Capítulo 7

Alyssa se despertó temprano a pesar de que era domingo y bajó a desayunar. Cómo siempre sus padres ya estaban en la cocina, su padre tomaba café y su madre hacían unos hot cakes.

- Buenos días - saludó Alyssa.

- Buenos días hija. Que bueno que te levantaste temprano, cómo hoy es domingo y la próxima semana te vas al campus me encantaría que pudiéramos pasar juntos el día. -. dijo el padre de Alyssa. Esto ella no lo tenía contemplado, pero no le desagradó del todo la idea.

- Claro que sí papá, sólo me gustaría pasar un rato por la librería si a ti no te molesta, hay unos libros que me gustaría comprar. - dijo ella.

- Por supuesto. Me da mucho gusto que le pongas empeño en tus estudios de la universidad. Termina de desayunar para que compres tus libros y te veo en el club para jugar tenis.- dijo el padre .

Alyssa desayunó con sus padres y se fué a la librería del centro a comprar todos los libros de magia y brujería que pudiera encontrar.

Después regresó a la casa y se cambió para el partido de tenis en el club. Los padres de Alyssa no eran multimillonarios, pero si gozaban de una excelente posición social, así que ella siempre asistía a los lugares y restaurantes más exclusivos.

Alyssa llegó al club y pasó el resto de la tarde con sus padres, ya para la cena se dirigían a él restaurante del club.

Al fondo había un hombre joven muy elegante rodeado de varias personas, a Alyssa le parecía conocido, pero estaba de espaldas y ella ya no le dió importancia.

Ella y sus padres se sentaron en su mesa y comenzaron a hablar acerca de los planes que tenían para los próximos meses mientras cenaban, cuando fueron interrumpidos.

- Buenas noches señor Thompson, veo que está cenando con su familia.

- Señor Taylor, que gusto verlo por aquí. Permítame presentarle a mi familia, ya conoce a mi esposa Débora y ella es mi hija Alyssa. - dijo el padre de Alyssa.

- Que gusto volver a verlo señor Taylor. - dijo Débora.

- El gusto es mío, pero por favor, díganme Tristán. Me permiten acompañarlos un momento?

- Claro que sí, tome asiento. - dijo el padre de Alyssa.

Alyssa estaba que no se lo creía, otra vez volvía a toparse con el engreído de Tristán. Y al parecer conocía a sus papás.

- Y como es que conoces a mis padres?- le preguntó ella en voz baja.

- Tu padre me está asesorando con unos fondos de inversión. Y tu madre me hizo el favor de conseguirme la casa donde estoy viviendo.

- Ya veo, mamá, papá, he terminado de cenar, si me diculpan voy a salir un momento al jardín, me siento un poco mareada.

- Hija, no quieres que te acompañe?- preguntó Débora.

- No mamá, estaré bien, solo estaré fuera un ratito.

Alyssa se levantó de la mesa y se fue al jardín a pasear un rato, caminó hacia el área de las albercas. Estaban vacías, hacía frío y ya empezaba a oscurecer. No era posible, esto ya era demasiado para ser coincidencia. Ahora resultaba que Tristán conocía a sus padres. Aquí había algo muy extraño.

- Ya estás mejor? - escuchó la voz de Tristán

- Qué? - volteó a verlo ella.

- Dijiste que te sentías mareada, puedo ayudarte.- Tristán sacó su péndulo, y ella recordando la noche anterior negó con la cabeza y comenzó a caminar de espaldas para alejarse de él hasta que Alyssa cayó a la alberca.

El agua estaba helada y ella sintió como si miles de cuchillos la atravesaran al mismo tiempo. Alyssa sabía nadar, pero la sorpresa y el frío la habían paralizado y empezó a tragar mucha agua.

De inmediato sintió unas manos que la sujetaban y la estaban sacando del agua. Había sido Tristán que se aventó al agua para sacar a Alyssa.

Ella aún estaba leventente consciente, el frío le calaba hasta los huesos. Tristán puso su mano sobre el pecho de Alyssa y ella empezó a sentir un calor que se extendía desde su pecho al resto de su cuerpo.

Una luz blanca muy tenue salía de la mano de Tristán y Alyssa por impulso sacó toda el agua que se había metido a sus pulmones. Ella alcanzó a ver la luz pero no estaba segura de lo que era.

Esto no se parecía para nada a la magia que había visto en los libros que compró.

- Que fue eso? Esa luz... salía de tu mano. - preguntó Alyssa.

- De qué hablas Alyssa? Cuál luz? Creo que estás alucinando. Has tragado bastante agua.- le dijo Tristán.

- Tu pusiste tu mano en mi pecho y salió una luz y yo volví a sentir calor en el cuerpo y me hizo expulsar toda el agua. Que fue eso?

- Eso era Reiki, por eso sentiste calor.

- Eso no es verdad, he visto el Reiki y esto no era así, quiero que me expliques que fue eso. Alyssa demandó a Tristán la verdad.

- Hija estás bien? - gritó Débora que iba corriendo a ver a su hija que estaba toda empapada.

- Aquí no te puedo decir nada, luego. - fue todo lo que le dijo Tristán en voz baja.

- Alyssa qué paso?- la madre de Alyssa se veía muy preocupada.

- Ya estoy bien mamá, con el mareo me resbalé y caí en la piscina, pero Tristán me salvó.

- Muchas gracias por salvar a mi hija, no sabría cómo pagarle. Ah ya sé!, por qué no viene a cenar mañana con nosotros para agradecerle?.- dijo Débora.

- Mamá cómo crees que Tristán va a tener tiempo de cenar en nuestra casa? Se nota que es un hombre ocupado.- replicó Alyssa.

- Mañana por la noche es perfecto, ahí estaré.

Alyssa no se creía lo que escuchaba. Entre los dos ayudaron a Alyssa a levantarse y Tristán la tapó con una toalla que estaba abandonada en un camastro cercano.

El padre de Alyssa ya había pagado la cuenta y le llamaron por teléfono para informarle del incidente, por lo que decidieron ir directo a la casa. Tristán se despidió de los Thompson y siguió su camino. Los tres llegaron a su casa y Alyssa y su madre se quedaron solas en la cocina para que Alyssa se tomara un té para entrar en calor.

- Mamá, que paso? Por qué decidiste salir al jardín a buscarnos?

- En realidad quería ver qué estaban haciendo ustedes juntos. Debo confesarte algo, me encantaría que tú y Tristán se enamoraran.

- Mamá eso nunca pasará, yo no soy el tipo de mujer deseada por un hombre como él, jamás se enamoraría de mí.- dijo Alyssa recordando las palabras de Tristán que tanto le habían dolido.

- Pero no le eres indiferente, se veía bastante preocupado por tí.

Alyssa más bien pensó que se veía preocupado porque descubrió su secreto. Alyssa ya había terminado el té.

- Ya me voy a bañar y luego a dormir. Que tengas buenas noches.

- Si hija descansa.

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