El peor dolor de mi vida.

Sabiendo lo que podría pasarme mi corazón late más fuerte, me desespero, me remueve con mucha más fuerza cuando veo la intención de la bestia, es un experto asesino puedo comprobarlo al ver su roja y aterradora mirada de demonio.

No pare de gritar un solo segundo, me movía con tanta fuerza que yo misma lastimaba mis muñecas, las mismas dolían y se van cortando pero es más el miedo que se apoderaba de cada centímetro de mi cuerpo con su sola cercanía, miedo a ese asesino, miedo a lo que me fuera hacer esa bestia.

Cuando llega lo suficiente cerca se sube sobre mi cuerpo sin llegar a poner todo su peso, acerca su rostro, me olfatea mientras yo siento el olor a muerte, ese olor a sangre que emana de su horrible boca.

Con pánico y desespero busco con mi mirada a Jeremy o Armando entonces la esperanza de que ellos me salven se desvanece cuando los veo a través del cristal de la casa, estaban en el suelo de la misma mientras yo me encontraba muy lejos de ellos, completamente inmóvil en el patio trasero.

Las dos únicas personas que me podían salvar estaban inconscientes, era extraño ellos no quedaban inconscientes con facilidad, algo les tuvieron que inyectar ambos son muy fuertes y expertos, nunca han quedado inconscientes en una batalla.

Dos reptiles los vigilaba y acompañaban mientras que los demás estaban a mi alrededor riendo, gritando y disfrutando de verme amarrada y derrotada.

Era la primera vez que me sentía tan cerca de mi muerte, nunca me habían dejado sin la posibilidad de defenderme, este grupo de reptilianos tuvo que planear este ataque muy bien.

Me sigo removiendo implementando toda mi fuerza, con mis largas garras de reptil intento cortar las ramas pero estas son muy gruesas y no alcanzaba a siquiera tocarlas.

-Hoy es tu fin, disfrutaré de matarte pero antes verás como te saco esta cosa asquerosa de tu vientre- dice señalando mi abultado abdomen.

Grito cuando lo escucho y observo como mueve sus manos.

Mueve sus manos utilizando su poder atrae de los árboles una rama corta y delgada que con ágil experiencia de manejar la naturaleza, en segundos la rama se vuelve una estaca.

Mis ojos se abren más de lo normal y mi corazón se acelera al punto de faltarme la respiración cuando sus intenciones se vuelven evidentes.

Su siniestra mirada se desvía hacia la casa -Córtales el cuello, acabaremos este trabajo mucho más rápido de lo esperado- grita ordenándoles a los dos hombres que cuidaban a Armando y Jeremy

Entonces cuando el miedo y la rabia me obligan a gritar -Nooo – desgarrándome la garganta; Veo sus dientes afilados y su malvada sonrisa para al mismo tiempo sentir la estaca atravesar todo mi abdomen.

Estando amarrada no dándome tiempo de nada solo siento la punzada y el dolor más desgarrador y triste que con rapidez altera todos mis sentidos.

En segundos la sangre comienza a brotar en gran cantidad, me sentía morir lentamente cuando siento mi bebe moverse por breves segundos asta que luego no lo siento más, grito de nuevo sintiendo mi corazón roto y una terrible tristeza, el miedo y el dolor me gobiernan.

-Mi… Mi bebé, no- mi voz se quiebra-¿por qué mi bebe?- digo hablando más conmigo misma y no con los demonios reptiles que en este momento se regocijan, ríen con felicidad al verme sufrir, sus burlas me molestan pero dejo de escuchar para solo sentir mi dolor y mi fuerte llanto.

El demonio reptil después de regocijarse y reír sin parar, suelta mis manos e inmediatamente yo con desespero las llevo a mi vientre, aprieto la herida intentando detener la sangre.

Las ramas se alejan de mi cuerpo, dejándome por completo libre pero con cada segundo me sentía débil y con el insistente dolor en mi abdomen era difícil incorporarme.

Viendo todo a mi alrededor, sabía que además de ellos ser una gran cantidad, tenían toda ventaja sobre mí pero yo tenía algo a mi favor, el odio que crecía al saber que estoy perdiendo a mi bebe.

Sentía que no tenía mucho que perder, solo debía actuar rápido lo difícil es controlarme pero al menos todos morirán.

-Ven- me ordena el malvado reptil- ahora ve como tu esposo y tu amigo mueren- dice con una sonrisa, al mismo tiempo me toma por los cabellos y arrastra llevándome a la mitad del amplio terreno.

Me levanta pegando más a su cuerpo gira mi cabeza con brusquedad para que viera como los reptiles levantan a Armando y a Jeremy, luego cada uno sacan una navaja y la llevan a sus gargantas, presionando solo un poco esperando la orden.

-Luego de sus muertes seguirás tú, disfrutaré verte sufrir- una risa malvada se escucha sobre mis oídos por su asquerosa cercanía- ya verás perra con ínfulas de reina me suplicaras que te asesine, tú nunca serás nuestra reina haré que desees nunca haber nacido- me dice frotando su cuerpo contra el mío, lo que me hizo sentir mucho más odio y asco.

