Cap. 3 Otelo, no quiero dinero

Se por lo que este cuerpo me muestra, él no la quiere y ella es muy tonta, parece que hay que darle un poco de sensatez a esta existencia.

< Otelo, puedo hablar un segundo contigo por favor _ lo miro con súplica mientras él me mira con sospecha, creo que esta relación tiene muchos problemas, obviamente no como los míos.

Veo a mi “disque” hermana correr y pasar como una flecha y ayudarle a Otelo a sacarse el saco y tomar su maletín como una esposa devota ¿estos dos tienen algo?

Lo veo apartarla con fastidio y me hace una señal para que entre a lo que parece un estudio y no, creo que no hay nada y es porque Otelo no parece estar interesado, ya que a ella solo le falta babearse.

Ya dentro se sienta como un rey en su sillón ejecutivo y me mira esperando que empiece a hablar, (mierda es de verdad muy guapo).

Aclaro la garganta ya que no sé cómo comenzar, pero me animo y….

< Otelo, se que no nos llevamos muy bien y este matrimonio es complicado para ambos, pero quería pedirte un favor _ digo suavemente, no quiero que él sienta que estoy siendo demandante hasta que escucho su respuesta.

< Lenka, no voy a darte un centavo, gastas el dinero como agua, en una semana gastas el salario de una familia promedio, eres descuidada, caprichosa, egocentrista, pusilánime y narcisista, no sabes el valor de las cosas, no haces nada de tu vida, eres una máquina de gastar dinero y regalar cosas a gente que se burla de ti a tus espaldas porque eres una tonta, así que olvida la idea de pedir que te restablezca tus tarjetas _ y con eso siento que este hombre no me odia, le parezco más que patética, tanto así que ni siquiera soy digna de un sentimiento tan intenso como el odio.

< Otelo, no quiero dinero, en realidad quiero entrar a la universidad, se que no me he portado bien y he sido poco madura así que en vista de que ninguno alberga sentimientos por el otro se que en cualquier momento vendrá un divorcio, no quiero que mi padre me venda como carne fresca de nuevo solo para tener favores comerciales así que quiero independizarme, ser dueña de mi destino, cuando logres ser el presidente de empresas Crown podemos divorciarnos y no pediré nada de ti, solo quiero que me ayudes con mis estudios, puedes pagar la universidad tú directamente, puedo irme en bus si así lo quieres, solo dame la oportunidad de superarme y dejar de ser una niña tonta _ espero que resulte, debo hacer que en esta vida la que soy ahora sea feliz, debo ser libre y poder realizar mi venganza como se debe.

Otelo me mira fijamente, parece que no confía en nada de lo que le digo así que lanzo mi última carta.

< Otelo, te ayudaré en todo lo que necesites para conseguir derrotar a tu primo, haré lo que me digas, no refutaré siempre y cuando no sea asesinar a nadie o estar con hombres yo estoy dispuesta a ayudarte _ lo miro ansiosa, de verdad quiero tener mi libertad en un par de años, ahora sería imposible ya que arruinaría la oportunidad de dejar a ese infeliz de Denis en la calle.

Reflexiona mientras me mira entrecerrando los ojos.

< Bien, pero no quiero saber que andas de fiesta o en compras absurdas, y no quiero a tu hermana en mi casa, no la soporto _ eso quería escuchar, si antes me preocupaba que esos dos me hagan la vida difícil ahora sé que Otelo odia a esa ladina.

< Gracias Otelo, me portaré bien, estudiaré mucho y por mi hermana no te preocupes, no volverá a tu casa lo prometo _ digo con una sonrisa medio extraña, pero me duele todo el cuerpo.

< ¿Así nada más?, antes hacías un berrinche cuando te pedía que tu hermana no venga y ahora ¿no te preocupa? _ me mira con desconfianza y debe estar confundido.

< Entiendo que antes he sido testaruda, no vuelvo a hacerlo, si no quieres a mi hermana aquí lo respeto es tu casa y son tus reglas _ digo educadamente y lo veo levantar las cejas, parece que lo he sorprendido así que decido irme.

< Bueno, me retiro _ me giro y me voy cojeando ya que me duele mi tobillo terriblemente que casi no puedo pisar hasta que lo escucho hablar.

< Te caíste de las escaleras, deberías tener más cuidado _ mi dice sin ser muy emotivo.

< No es para tanto, pero me duele mucho aquí, ¿ves si hay algo? _ levanto mi blusa para que vea el costado de mi torso ya que yo no lo veo y salta del sillón como un resorte con la cara pálida.

< Lenka, ¿pero qué carajos? _ se acerca casi teletransportándose y me lleva con cuidado al sofá mientras llama a la ambulancia, parece que tengo algo muy feo.

< Lenka, creo que tienes varias costillas rotas _ y cuando ve mi tobillo abre los ojos como platos, está negro de lo amoratado y es una pelota, se puede ver las pequeñas venas rotas y se ve asqueroso debo confesar.