Hola, soy Maximiliano Turner, tengo ochocientos, años, esa es la edad que tengo en el mundo de los vivos, soy CEO de una corporación llamada Laboratorios MT nos dedicamos a la elaboración e investigación de medicamentos cada cierto tiempo me despierto como un joven de 16 años, envejezco y muero siempre a la edad de 33, si me preguntan por qué, no lo sé, mi apariencia siempre es la misma cuando llego a la edad adulta mi cabello es castaño, ojos color miel, una altura de 1.85 m., haciéndome uno de los hombres más atractivos del país y extremadamente rico, he sido el dueño de la empresa por más de trescientos años, en los quinientos años anteriores me dedique a inversiones bancarias, industria naviera y la construcción, sin contar el sector público; todos estos trabajos me dieron un fondo muy importante para que pudiera formar conexiones y poder seguir heredando mi misma empresa, se preguntarán como es que inicie con la Industria MT, desde hace 800 años sigo viviendo lo mismo una y otra vez.
Hombre X: Señor Maximiliano Turner, acaba de cometer el peor de los pecados, su trabajo será acompañar a las almas al puente, usted no podrá ingresar en él hasta que sea perdonado.
Maximiliano: No sé cuál es mi pecado.
Hombre X: entonces tendrá tiempo para pensarlo.
Y así de la nada desapareció, viví a la edad de 16 años en una época complicada en mis inicios, era la época de la inquisición, todas las mañanas me llegaban una serie de cartas donde venían nombre, lugar y hora, intentaba evitarlas, sin embargo, no sé cómo siempre llegaba a ese lugar ahí veía como fallecían, accidentes, asesinos, algunos morían de hambre, en fin lo que puedan imaginarse.
Intento ignorar mi primera misión, aunque todo camino que tomaba me llevaba al mismo sitio la plaza donde hay un alboroto, están aplicando el veredicto a unas jóvenes acusadas de brujería, veo como encienden el fuego y van perdiendo la vida, a mi lado hay una joven de cabellera negra y roja con ojos peculiares, ¿has venido por mí?, Soy Nicolle Dubois.
Max: Si, bien Nicolle por favor vamos, se veía feliz, ¿Por qué sonríes?
Nicolle: Porque salve la vida de una niña inocente, supongo que es la primera vez que haces esto.
Max: Así es.
Nicolle: Te deseo suerte.
Máx: Gracias.
Así pasaron los años y yo fui creciendo, me enamoré de Roxanne, me casé, sin embargo, todos los hijos que intentaba mis tener fallecía hasta que un día ella se quitó la vida, no negaré que me dolió mucho el tener que verla partir, después de un tiempo decidí dejar Francia y mudarme a España ahí conocí a una linda española cabellera negra, ojos marrones y piel blanca, nos casamos a la edad de 23 años, su nombre era Elizabeth y al igual que Roxanne no pudimos tener a nuestros hijos, descubrí que me engaño con un importante navegante, quien solo la quería para patrocinio de sus viajes, para ese entonces yo ya era parte de la nobleza, en su último embarazo ella me suplicaba que la dejara ir y así lo hice después de su recuperación por la perdida de nuestro bebé, ella se fue con el navegante y a los pocos meses me tocó acompañarla hasta el puente resultado del maltrato del navegante.
Podría contarles una infinidad de historias puedes en trescientos años de enamoramiento y bodas solamente puedo decir que me case con todo tipo de mujeres, he viajado por todo el mundo, unas veces fui Turco, Italiano, latino pues he vivido en todos los países, vi la oportunidad de residir en un país donde estaba en pleno desarrollo, funde empresas y negocios convirtiéndome en uno de los más poderosos hombres del país comencé a casarme con mujeres que estaban por fallecer las embarazaba y fingía que mi hijo se quedaba sin madre y tenía que criarlo yo metiéndolos en internados (fundados por mí) y así cada cierto tiempo yo fallecer y tomar el control de todo a la siguiente generación de Turner, en cada generación también cambiaba mi nombre hasta llegar a esta que volví a ser Maximiliano Turner, quedé sorprendido cuando por primera vez en ochocientos años había una niña acompañándome hasta el puente y más aún cuando me llamó Máx y no pude preguntar su nombre en ese momento yo tenía 16 años aunque parecía mayor y ella unos 5 o 6 quizá, no pude saber su nombre ni aun apareciendo en el sepelio de su "Tío George", después la vi unos cuatro años tarde acompañando a un bebé, el cual supongo era su familiar desde ese momento no la he vuelto a ver.
Extraño estar acompañado, extraño a esa niña de cabello oscuro con destellos rojos y ojos enigmáticos, no supe su nombre, me gustaba su compañía en esos momentos y esas descargas eléctricas que tenía cada vez a que nos tocábamos, me intrigan.
Han pasado 16 años y ya no recuerdo a esa niña, ahora tengo 32 años así que debo ir preparando mi partida, es una fortuna que parezca mayor de la edad que debería tener así es parezco de casi 40 años por lo que me es más fácil decir que tengo un hijo de 16 años, a mis 20 años ya parecía de 25 por lo que todo mundo sabe que me case y tuvimos un hijo ella falleció por una enfermedad incurable y mi hijo ya debería estar en los 15 o 16 según la prensa y nadie lo conoce.
Waldo: Señor ya está todo listo para cuando sea necesario que aparezca su hijo.
Max: Gracias Waldo, mi hijo llegará en el momento preciso, debe darse a conocer mi enfermedad en muy poco tiempo y en un año mi fallecimiento.
Waldo: así será, le recuerdo que tiene una conferencia a las 7 pm en la universidad para los jóvenes que están estudiando economía, muy cerca de ahí tiene otra cita con la Señora Bianca Ruiz en la dirección **** a las 10 pm.
Máx: Gracias, puedes retirarte, con la evolución de la tecnología mis citas dejaron de llegar en carta para convertirse en correos electrónicos.
Así lo hice, tomé mi traje tipo italiano gris, con camisa blanca y corbata gris con franjas blancas claro, zapatos bien lustrados, salgo y subo al automóvil donde ya me está esperando Anthony quien es mi chófer y ha estado conmigo por 60 años.
Voy caminando por el pasillo de la universidad cuando veo pasar corriendo a una chica de cabellera negra y roja indudablemente llamo mi atención pero no pude ver hacia donde ingresó, tenia la esperanza de verla en la conferencia pero no, quizá fue una ilusión, sumergido en esos pensamientos voy por los pasillos del enorme jardín de la universidad lo único que me hizo reaccionar fue una descarga eléctrica en cuanto reaccionó volteo hacia todos lados y no veo quien pueda ser la persona que me tocó.
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