Las Apariencias Engañan ( 3° Libro De La Saga Amores Que Matan)

Prólogo

Al entrar a mi lugar secreto, mi vista se conectó con la suya, como si toda la fuerza de atracción recayera en sus ojos, su hermosura parece de otro planeta, esté hombre me tiene a sus pies, perdidamente enamorada, es tanto el tiempo que llevo deseándolo, que ya ni recuerdo hace cuanto comenzó nuestro idilio, lo he hecho todo por el, hasta las cosas que creía sagradas las he dejado a un lado por su amor.

Nos fundimos en un beso extasiante, sus brazos abrazaron mi cuerpo con fuerza, y sus manos recorrieron mi piel con habilidad, dejándome al desnudo. Un jadeo de sorpresa sale de mis labios al sentir su aliento por mis muslos, con su lengua traza un camino directo a mi perdición, su boca es la causante de mis delirios, me tiene en un mar de pasiones indescriptibles, aferró mis dedos en su melena castaña acercando su rostro más a mi intimidad, el placer es tan fuerte que sería pecado, privarme de tan maravillosas sensaciones.

Él, es mi fascinación a puertas cerradas, mi perdición en secreto, pero mi fuerza a la luz. Me encantaría poder revelar nuestro amor, gritarlo a los cuatro vientos, sin pudor ni vergüenza.

Salgo de mis pensamientos cuándo siento sus frías manos en mis pechos, su mirada hipnotizante me derrite el alma, su sola presencia nula, mi juicio, sus besos sin duda son feroces y demandantes, dejándome deseosa de más.

Mis jadeos se convierten en gemidos cuando él entra en mí, no estoy en el cielo, sino en el mismísimo infierno por estar pecando de semejante manera.

Besa uno de mis senos con desesperación, arrancando de mi boca más gemidos de placer, una de sus manos está aferrada a mí nuca y la otra a mis caderas. La intensidad de su deseo, me derriba por completo, siento mis piernas tensadas, mi respiración se ha vuelto más acelerada, en un estruendoso grito, terminó llegando a la cumbre del placer.

Me despierto sudada, otra vez soñando con ese maldito recuerdo, ese idiota sigue presente en mis pesadillas, pero ya verá cuando regrese a Italia, me cobraré todas las que me hizo, no se me olvida que solo me uso para satisfacción propia, no lo mato por qué se desataría una guerra y no quisiera que mi familia pague por mis errores y calentura de juventud.

Soy la hija de dos magnates italianos, pero eso no es todo, también son los Jefes de la mafia italiana, con conexiones muy grandes, entre los cuales resaltan, los Yakuza, los árabes y la mafia rusa o mejor conocida como la mafia Roja, la mayoría de ellos son familia.

Eun- ji Hank Miller, ese es mi nombre, mi apariencia es inusual tengo mis rasgos asiáticos muy bien marcados, pero mi piel es bronceada del mismo todo que la de mi madre, mis raíces latinas las llevo bien definidas, no se dejan opacar por las asiáticas y eso me encanta, amo mi apariencia aunque en un momento la odie con todas mis fuerzas.

Tengo veinticinco años, me gradué de la preparatoria a los quince años gracias a mi nivel intelectual, mi IQ es impresionante, nadie excepto mi madre sabe qué tan inteligente soy, a los dieciséis años ingresé a la universidad de Harvard en Estados Unidos, El decano acepto mi admisión, debido a mis recomendaciones, mis calificaciones, y mi familia dio un gran donativo para que no se revelará mi procedencia familiar.

La carrera tiene una duración de cinco años, para obtener el título en medicina general, pero yo establecí un nuevo récord al graduarme en dos años, y apenas me gradué comencé a cursar la sub especialización que me tomo cinco largos años qué fueron maravillosos, amo mi carrera que es mi mayor pasión, aunque como toda persona, tengo un lado oscuro y guardo muchos secretos.

Mis planes eran regresar a mi país, Italia, mi amada Italia, apenas obtuviera el título, pero muchas clínicas de alto prestigio me ofrecieron ser parte de su equipo y yo pues encantada de la vida acepté, y así me quedé en América.

Hace un año estoy laborando, y mis experiencias han sido satisfactorias, mi estado civil, plenamente soltera, sí señores soy soltera, tengo mis aventuras, pero suelen ser muy pocas, mi trabajo es demandante, no puedo regalar mi tiempo, el día que llegue un hombre que me valore, por lo que soy, y no por mí fama y dinero, ese día me tomaré las cosas enserio.

En mi trabajo me conocen como la reina del hielo, es bien sabido que el sector salud en su mayoría son promiscuos dentro de su mismo ámbito de trabajo, me he ganado el odio de muchas y uno que otro ardido a tratado de llevarme a la cama a la fuerza, pero que creen, al otro día ya no los encuentran, por el momento no los han relacionado conmigo y eso me tranquiliza.

Mi agenda está abarrotada de trabajo, presiento que moriré por exceso de trabajo jajaja, pero amo mi profesión y dejando de lado mi vida personal, me dedico a ella en cuerpo y alma.