Cap. 9 Para nada mi niña

Asiento como una tonta, no quiero hablar más de este tema, pero voy a darle una patada en los Eggs un día de estos que se los pongo de amígdalas, solo quiero ser paciente, un poco más no me cuesta nada.

Al día siguiente busco un vestido digno de la ocasión, realmente agradezco haber cambiado mi guardarropa, hubiera ido como una Dark Nudista con la ropa anterior.

Sabía que me encontrarían en algún momento así que había comprado un bonito vestido negro, es muy discreto pero juvenil, solo tengo 18 años ahora y por muy casada que esté sigo siendo una jovencita.

Bajo por las gradas y veo a Otelo que frunce el ceño, “mierda, creo que no le gusta mi vestido”.

< Otelo estoy lista _ digo suavemente mientras lo miro detenidamente.

< Bien, vamos _ me dice sin más y camina a la puerta, no sé cómo relacionarme con este tipo, es muy difícil leerlo, no puedo adivinar si está de acuerdo, enojado, irritado o algo, pero si hay algo que sí se, feliz no está nunca.

Llegamos al lugar y todos nos miran como si fuéramos extraterrestres, por alguna estúpida razón tomo la mano de Otelo y me acerco a él como una tonta, conozco a esas personas y sé que tan crueles pueden ser y más aún con una jovencita, a mi me tocó vivir eso y ganarme su respeto no fue fácil por eso no creo que para Lenka sea mejor.

Siento que quiere retirar la mano, pero algo pasa que se detiene en su intento y lo veo mirar para el frente y ahí está la razón.

El abuelo Máximo está mirándonos con una sonrisa, sé que él quiere agradarle a toda costa y convertirse en su heredero y fue por eso que se casó conmigo.

< Otelo, mi niño, ven aquí y trae a tu linda esposa _ dice el hombre quien fue el único que me dio la bienvenida cuando me casé con Denis.

< Abuelo, qué bueno verte, aunque la ocasión no sea la mejor _ Otelo se acerca y le da un beso en la frente a su abuelo, eso sí que no me lo esperaba, Denis nunca ha tenido una relación tan cariñosa con Máximo.

< Lenka, que bella que estas, pareces una muñeca, ni siquiera un velorio haría verte menos bella _ me dice con una sonrisa mientras Otelo solo me mira de reojo.

< Abuelo, gracias, pero este es mi vestido más discreto, espero no faltar al respeto a nadie y menos a la Sra. Melina que en paz descanse _ digo un poco afligida, lo estoy, estoy preocupada de no verme discreta y respetuosa.

< Para nada mi niña, eres bella y eso no se disimula con nada, además mi Melina te habría amado, ella era una mujer íntegra y con un corazón de oro, ésta pérdida es irreparable para la familia _ dice Máximo con lágrimas en los ojos.

< Lo siento abuelo, yo la vi unas pocas veces antes cuando tenía 14 años, la recuerdo con cariño, Abuelo, no sufras _ digo tomando su mano con mi mano libre mientras que sigo agarrada a Otelo como una garrapata, no sé qué carajos me pasa.

< Mi niña, no te preocupes ahora yo solo quiero bisnietos, ustedes son jóvenes y deberían darme una docena _ me dice riendo, pero el pobre se va a quedar con las ganas, Denis es infértil y este es impotente, vaya suerte la mía.

< Abuelo, iremos a presentar nuestros pésames a Denis _ Otelo dice mientras me jala hacia el pasillo que conduce al salón central, es el momento de ver a ese maldito después de casi 2 meses.

En el pasillo Otelo me suelta la mano de forma torpe que casi me caigo, es realmente un hombre insoportable.

< Otelo, lo siento, solo me asusté, no lo vuelvo a hacer _ digo un poco nerviosa, se que es un hombre distante y no quiero romper nuestra alianza.

< No hay problema, es bueno que nos vean como una pareja enamorada después de todo, solo haz lo que te digo, no te pongas creativa _ me dice mientras vuelve a tomar mi mano para entrar al salón.

Cuando entramos la imagen que veo me da ganas de vomitar, todo mi cuerpo tiembla de ira y rencor, ahí parado esta Denis con la cara de hipócrita y a su lado está la maldita de Joana, mi disque mejor amiga con lágrimas en los ojos y colgada del brazo de mi infiel y viudo ex marido, mierda como los odio con todo mi ser.

Me giro y veo a Otelo que me mira con curiosidad mientras siento que mueve la mano y ahora me doy cuenta que le he apretado su mano demasiado, debo calmarme, debo hacer las cosas con la cabeza fría o se darán cuenta que algo me pasa y de loca no me van abajan.