eres su sirvienta ¿como no sabes donde esta mi prometida?

- lo siento alteza, ella salió muy temprano.

Aunque sabe que no paso la noche en la habitación, pero no dirá eso.

- que inútil eres, date por despedida, ni creas que seguirás trabajando para mi mujer.

- nisiquiera se concretado el compromiso ¿y ya es tu mujer?

Patrick se interpone entre Susan y Dmitri.

- lo es, así que no te metas, aunque seas el primo de mi mujer no eres nada.

- que ridículo eres. Alya Chevalier no pertenece a nadie, si ella te escucha decir que la consideras tuya, te va destruir.

- tonterías, cuando una mujer se casa se vuelve propiedad del esposo, ella le debe obediencia y devoción a su esposo.

Patrick no puede evitar reír, sus carcajadas resuenan por todo el pasillo.

- que buen chiste...se lo contaré a Aly

Patrick se aleja en compañía de Susan pero sigue riendo a carcajadas dejando a un Dmitri furioso. Pero habla con la verdad, una vez que se casen, Alya ya no saldrá sin permiso como lo hace ahora.

- cielos ese príncipe si que es intenso. Lamento el problema Lord Williams, pero no se a donde se fue mi lady.

- creo saber donde esta y estará bien, demasiado bien diría yo.

- ¿eh? ¿Sabe donde? Dígame.

- debe de estar degustando del segundo príncipe.

Susan se extraña por lo dicho, pero al entender su cara queda roja, no era posible que la princesa hiciera algo así, no, si, si sería capaz. En la habitación de Sasha, Alya estaba sobre el chico y pasa su mano sobre la marca que había dejado en el vientre, sonríe pues ahora nadie más que ella podrá tener al lobo negro en su cama.

- veo que esta satisfecha con lo que hizo.

- por supuesto...ahora serás solo mío.

- no me molesta, pero espero que este preparada...

Sasha desliza sus manos por las piernas de la chica y las lleva hasta la cintura, así que la jala un poco para que sus cuerpos se froten entre sí.

- soy un hombre muy activo.

- eso me gusta...no me importa donde estemos si es contigo, encantada de abrirte mis piernas.

- quien la escuchará princesa...

- solo tú...

Alya se inclina para que puedan besarse, siendo un beso intenso.

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