Capítulo III

Sus bodas

Narrador omnisciente

En la tarde al llegar a la mansión L'ouvrier, Angélique se encontraba pensando en la manera adecuada de hablar con sus hijas sobre lo que estaba ocurriendo, la voz de su chofer la saca de sus pensamientos

— Mi señora ya hemos llegado — pronuncia Hugo, su chófer de muchos años.

Este le abre la puerta del coche, y ella observa la casa antes de ingresar.

— Gracias Hugo, siempre tan servicial — le dice con una sonrisa

Al entrar se encuentra con Vanessa, quien estaba sentada en el sofá de la sala esperándola, al verla la recibe con un abrazo.

— ¿Como estuvo tú día? — su voz fue suave y cálida.

— Bien, ¿Donde está Annelise? — no hizo falta llamarla ya que ella estaba cerca.

— Aquí estoy, ¿Me extrañaste? — pregunta burlona, le dio un beso y un abrazo a su madre.

Angélique no esperó más y se dispuso a hablar con sus hijas.

— Necesito hablar con ustedes, vamos al despacho — comenzó a caminar al lugar, seguida de ellas.

Al llegar toman asiento en los sofás de terciopelo rojo y continúa.

— Lo que les diré es delicado, y no quiero que me interrumpan — lo dice sería a lo que Annelise le contesta.

— ¿De que se trata? — ella toma la misma seriedad de su madre.

— Sus bodas — mencionó con tranquilidad, sus hijas estaban sorprendidas.

— ¿Nuestras bodas? — Vanessa fue la primera en reaccionar.

— Así es, me pidieron hacer una alianza, se casarán con los hijos de la familia D'Angelo.

Esta vez quien tomó la palabra fue Annelise y no de buena manera.

— ¿De que estas hablando?, Sabes perfectamente lo que pasó en Sicilia en contra de los Salvatore, hacer una alianza con ellos, sería peligroso para nosotras — estaba alterada.

— No fueron los D'Angelo los que hicieron el atentado, los Marconi son quiénes están detrás de todo esto para obtener su liderazgo, hablaremos en persona si ustedes aceptan, pero sino quieren hacerlo no me voy a meter — expuso más calmada, esperando la respuesta de sus hijas.

Después de un rato en silencio, es Annelise la primera en romperlo al dar su decisión y Angélique no puede creer lo dice.

— Cuenta conmigo, no estoy diciendo que aceptaremos, pero si necesitamos hablar en persona — contestó con neutralidad.

Annelise le da una mirada a Vanessa y ella suelta un suspiro.

— También estoy de acuerdo, en que lo mejor es resolver este asunto en persona — lo dice con voz sería.

Angélique estaba contenta del manejo y carácter de sus hijas, para ella fue muy difícil mantener ese puesto en el bajo mundo, pero lo consiguió y ahora son una de las familias más poderosas, por eso verlas a ellas hablar de esa manera la llenaba de orgullo.

— Bien vamos a cenar — ellas se levantan para salir pero Angélique vuelve a tomar la palabra —. Vanessa, tú quédate.

Ella aceptó y esperó a que Annelise saliera para poder hablar con su hermana.

— Dime ¿Qué sucede? — pregunto tranquilamente.

— Es Annelise, aunque al principio se negó y ahora dijo que aceptaba, algo contradictorio y la conocemos, ella no es así, al menso que le pase algo, habla con ella por favor hija — Vanessa notó la preocupación en los ojos de su madre y dijo con seguridad:

— Tranquila, lo haré, no te preocupes.

Le da un abrazo al que Angélique corresponde con gusto y se levantan para ir al comedor.

La cena había transcurrido de manera normal, después cada quién se fue a sus habitaciones, Vanessa en cambio al cabo de varios minutos se dirigió a hablar con su hermana, tocó la puerta y del otro lado se escucho un adelante.

— Hola, ¿Que hacías? — le pregunta tomando asiento en su cama.

— Estaba leyendo un rato — dice mientras le servía una copa de vino a su hermana.

Ella la recibe y después de beber un sorbo, decide iniciar con las preguntas.

— Entiendo, ¿Como te sientes con el tema de la alianza? Fue muy sorpresiva — mencionó sin darle importancia para que ella no sospechara.

— No te voy a negar que me tomo por sorpresa, después decidí aceptar — dijo mientras rellenaba su copa vacía.

— Sí, pero eso no depende de nosotras, después de todo nuestra familia es poderosa — dice calmada.

— La familia D'Angelo también es poderosa, dicha alianza es beneficiosa por eso se llevará a cabo Vanessa, de eso no tengo la menor duda — expresa con seguridad.

— Tienes razón, lo admito, gracias a ella seríamos el Imperio más poderoso, si aceptamos.

— Exactamente hermana, por donde lo donde lo veas es difícil rechazarla — dice tomando un sorbo de su copa.

— Annelise te conozco, se que algo te pasa — su voz sonó preocupada.

— Se nota que eres mi hermana, ¿Te enteraste del nuevo suceso? — pregunta, Vanessa la mira confundida, por lo que le explica —. Draco regresó aquí hace tres días, mis hombres que están en el sur, lo vieron cerca de Marsella.

— ¿Como? ¿Que hace aquí? ¿Lo haz buscado?.

— No, y no me mires así, te estoy diciendo la verdad — le dice calmada.

— Está bien te creo, pero hay que estar al pendiente — Annelise afirma en respuesta, aunque Vanessa duda un poco de sus palabras, prefiere creer en ella —. Me voy a ni habitación, mañana tengo una junta importante.

Deja la copa en la mesa y se despide de su hermana. Annelise después de un tiempo, decide dormir pensando en todo lo que sus vidas van a cambiar.

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