Capítulo IV

¿Aceptas tan fácil?

Narrador omnisciente

En otro lado del mundo.

En una mansión de Sicilia, se llevaba a cabo una fuerte discusión entre los hermanos por el tema de la alianza, Alessandro no podía creer en las palabras de su padre.

— Puedes creerlo, ahora si que se volvió loco, perdió por completo la cordura ¿Casarnos? — caminaba de un lado a otro con una copa de whisky en sus manos.

— Calma, estar de esa manera no te servirá de nada, acéptalo de una buena vez — dice Massimo mientras se sirve una copa de vino.

— Nuestro padre ya te contagio su locura hermanito, ¿Es enserio que estas de su parte? Pues yo no, sabes perfectamente que nunca he estado de acuerdo en casarme — lo dijo alterado.

— Pero tenemos que hacerlo, la situación está cada vez más grave, esa alianza es la mejor opción, nos haría intocables, nadie en su sano juicio se atrevería a atacar teniendo la ayuda de los L'ouvrier — su voz sonó fría y seria.

— Si lo sé, pero tiene que haber otra manera — su hermano se levantó, se sirvió otra copa, después habló.

— No la hay, termina de aceptarlo, ya yo lo hice.

— ¿Aceptas tan fácil? — su hermano lo observa incrédulo a lo que continuó: — Sí, entendí tu punto, aunque me cueste aceptarlo también lo veo de esa manera, sería la mejor alianza que podríamos hacer. Contarán conmigo.

Resignado se sienta al lado de su hermano y se sirve otra copa de whisky que vacía rápidamente.

— Que bueno que se te pasó el berrinche, ahora sólo queda informarle a nuestro padre nuestra decisión a la hora de la cena — su hermano deja la copa en la mesa y se retira.

Alessandro después de un tiempo hace lo mismo, se dirige al comedor donde se encuentran su padre y su hermano.

— Bien quiero que me digan ¿Aceptan o no? — su voz sono firme y sin titubear.

— Aceptamos padre, después de todo nos sería de gran ayuda en estos momentos — su padre estaba asombrado por el cambio de actitud de Alessandro.

— Lo dices ¿Enserio?, Tú el que dijo que nunca se casaría, acaba de aceptar ¿Tan fácil? — dijo mirándolo fijamente para saber si decía la verdad.

— No me mires así, entre Massimo y yo estuvimos discutiendo este tema, sino hay otra opción aceptaré para dar a respetar nuestro apellido — dice serio.

— Así es padre, llegamos a ese acuerdo juntos, y te ayudaremos a lo que necesites — dijo firme su hermano.

— Me alegro escucharlos, tengo entendido que ellas vendrán a Sicilia por temas de negocios, ya acorde una reunión y aceptaron, si todo sale bien lograremos evitar futuros enfrentamientos — mencionó con alivio y con eso dio por terminada la conversación, ahora se dispusieron a cenar en familia.

Al cabo de un rato, cada quien fue a su habitación, Alessandro antes decidió hablar con Massimo.

— ¿Que haces hermano? La conciencia no te deja dormir — dijo en tono divertido.

Massimo dejó el libro que estaba leyendo a un lado, y se dispone a hablar con su hermano.

— Estaba leyendo, ¿Que pasa? Se que no me visitas solo por hacerlo, habla — se levanta, sirve dos copas de whisky, le entrega una a su hermano y espera a que hable.

— Viste la actitud de nuestro padre en la cena, estaba asombrado de que hubiera aceptado, a mi parecer creería que no iba a hacer — le dice mientras toma un sorbo de su copa.

— ¿Enserio lo dudas? Su reacción fue la más normal conociéndote, si yo no te hubiera dicho nada, tampoco intentar convencerte, también estaría igual de asombrado, puede que más — su hermano lo mira molesto.

— Estas a mi favor o en mi contra, se lo que dije y es verdad, todavía pienso igual, además no se si me gustaría — dice mirándole.

— Dime algo ¿Las haz visto? — este negó con la cabeza a lo que su hermano prosiguió: —. Yo sí lo he hecho, solo a Vanessa, la ví en un evento y es hermosa, créeme hermanito, esa alianza además de ganar poder nos beneficiaría.

— Está bien, ya no me voy a negar, pero algo si te digo, si resulta que esa tal Vanessa es más hermosa que su hermana, ni sueñes que te la voy a dejar — dice burlón.

— Como quieras, aunque puedes salir perdiendo hermanito — este le sigue el juego y se quedan platicando.

— Bueno yo me voy a retirar, mañana tengo que levantarme temprano por un asunto de la empresa, nos vemos.

Su hermano asiente a manera de despedida, después se acuesta en su cama y se duerme pensando en todo lo ocurrido.

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