Cierro mis ojos, con mi corazón latiendo fuerte y mis lágrimas rodando por mis mejillas; siento como mi garganta se desgarra cuando grito con todas mis fuerzas al mismo tiempo que de mi cuerpo brota la blanca y brillante luz que de inmediato deja sin ver a todos.

El mismo poder y luz comienza a expandirse, la gran esfera de energía cubre el amplio terreno.

Con rabia y determinación abro mis ojos para impulsar y llevar la energía asta un metro antes del cristal de la casa.

Respiro pesadamente y grito con dificultad porque me cuesta controlar tal poder pero haré lo necesario para evitar dañar a mi esposo y amigo.

Comienzo a disfrutando mi venganza cuando veo como todos los reptiles a mi alrededor se van quemando, veo su piel que poco a poco se va quemando y desintegrando, aunque lo esté disfrutando debía reducir la fuerza de mi energía o terminaría quemando muchos metros.

Los gritos de dolor y sufrimiento se hacen presente, los segundos pasan y uno a uno se va haciendo ceniza, giro mi cabeza para ver al demonio reptiliano que me había herido, sonrió en silencio pero con malicia disfrutando cuando lo veo sufrir con mucha intensidad.

Se hace el valiente cuando me mira dejando de gritar pero en su rostro solo se veo sufrimiento, dolor, poco a poco su piel se quema y muere.

Entonces cuando veo que todos mueren caigo de rodillas, la energía vuelve a mi cuerpo, todo el ruido y calor se esfuma.

Sintiéndome débil por usar toda mi fuerza, observo la gravedad de mi herida, seguía sangrando en demasiado moriré si no me atienden pronto.

Cuando siento movimiento observo hacia la casa los dos reptiles que estaban dentro seguían con vida, ambos se levantan al mismo tiempo que sacan vidrios que se avían clavado a su piel por el gran impacto de mi poder contra el ventanal; ambos hubieran podido morir pero fue gracias a qué Armando y Jeremy estuvieran allí, que tuve evitar que mi poder llegara asta ellos.

Observo con odio a los reptiles, ellos intentan correr pero justo ahora siento que mi venganza no termina, no les permitiré vivir.

Levantó mis brazos y por mis manos fluye ráfagas de viento en forma de látigos y con ellas traigo los cuerpos de ambos reptiles.

Sostenidolos con el látigo de viento teniéndolos cerca de mí en lo más alto, ambos gritan y se mueven intentando soltarse pero de este poder nadie escapa.

Sin perder un segundo más presionó sus cuellos reduciendo los látigos asta escuchar el ruido de sus gargantas al romperse, los suelto, ambos cuerpos caen al suelo.

Sin contar con fuerzas como puedo comienzo a caminar asta la casa apretando mi herida.

Caigo de rodillas golpeo de una sola y fuerte cachetada la cara de Armando, con mis pies golpeo a Jeremy; uno de los dos tenía que ayudarme, en medio de ambos cuerpos inconscientes les doy golpes y cachetadas asta comienzo a sentirme más débil, segundos después mi cuerpo no puede más y mi espalda choca con el suelo quedando al lado de ellos viendo que no se mueven ni un poco, estaba demasiado cansada de luchar, con cada segundo que pasaba me encontraba al borde de la muerte.

- Haaaa- grito por el dolor y la rabia que aún tenía, mi pobre bebe no sobrevivirá, ya no lo siento.

Es tan pequeño e inocente no fue su culpa tenerme como madre, por mi culpa sufrió antes de nacer, sufrió las consecuencias de mi deber, con esto me han arrebatado parte de mi alma, la parte más bonita que una mujer puede tener, quizás el era la única posibilidad que tuve de ser madre, entonces terminó por romperme y lloro con las pocas fuerza que me quedan ya no tengo nada más, lo intente todo y perdí.

Cuando mi esperanza se marchaba escucho cuando tosen, de a poco Armando empieza a despertar, cuando me ve a su lado, se incorpora de inmediato sus ojos se hacen grandes y cristalinos.

Me toma entre sus brazos estando más cerca de su cuerpo observo que en algunas partes tiene sangre proveniente de cortes seguramente por los vidrios, entonces a su espalda veo que Jeremy también despierta el sí se notaba peor, con muchas más profundas cortadas, un vidrio clavado en su pierna y comienza a toser fuerte para luego botar sangre de su boca, lo que significa que tiene hemorragia interna.

-Mi vida esto no puedo estar pasando, tu noo- grita un desesperado Armando.

Teniéndome es sus brazos me quejo en medio de mi mismo llanto, también intento hablar pero me costaba y todo a mi alrededor daba vueltas.

-Está muerto- le informo llorando cuando Armando acaricia mi vientre- no aguantaré, también moriré he perdido mucha sangre y toda mi energía se ha ido, has lo que puedas- trago fuerte- sácalo solo espero que ya no sea tarde para mí – comento y vuelvo a gritar sintiendo una fuerte puntada en mi abdomen.

-No, yo los salvaré, ninguno de los dos va a morir- dice limpiando mis lágrimas y acariciando mi mejilla pero sus tristes y oscuros ojos también lloraban sin parar.

-No puedes tan solo tenía 5 meses, no podrá salvarse- entonces mis palabras quedan en el aire cuando siento sus labios sobre los míos, callandome por completo y en segundos todo a mi alrededor se vuelve borroso y oscuro.

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