Capítulo 12: Recuerdos

Tal y como el vicepresidente lo dijo, así fue

fuimos a almorzar juntos, pero nos llevamos con nosotros el trabajo que teníamos pendiente

--Revisa estos documentos -ordeno deslizando por la mesa unos papeles llenos de información

--Claro - acepté tomando los documentos entre las manos

--¿Ves alguna anomalía? -cuestiono

--No realmente -conteste- Parece ser que todo está en orden

el vicepresidente sonrió

pero su sonrisa no era como la de siempre

esta vez pareciera que era una sonrisa de... ¿admiración?

--¿Por qué me mira así? -pregunté levantando una de mis cejas

--Porque me gusta ver a la perfecta secretaria que he formado

-¿Qué usted ha formado?

--Así es -se recargó en el respaldo de su silla y cruzo los brazos- Prácticamente yo hice a la increíble secretaria que eres hoy en día -sonrió de manera victoriosa- Aún recuerdo lo torpe, tonta e inútil que eras cuando empezaste a trabajar a mi lado

me quedé callada

dios...

la situación era tan frustrante para mí

mientras que los comentarios narcisistas del vicepresidente le elevaban el ego, a mi solo me incomodaban y me enfurecían

¿soy la mejor secretaria gracias a él?

claro que no

llegué a ser la mejor secretaria gracias a Mí esfuerzo y dedicación

todo era gracias a mí

no al vicepresidente

--¿Recuerdas como se te dificultó nuestra estancia en Japón?

yo asentí incómoda y triste ante la respuesta del vicepresidente

el viaje a Japón fue unos de los primeros viajes de negocios que hice junto al vicepresidente

mi estancia en ese país no fue muy buena que digamos

no sabía japonés y cuando los inversionistas con los que íbamos a trabajar me preguntaban algo me quedaba paralizada al escucharlos

las burlas e insultos por parte de los japoneses no tardaron

el vicepresidente, quien si sabía el idioma japonés al derecho y al revés, se dio cuenta de que los hombres con los que iba a trabajar me estaban insultando y ofendiendo

y eso, claramente no se iba a quedar así

...*Años atrás*...

Me seque las lágrimas y salí del cubículo del baño

esto era demasiado para mi

me sentía demasiado inútil por no saber japonés y por no poder responderle a los futuros socios del vicepresidente

me mire en los grandes y extensos espejos del baño y note que mi máscara para pestañas estaba corrida por alrededor de mis ojos

a parte de todo, mis ojos estaban hinchados y pequeños por tanto llorar

me dolía la cabeza por no haber dormido lo suficiente

había pasado los últimos tres días desvelandome intentando aprender japonés con un maldito libro que en lugar de ayudar sólo empeoraba la situación

saque una toallita húmeda de mi bolso y limpie mis ojos

aplique un poco de labial rojo sobre mis labios e inhale todo el aire que pude

no podía refugiarme siempre en el baño

tampoco podía dejar sólo al vicepresidente en aquel lugar

como su secretaria era mi deber permanecer a su lado

en cuanto salí del baño todos los invitados del lugar me miraron

el ambiente se había tornado silenciosos y lleno de incomodidad

¿qué sucedía?

¿por qué todos me miraban así?

los zapatos del vicepresidente se escucharon entre el silencio

él se acercó a mi y me sujeto del brazo con delicadeza

su rostro reflejaba enojo y su labio inferior estaba roto

era como si se hubiera metido en una pelea

--Vicepresidente...-toque su labio con mi dedo índice- ¿Qué le ocurrió?

--No hagas preguntas -pidió- Sólo vámonos

--Pero...¿ya cerró el trato con los inversionistas?

--No lo hice -confeso

--¿Por qué?

--Al final me di cuenta de que no valía la pena hacer tratos con ellos -mostró una sonrisa para tranquilizarme- Ahora vayamos al hotel a empacar, mañana mismo regresamos a Estados Unidos

...*En la actualidad*...

Él me defendió y me mintió al mismo tiempo

me defendió de los insultos y de todo lo que decían esos japoneses de mi

pero me mintió diciendo que no había cerrado negocios con ellos porque no valía la pena

--¿Por qué lo hizo? -pregunté de pronto

--¿De qué hablas?

--¿Por qué me defendió de los inversionistas japoneses esa noche?

--Porque nadie tiene el derecho a insultarte -dijo

--Aquel día...-suspire- ¿Usted golpeó a los inversionistas?, ¿por eso tenía el labio roto?

--¿Eso importa ahora?, ya pasaron muchos años desde aquel día, ya déjalo en el olvido

--Lo siento -me disculpe

--Terminemos de almorzar, tenemos que regresar a la empresa

--Seguro

hice a un lado los documentos que tenía sobre la mesa y comencé a comer la ensalada de frutas que había pedido

no podía comer nada más pesado ya que lo terminaría vomitando en cuestión de segundos

--¿Hablaste con algún doctor? -cuestiono

--¿Por qué debería hacerlo? -pregunté de regreso- ¿Acaso se siente mal vicepresidente?, ¿quiere que llamé al doctor Brown?

--No lo digo por mi -dijo- Lo digo por ti

hasta ese momento supe a lo que se refería el vicepresidente

él hablaba sobre el motivo por el que llegue tarde al trabajo esa misma mañana

--Vicepresidente...

tome una gran bocanada de aire y trate de relajarme

mi amigo Iván tenía razón, el vicepresidente tenía derecho a saber que fue conmigo con quien durmió esa noche

y también tenía derecho a saber sobre el embarazo y sobre el aborto

--¿Alguna vez ha pensado tener hijos?

--No realmente -confesó- Siempre he odiado a los niños, además, no quisiera gastar parte de mi fortuna en sus necesidades

--Oh -me rasque las sienes- Ya veo

--¿Por qué la pregunta?

--Bueno...Vicepresidente...yo....

repentinamente el celular del vicepresidente comenzó a sonar

alguien lo llamaba

--Dame cinco minutos -pidió

--Claro, aquí lo esperaré -mostré una sonrisa forzada

él se levantó de su lugar y salió del restaurante mientras contestaba la llamada

los minutos pasaron y por una de las ventanas que daban hacia el exterior, lograba ver al vicepresidente

aún seguía hablando por teléfono, y, por la expresión que tenía sobre su rostro, pude notar que estaba confundido

--Secretaria Moore -me llamó una vez que terminó su llamada- Me tengo que ir, es una emergencia

--¿Ocurrió algo importante en la empresa?

--No realmente, pero Aura me necesita -contó

--Entiendo -sonreí de nuevo- Maneje con cuidado

el vicepresidente no dijo nada más y salió a toda prisa hacia su auto

¿qué habrá pasado con Aura?

¿por qué mi jefe parecía estar tan confundido?

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