Capitulo 9

De verdad que no había pensado en eso, no le había contado a él lo del divorcio y supongo que algo sospecha por esa invitación.

Gabriela: me estoy divorciando

Antonio: eso quiere decir que tengo una posibilidad de que seas mía nuevamente

Cuando dijo eso casi me ahogo ya que estaba tomando un jugo

Gabriela: creo que te equivocas yo solo te veo como un amigo

Antonio: y a tus amigos los besas como me besaste el otro día?

Gabriela: eso fue un error, una tontería, ya ni me acordaba de eso

Antonio: cómo vas con el proceso de divorcio?  Tienes abogado que te represente?

Gabriela: si,  te acuerdas de Nathaly?  Aun seguimos siendo amigas y me ella me está ayudando con todo el trámite

Antonio: me alegro, ¿como quedaron con la custodia del niño?

Gabriela: pareces policía con tantas preguntas

Antonio: me gusta saber donde estoy pisando

Gabriela: tengo la custodia completa de Fer, renunció a la casa y a todos los bienes materiales a cambio de no darme manutención

Antonio: es un desgraciado, en otras palabras renunció al niño para no darte dinero, es un poco hombre, pero y tu como te sientes? se te ve tranquila para haber terminado un matrimonio de tantos años

Gabriela: al principio me dolió muchísimo, pero poco a poco las heridas van sanando y estábamos algo distanciados.

En ese momento el cambio el tema comenzó a hablar del evento de la noche y lo mucho que le gustaría que lo acompañara, pasaron unos minutos y salimos de la cafetería, yo siempre trataba de irme primero para evitar otro beso, pero hoy el me tomo  de la mano y me llevo hasta el auto, se colocó frente a mí y acarició mi mejilla lentamente para después darme un beso muy dulce, como si con eso quisiera decirme un montón de cosas.

Luego me beso la frente y me abrió la puerta del auto para que yo entrara, lo hice, me despedí y me fui con una sonrisa de enamorada en los labios.

Le escribí a Nathaly y luego de un rato me contestó que podía dejar a Fer en su casa,  que no había problema.

Le envié un mensaje diciéndole a Antonio que todo estaba bien, que podía salir con él en la noche, el me pidió nuevamente la dirección y se la envié.

Como a las 5 de la tarde ya había buscado a Fer y estaba en casa cuando tocaron la puerta y era un estilista con su asistente, así como un mensajero con varios vestidos.

Saque cada uno de los vestidos y con ayuda del estilista escogí uno de color plateado, con un escote de infarto en la espalda y que me quedaba como si lo hubieran diseñado exclusivamente para mí.

El estilista me maquilló y peinó, dejándome casi irreconocible.  A las 7 llego Antonio en la limosina, salí con fer, lo dejamos donde Nathaly y nos dirigimos al evento.

Cuando salimos del auto todos los periodistas querían tomarnos fotografías y lo llamaban para entrevistarlo, no sabía que era tan importante nunca se me ocurrió buscar su información en la web. Sus escoltas nos hicieron paso para que entráramos al evento.

Ya adentro conocí a muchas personas, después de un rato sirvieron la cena, bailamos un rato, la velada fue encantadora. Aunque hay un detalle que me hizo ruido, ya que tuve que ir al baño y un desconocido me saludó como si me conociera.

Desconocido: hola Laura, no sabías que estabas en el país.

Gabriela: disculpa, pero mi nombre es Gabriela no Laura.

Desconocido: pero tú no estás con Antonio? Entonces tienes que ser Laura.

Si algo he aprendido en la vida es que no se debe discutir con borrachos, así que lo dejé donde estaba y me fui al lugar donde me esperaba Antonio.

Gabriela: sabes? Me encontré con un desconocido cuando venia para acá y me llamo Laura

Antonio: debe ser que te confundió con alguien, aunque es extraño porque eres demasiado hermosa.

Gabriela: es que me dijo que si estaba con Antonio debía ser Laura

Antonio no me miró, solo dijo: sabes cómo son las personas cuando se toman dos copas tienden a confundir a la gente, que te parece si nos vamos? Te veo algo cansada.

De verdad que si, los tacones me estaban matando porque hacía mucho tiempo que no usaba tacones tan altos durante tanto tiempo y le dije que sí, que estaba de acuerdo. Nos montamos en la limosina, me recosté de él y no supe en qué momento me dormí.

De pronto siento un montón de besos en mi rostro y era Antonio despertándome, creo que me dormí profundamente porque cuando desperté estaba en una habitación que no conocía.

Antonio: me tome la libertad de traerte a mi casa, quería que pasáramos un rato a solas, pero si no quieres te puedo llevar a tu casa.

Terminando de decir esto me empezó a besar apasionadamente, así quisiera decir algo no hubiera podido ya que cada beso demostraba una pasión superior, a la cual yo respondí y sentí como sus manos acariciaban todo mi cuerpo.

Me quitó el vestido y yo fui desabotonando su camisa, cuando fui a abrir su pantalón me dijo:

Antonio: estas completamente segura de esto? Aun puedes decir que no

Gabriela: te deseo y no quisiera otra cosa en este momento

Eso fue como liberar a la bestia que había en el, me comenzó a besar el cuello, mientras me acariciaba los s3nos de forma salvaje y luego beso cada uno con desesperación, logrando sacar todos esos gemidos que por meses tenía guardados dentro de mí.

Luego me empezó a besar en mi parte más intima y allí sentí como el orgasmo invadía todo mi ser, me sentía liberada, me sentía amada, para después ubicarse entre mis piernas y mientras me besaba se adentraba en mi intensamente, una y otra y otra vez haciendo que mis gemidos se convirtieran en gritos de placer que culminaron con otro orgasmo que compartimos los dos.

Esa noche hicimos el amor varias veces y cada una fue más intensa que la otra, hasta que quedamos agotados y nos quedamos dormidos.

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