Cap. 12 Y si así fuera ¿qué?

Después de escuchar a las tías y primas destrozar a los que asisten al velorio veo a Otelo que se acerca con su inigualable cara de pocos amigos.

< Madre, abuela, ya nos vamos, Lenka ha estado delicada y debe descansar bien _ lo dice con la cara de palo más descarada que he visto, ahora si me usa como pretexto para salir de aquí, Ja, pero me la voy a cobrar.

< Otelo cariño, siempre eres tan considerado _ digo mimosa mientras me acerco y lo abrazo delante de todos y lo siento tensarse, se que odia que me acerque tanto, pero él se lo buscó por ser tan pendejo.

Cuando estoy por soltarlo siento que sus brazos me envuelven y acerca sus labios a mi oído para decirme algo que me deja sentir el verdadero terror.

< Te dije que no te pongas creativa ahora veamos como sales de esta _ me paga más a su cuerpo mientras pone su mano en mi nuca enterrando mi cara en su pecho (debo decir que huele a gloria, su colonia es realmente deliciosa).

< Madre, abuela, deberían venir a cenar a casa este viernes, Lenka empieza la universidad el lunes y es bueno que ella les prepare una cena _ dice risueño, eso nunca pasa, puedo escuchar como palpita su corazón y como retumba en su pecho su gruesa y gutural voz que es melodiosa como un violonchelo, apenas y noto que este desgraciado me acaba de meter en un problema mayúsculo.

Escucho a todos aplaudir y me quiero morir, esas refinadas no comen nada que no sea gourmet.

Logro separarme mientras lo miro con resentimiento, este idiota de verdad que me hace perder la paciencia, pero la abuela Sara me interrumpe.

< Lenka, iremos con gusto, desde que se casaron no hemos ido de visita y me alegra que estén abiertos a realizar una cena familiar _ me dice con una sonrisa y ya no me puedo negar, se que seria una ofensa para ella rechazarla así que solo me queda aceptar y odiar a este tarado en mi corazón.

< Abuela, claro que sería un honor, los esperamos el viernes en la noche _ digo con una sonrisa aduladora mientras el demonio tirano me toma de la mano y me lleva de salida.

Cuando pasamos por el ataúd yo me detengo dejando a Otelo desconcertado y me acerco a lo que fue mi anterior cuerpo, uno que se privó de muchas cosas por un amor que no valía la pena, un cuerpo que siguió a mi estúpida mente y a mi terco corazón privándose de tener lo que anhelaba y ansiaba.

< Melina Scott, nos vengaremos y seremos felices, te lo prometo, ahora que sabemos todo ya no podrán engañarnos y llevarnos a la muerte absurda a la que nos sometieron, yo Lenka Sotomayor haré justicia por nuestra muerte, la de ambas de eso no debes dudar nunca _ me digo a mi misma entre susurros, aun siento que vivo en un cuerpo alquilado, aun me extraño a mi misma, pero ya no puedo hacer nada, debo agradecer a los cielos por esta oportunidad, nada puede ser mejor que esta oportunidad y no volver a ser la tonta de siempre.

Tomo la mano de Otelo para decirle que nos podemos ir mientras él me mira con curiosidad, mientras salimos Denis se acerca a Otelo para despedirse e intenta darme un beso en la mejilla a lo que Otelo se pone en medio de nosotros bloqueando su intención.

< Denis, a Lenka no le gusta que invadan su espacio vital, si ella no te ha saludado de beso es porque no quiere acercarse tanto _ le dice con una mirada asesina mientras Denis retrocede.

< Otelo, creo que eres tu él que no quiere que se acerquen a tu pequeña esposa _ dice con cinismo poniendo a Otelo más furioso.

< Y si así fuera ¿qué? _ dice Otelo altanero de forma amenazante y no tuve otra opción más que intervenir.

< Otelo cariño, es mejor que nos vayamos, no deberíamos hacer un lío por respeto a la señora Melina, si su propio esposo no tiene respeto por ella nosotros si, vamos _ digo con suavidad, pero firme y veo a Otelo tomar mi mano de nuevo para salir de ahí, pronto este bastardo de Denis va a saber lo que es el sufrimiento.

Entramos en el auto, Otelo está manejando mientras yo miro por la ventana, mi vida pasa por mi mente todo el tiempo, veo cuales fueron mis errores, mis desgracias, mis caprichos y concluyó siempre que mas fue mi culpa que la de nadie, yo tomé mis decisiones segura de que eran las mejores y aunque todo me mostraba que estaba equivocada yo seguía empeñada en seguir adelante.

< Deberás cocinar algo rico el viernes, no me avergüences con mi familia _ Otelo me saca de mis pensamientos solo para amenazarme.

< Bien, tu dijiste que cocinaría así que haré lo que pueda, no te puedes quejar _ dije mientras sigo mirando por la ventana y de repente siento su penetrante mirada sobre mi que me hace estremecer (mierda, de verdad odio que haga eso).