Capitulo 10: Dos días para el aborto

--¿Se... sentimientos? -pregunté con la voz temblorosa

--Si -afirmó- Quiero que, cada vez que te vea usando el collar, mis sentimientos de gratitud y cariño aparezcan

--¿Gratitud y cariño?

--Así es -reafirmó nuevamente- Cuando te veo lo único que puedo pensar es en la increíble secretaria que eres, así que no puedo estar más que agradecido por acompañarme tantos tiempo, además, hemos trabajado tantos años juntos que es lógico que haya generado cariño hacia ti, ¿no?, te quiero como a una hermana

apreté los labios ligeramente mientras rompía el contacto visual con el vicepresidente

--No puedo tomar su regalo -dije cerrando la caja con el collar aún dentro

--Pero...

--Será mejor que se vaya a su casa -lo interrumpí colocando de nuevo el regalo entre sus manos

--¿Enserio piensas rechazar algo tan fino y costoso? -me cuestiono

--Así es -sonreí

--Por favor aceptalo -insistió- Es mi forma de agradecerte por tu esfuerzo y dedicación. Se que no es fácil complacer mis necesidades y caprichos, sobre todo porque un ser tan perfecto como yo necesita recibir cosas igual de perfectas, pero...

--Era mi trabajo -intervine- No hay nada que agradecer, así que por favor, evite venir hasta mi casa y más si es para algo tan innecesario

suspire una vez más y luego me di media vuelta para regresar a mi departamento

algo dentro de mi me gritaba que me diera la vuelta y le dijera todo sobre lo que pasó aquella noche y el resultado de aquel momento

pero otra parte de mi estaba en contra, y sólo me decía que guardará silencio

decidí hacerle caso a la segunda parte

este asunto era solamente mío y de nadie más

cuando entre a mi departamento lo primero que hice fue recargarme en la puerta e irme deslizando poco a poco hasta que me trasero toco el suelo frío

las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos

¿cómo caí tan bajo?

¿cómo todo mi mundo se derrumbó?

¿por qué no me controle aquella noche?

entre mis sollozos logré escuchar el auto del vicepresidente el cual se alejaba a la distancia

me levanté del suelo con un salto y corrí hacia la ventana

efectivamente, el vicepresidente se había ido

suspire mientras colocaba mi mano derecha sobre el vidrio de la ventana

eso había sido extraño

el vicepresidente no es de los hombres que vayan personalmente con alguien para darle un regalo

y menos si ese regalo cuesta lo mismo que una casa

...*A la mañana siguiente*...

--¿Enserio aún piensas ir a trabajar? -pregunto mi amigo Iván mientras me miraba arreglarme el cabello

--Si -conteste

--¿Aún en tu estado?

--¿En qué estado? -lo mire confundida

--En gestación, ¿pues que más?

de inmediato Izan golpeó el costado de su amigo en señal de que guardará silencio

--Mira Iván -dije seriamente- Por si no lo notaste, estoy evitando hablar de este estúpido embarazo -me moleste- Así que te pido que hagas lo mismo...-me quedé pensativa- Y esto va para los dos, ¿me entendieron?

tanto el chico pelinegro como el chico castaño asistieron

--Después del aborto todos nos olvidaremos de esta cosa -apunte mi vientre cubierto por la falda de tubo que llevaba

--¿Sigue en pie lo del aborto? -pregunto Iván

--¿Tú que crees? -dije con ironía- Es más que obvio que no dejaré que este feto siga creciendo en mí

--¿No te da remordimiento?

--¿Y de que tendría que tener remordimiento?

--De acabar con la vida de tu bebé

--No me vengas con esas cosas -bufe- Es mi cuerpo y yo decido sobre el

--Pero...

--Iván -lo interrumpió Izan tocando el hombro del chico- Será mejor que ya dejes ese tema por hoy

--Al menos deberías decirle al vicepresidente -continuó hablando- Él debe saber del bebé y de tu decisión

--¿Desde cuando te cae bien el vicepresidente? -lo juzgue con la mirada- Siempre estas en su contra

mientras que Iván y yo discutíamos por algo que ya estaba decidido, Izan sólo pasaba la mirada de un lado hacia otro algo nervioso

--Adenas, ¿por que deberia decirle?, este asunto es mío. Ayer dure toda la madrugada buscando la mejor clínica y la mas segura para realizar abortos clandestinos, me tomo un tiempo encontrarla, pero lo logre. Ya hice el pago con mi tarjeta y me esperan dentro de dos días para sacarme al bebé

--No puedo creer lo despiadada que puedes llegar a ser -me criticó

--Y yo mo puedo creer lo desconsiderado que eres -contraataque- Mi vida, mi trabajo y todo lo que tengo está en riego por este absurdo embarazo

nunca había estado tan furiosa como en ese momento

la sangre me hervia tanto que incluso creo que llegó a su punto de ebullición

--¡¿Entonces por que no te cuidaste?! -grito casi en mi cara

--¡¿Crees que me embarace por gusto?!

--Chicos es suficiente - Izan trato de calmarnos

--Jodete Iván -exclame antes de tomar mi bolso de el escritorio y salir de el departamento azotando la puerta detrás de mi

las ganas de llorar volvieron a aparecer

pero no podía permitirme derramar ni una sola lágrima, pues arruinaria mi maquillaje y me tomo demasiado tiempo hacerlo

esa sensación de querer romper en llanto no era por tristeza, era por coraje

¿cómo uno de mis mejores amigos no me apoyaba en mi decisión?

me sentía realmente frustrada

¿por qué se meten en algo que no les incumbe?

¿en qué les afecta que aborte?

cuando llegue a la parada de autobuses, unos chicos de entre 20 y 25 años estaban esperando el mismo autobús que yo

con la pequeña diferencia de que ellos lo estaban esperando mientras se fumaban unos cigarrillos

cuando me di cuenta de eso me cubrí la nariz con la orilla de mi camisa

en lo personal no me molestaba el olor del cigarro

pero una embarazada no debe ni consumir ni oler tabaco

cuando caí en cuenta de lo que estaba haciendo aleje mi camisa de la nariz

¿por qué me importaba si olía o no tabaco estando en gestación?

realmente esa acción fue involuntaria

no la hice porque me importe la salud del bebé

eso es imposible.

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