Capítulo 8

Narra Gabriela

Al día siguiente me levante un poco más temprano ya que tengo que arreglarme y arreglar las cosas de Fer,  ya que hoy inicia en la guardería.

Es importante mencionar que mi humor es el mejor, hoy estoy como contenta, así que prepare todo y salí de casa.

Fer estaba feliz porque podía jugar con otros niños y entró rápidamente, mientras yo era la que sentía que mi corazón se encogía mientras lo veía alejarse, me imagino que se notaba mucho porque una de las otras mamás me dijo que todo iba a estar bien, que allí cuidaban muy bien  a los pequeños.

Le agradecí el comentario y me fui a mi cita con Antonio, de verdad lo debería tomar como cita?  O es solo un desayuno entre amigos? Ya mi mente y mi corazón comenzaron a tener opiniones diferentes y eso no es bueno.

Llegué a la cafetería y el ya estaba allí, tan guapo como siempre, nada fuera de lugar, se veía tan hermoso con esa actitud de confianza que conservaba siempre, el estaba respondiendo algo en el teléfono porque no me vio llegar.

Me acerque a la mesa donde estaba y lo saludé, le di un beso en el cachete y olía delicioso, tan varonil.

Antonio: hola hermosa no te vi llegar,  estaba ocupado con el celular

Gabriela: no te preocupes, me di cuenta

Antonio: como esta tu agenda hoy?  Me gustaría que desayunáramos juntos sin que tengas que salir corriendo -  en ese momento sonrió de una manera que así tuviera algo importantísimo que hacer lo hubiera cancelado al instante.

Gabriela: no hoy soy toda tuya -  ups, de donde salió eso,  como se me ocurre decirle tal cosa

Antonio sonrió y me dijo: no me lo digas dos veces porque tengo mucha hambre y no es precisamente de comida

Me sonroje y cambie el tema

Gabriela: Y tú?  No tienes que ir a trabajar?

Antonio: por mí no te preocupes, puedo tomarme un rato para ti, hasta todo el día si tú me lo pides.

En ese momento nos trajeron el desayuno, me imagino que ya tendría todo arreglado, comimos mientras hablábamos de cosas que nos habían ocurrido en la universidad, pasando un rato bastante agradable, hasta que mi ex me llamo.

Ya decía yo que estaba pasando un momento bastante agradable y eso últimamente no ocurre con frecuencia; le contesté el teléfono, pero primero le pedí disculpas a Antonio y salí para hablar con mayor tranquilidad.

Ricardo: hola Gabriela te voy a enviar los documentos para el divorcio para que los vayas revisando y me avisas si estás de acuerdo con ellos.

Gabriela: no me los envíes a mí, mándaselos a Nathaly ella los revisará y me avisa cualquier cosa,  de todos modos es mejor que hables con ella directamente acerca de los asuntos legales, así no tengo que recibir mensajes desagradables de tu pareja.

Ricardo: está bien,  mucho mejor y te voy a agradecer más respeto cuando hables con ella

Y sin más me colgó la llamada no pregunto ni siquiera por su hijo,  que rabia me da. Entre nuevamente a la cafetería, intentando no demostrar que estaba furiosa.

Antonio: todo está bien?

Gabriela: si, era un cliente, pero ya resolví

Antonio: debió ser un cliente muy importante porque te cambio el humor

Cambie de tema,  seguimos hablando de un montón de cosas, hasta que el tuvo que irse.

Antonio: fue un placer compartir este rato contigo

Gabriela: lo mismo digo

Salimos de la cafetería y me acompaño hasta mi auto, al despedirnos me dio un beso que respondí inmediatamente, ese beso estaba cargado de mucha pasión y me hizo estremecer, por lo que al sentirlo cerca puse mi mano en su nuca para evitar que se alejara de mi.

Nos separamos y él me miró directamente a los ojos, estábamos muy cerca nerviosa, podía sentir su respiración en mi rostro, entonces él me abrió la puerta del auto y me dijo:

Antonio: vete porque no respondo, tengo ganas de llevarte ahora mismo a mi casa y hacerte mía como nunca antes lo había hecho.

Le hice caso me monte en mi auto y me fui a casa. Desde ese día nos vemos cada día en la mañana antes de ir a nuestras labores diarias, desayunamos juntos, conversamos de nuestros trabajos y cada uno se retira, pero desde ese día tampoco hemos estado tan cerca uno del otro. 

Pasaron unos días bastante tranquilos, mi mamá ya se fue a casa de mi tía y no se ha comunicado conmigo desde ese día, aunque yo siempre le escribo ella no me contesta, nathaly ya reviso los documentos del divorcio y todo está bien, lo único que nos pareció extraño fue que Ricardo me cedió la patria potestad completa de Fer, por lo que entendí no quiere volver a saber nada de mi o del niño, yo sé que no es lo mejor para el pequeño pero no le voy a insistir.

Ya firmamos los papeles y se introdujeron ante el juzgado, así que únicamente falta que salga la sentencia de divorcio, lo cual puede tardar un poco por el tema del niño.

Hoy es viernes y cuando estábamos desayunando me dice:

Antonio: tengo un evento benéfico hoy en la noche y me gustaría que me acompañaras.

Gabriela: me encantaría pero tengo dos problemas, uno que no tengo que ponerme y dos que no salgo en las noches porque no tengo quien cuide a Fer.

Antonio con una sonrisa en los labios: por el vestido no te preocupes, eso lo resuelvo yo dame tu dirección y te envío algo para esta noche, pero lo segundo es más difícil, no tendrás una amiga que te ayude, aunque sea solo por esta noche.

Gabriela: déjame ver que resuelvo, pero yo no tengo dinero para un vestido de ese tipo

Antonio: trata de hacer todo lo posible quiero que me acompañes esta noche, esos eventos son muy aburridos y contigo se que la noche será genial.

Gabriela: déjame mandar un mensaje a ver.

Antonio: y tu esposo no se molestará porque salgas un viernes en la noche con otro hombre?

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