capitulo 5: “antes de encontrarse"

Desperté de buen humor. Ayer fue un día interesante y divertido. Descubrir que me encanta hacer pociones, además que leer sobre este mundo es algo fascinante pues tiene mucha cosas que nunca vería del mío. Pero no puedo quedarme aquí para siempre, bajaré al pueblo y conoceré más. Quizá podría conseguir infórmarme de este reino. Ya vestida para ir a conocer el pueblo, esperaba a que Vincent apareciera... ¿Será que no funcionó?... Pero si hice todo bien como lo indicaba el libro... Bueno, no pospondre mi paseo por él.

Al pisar la entrada del pueblo, pudo notar lo inmenso que es. Consigo se llevó una capucha para cubrir su cabello, pues Ofelia es una joven bella con unos ojos color amatista y cabellera blanca. Caminaba por los puestos del un mercado que abarcaba la vista de ella. Cada vez que pasaba en una, los vendedores le ofrecía algo de su mercancía, la joven se limita a observar con una ligera sonrisa. Luego observa que una pequeña 6 años lloraba sin consuelo, en el suelo se encontraba con la rodilla lastimada. No pudo evitar sentir algo de pena por ver lo sola que estaba, ya que eso le recuerda su infancia cuando no habia nadie de ayuda. Una vez cerca de la pequeña, Ofelia se agacha y sana la herida de la rodilla con el ligero fuego del Fénix. La niña se queda confundida pero no se opone al sentirse mejor del dolor, al terminar, Ofelia se pone un dedo en los labios en forma de que guardará el secreto, la niña asiente lentamente mientras se secaba las lágrimas.

— te llevaré con tus padres... ¿Como te llamás?

— Emilia... Y solo vivo con mi madre.

Vaya, sería mi tocaya, pero yo ya no soy Emilia. Por ahora la llevaré hasta allá con su familiar, le pedí la mano para levantarla del suelo y ella la toma. En el camino me cuenta que estába jugando con unos de sus amigos, en uno de esos juegos ella se cae tropezando con sus pies lastimandose la rodilla, sus compañeros al ver eso decidieron dejarla por lo llorona que estaba. Le expliqué que eso no son amigos de verdad, ya que una verdadera amistad no te abandona...

— pero me quedaré sola. Y no quiero...

— nadie quiere estar solo, sin embargo, ese tipo de amistad no es sano para una pequeña como tú, además, no pienses que estarás sola, tiene a tu madre ¿No?... Ella siempre será tu amiga y estará a tu lado sin importar la circunstancia.

— mi madre siempre me ah cuidado, y jamás me ah abandonado... Supongo que tienes razón, no estoy sola... La tengo a ella y a tí. Me ayudaste siendo una extraña para tí... Gracias.

Ofelia solo le dedica una risa sin mostrar sus dientes, pero quedó asombrada por la capacidad de entender de Emilia... La niña señala a su madre a la lejanía entre las personas, ésta se suelta de la mano de Ofelia para salir corriendo mientras que la joven se acercaba caminado. Cerca de ambas, la madre le agradece...

— muchas gracias, ella tiene la costumbre de salí para jugar con esos niños que para nada me agradan.

— perdón mamá, ya no volveré a jugar con ellos, me di de cuenta que ellos no son mis amigos, tu sí.

La madre se queda feliz al escuchar eso, ya que siempre trataba de alejar a la pequeña se esos niños que siempre la lastimaba. Ésta la abraza para luego cargarla. Ofelia a punto de irse, es invitada por la madre a una tasa de café o de té a su casa.

Humm, aún tengo tiempo, nadie me espera en el instituto, así que no tengo problema...

Ofelia se marcha junto con ellas. Sin saber que si había alguien aguardando por su llegada... Vincent buscaba a Ofelia por todo el instituto. Preguntandose donde está la chica. En eso se topa con su hermana Susan.

— Vincent... ¿Com-...

— ¿Has visto a Ofelia?... No la veo en ningún lado.

— no... ¿Por qué la busca con tanto desespero?

— tengo que disculparme por como le hablé anoche.

— ¿Que?... Eso es inusual en t-...

— entonces no perderé mi tiempo contigo, debo de encontrarla...— sin más, Vincent se marcha dejando a su hermana con más intriga de lo normal.

— ¿Que le habrá pasado?... ¿Disculparse?... Conozco a Vincent y él prefiere morderse la lengua que ofrecer una disculpa, esperaré a que esté más calmado para hablar con él...

La noche llega y Ofelia se quedó por horas hablando en el hogar de la madre con su hija. La mujer llamada Clara es costurera y vende sus vestidos a los aristócratas. Obviamente Ofelia no dijo su apellido y menos es conocida por jamás aparecer ante la sociedad, sin embargo, Clara, en modo de agradecimiento le regalará un vestido muy hermoso del color amatista.

— muchas gracias por tan hermoso regalo.

— no me agradezca, gracias a ti, mi hija ahora sabe que cualquiera no lleva el nombre de amigo, sé que te quedará perfecto al combinar con tus ojos tan únicos, podría pasar a buscarlo dentro de unos días...

Miré a la ventana y noté el cielo tornarse naranja... Debería volver al instituto, el único motivo que tengo de quedarme es por la gran biblioteca que hay libros que no sé si podré encontrar por ahí, siendo apasionada por los libros es un paraíso estar en ese lugar, además... No pienso irme aún hasta no conocerlo... Desde que llegué y comprendí mi situación, siempre eh tenido una gran emoción por llegar a verlo, y ese es el dragón azul...

Me levanté y con moderación le dije que me iba, que fue una tarde muy agradable gracias a ellas. ambas se despide y yo tomo ruta para ir al instituto...

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