Capítulo 8

...Carlos Rivera ...

Mi hija sigue con el parásito ese que solo desea su dinero, algo que hasta mis guardaespaldas notan a kilómetros y lo sé porque les he pedido opinión y todos coincidimos en lo mismo, NO LE CONVIENE.

Ahora bien, gran sorpresa fue la mía al enterarme que mi hija iba al registro civil para poder casarse en días con el idiota que tiene de novio. Pero mayor mi sorpresa fue al enterarme que ella según los registros estaba casada con alguien más hace tres meses. Ordené a uno de sus guardaespaldas que entrara a todo sitio donde ella fuera prevenir cualquier atentado y que si pasaba algo importante me lo informara de inmediato.

Mi hija salió del registro civil súper alterada y se fue inmediatamente a casa donde apenas puso un pie fuera de la camioneta blindada, que exigi use como transporte, y se desmayó.

Un médico vino a verla pero determinó que todo fue culpa de una gran impresión.

Mientras mI esposa hablaba con el doctor, yo me alejé para llamar a mi investigador

📱Señor Rivera ¿A qué debo el honor?- dijo desde el otro lado, en el pasado le pedí investigar varios empleados

📱Fausto necesito que investigues a alguien urgente, necesito su ubicación real, te envío los datos del hombre

📱Bien, espero los documentos

Cortamos la llamada y yo le mandé fotos de los papeles inmediatamente. No había tiempo que perder y necesitaba ya mismo que me dijera quien era ese hombre con quién ahora resulta estar casada.

Volví a la habitación cuando mi hija despertó. Mi mujer y yo no íbamos a presionarla, no queríamos que se desmayara otra vez. Así no estuviéramos precisamente felices por su proceder, ésto era serio, demasiado serio. No me cabía duda de que ésto fue obra de alguien que no hizo más que ayudarme a fin de cuentas.

-Creo que merecen una explicación, estoy casada pero no sé cómo ocurrió

-Explicanos

-Fui con la intención de casarme con Matías y me dijeron que la bigamia es delito. Estoy casada con no se quién hace tres meses pero yo no lo conozco, ni se el nombre de mi supuesto esposo. Me piden encontrarlo y junto con él dirigirnos al juez para poder aclarar éste malentendido.

-Lo solucionaremos- dijimos mi esposa y yo

-Crei que se molestarían conmigo

-Mas que molestos estamos decepcionados, creí que confiabas en nosotros y seguro ni me invitabas a la boda- dijo con dolor mi esposa y salió del cuarto

-Ya sé le pasará pronto, no te preocupes- la tranquilicé

-Papá necesito el número del investigador que tú llamas así resuelvo ésto

-Por supuesto, él es el mejor

Le di el número a mi hija pero antes de que ella pudiera comunicarse le mandé un mensaje a él para que le diera pocos datos. Yo necesitaba saber hasta lo que pedía para desayunar mientras que mi hija poco debía de saber.

Una gran idea se formó en mi mente si es que su esposo valía la pena, pero por el momento necesitaba hallarlo para así poder tomar la mejor decisión. Tal vez estar casados un tiempo sería más que suficiente para alejar al abogado ese que quiere tener en sus manos nuestra fortuna sin valer un solo céntimo.

Dos días después recibí un mensaje de Fausto con la dirección del supuesto esposo de mi hija pero él estaba de viaje de trabajo. Ya había gente siguiendo su rastro y lo encontraríamos. Mientras tanto mi hija visitaba su dirección frecuentemente pero no había señales de él.