Capitulo 8

...* Emily*...

Han pasado tres meses y el dinero se va terminando, no logro encontrar trabajo pues los únicos papeles que tengo conmigo no son suficientes para hacer que alguien me contrate. La única forma que tengo para medio comer es de lavaplatos, ahí me dan un plato de comer.

Si se preguntan por las joyas fácil, solo me daban el dos porciento de lo que valen pues sin el registro de propiedad se vende como robado y te pagan lo que quieren y necesitando dinero lo aceptas.

Me quedo en un pequeño cuarto, dónde solo está una colchoneta en el piso, una pequeña lámpara y un par de cajas de cartón para poner mi ropa. No es mucho lo sé, pero para mí es suficiente y mucho mejor que vivir con Marcos.

Hoy espero poder ganar un poco más de dinero para poder pagar mi renta y no me saquen a la calle. La noche está muy movida y yo sigo y sigo lavando platos, una fila interminable de platos, cucharas, vasos etc. Mis manos arden y duelen mucho, pues no estoy acostumbrada a tanto cloro, de princesa a Cenicienta, por lo general es al revés.

La jornada de hoy fue pesada, muy pesada pero provechosa,muy feliz camino a mi cuartito con el dinero suficiente para pagar mi renta, cruzo la calle ya desierta y al pasar por un callejón obscuro unos hombres comienzan a seguirme.

Camino cada vez más rápido, veo que ya se van acercando más comienzo a correr, mi temor de hace realidad, pues cuando comienzo a correr ellos también lo hacen, uno de ellos me alcanza y me hace caer.

- Danos todo lo que traigas - dice el que me hizo caer

- No por favor, es lo único que tengo y lo necesito o me correrán de mi casa - suplico entre lágrimas

- Cállate!!! Ahora dame tu dinero - y al ver que me niego me da una bofetada, los otros hombres llegan.

- Si eres muy linda, que te parece si también nos compartes de tu calor eeee que dices?- dice uno

Yo tiemblo de miedo y niego con l al cabeza, deseando que todo esto sea una pesadilla. Pero como siempre me equivoqué.

Dos de ellos me toman fuerte de los brazos, uno de cada lado, y el que hablo al principio me abre las piernas, yo comienzo a patalear e intento zafar me, en un momento no se cómo pero le doy una patada en sus genitales y el se dobla de dolor.

- Maldita perra, lo iba a hacer amablemente pero ahora, desearas no haberme pateado - Los que me tenían de los hombros me sueltan dejándome caer

Entre los tres comienzan a golpearme y yo me vuelvo a hacer ovillo, cerrandi mis ojos esperando a que termine. No sé en qué momento me quedé inconsciente, al despertar me sorprende el dolor en todo mi cuerpo, un dolor que no sentía desde que deje a Marcos.

Poco a poco los recuerdos me comienzan a invadir, el olor nauseabundo de esos hombres, la humedad del suelo, el miedo entre otras cosas. Abro mis ojos y veo una habitación grande, muy blanca al parecer de una clínica y cuando comienzo a acostumbrarme al resplandeciente blanco escucho una voz que me paraliza.