VIAJE DE CINCO

-¿En dónde… estoy?, ¿Estás ahí negro? Parece que no, parece que estoy en el mismo sueño… otra vez. Veamos, donde estarán las cuatro estrellas, ya las encontré… pero no son cuatro, ahora son seis. Ahora solamente falta que volteen mi rostro y ver don sombras tenebrosas y… aquí están, las dos sombras aunque esta vez les brillan los ojos.

-¡Aaah! –me levanto inmediatamente del lugar donde estaba acostado y Kurumi cae sentada encima de mí.

-¿Estas bien capitán? Parece que tuviste una pesadilla –me dice Azula.

-Yo… lo siento Ku. Olvide por completo que estabas durmiendo encima de mí.

-No te preocupes.

-Concuerdo con Kurumi, ahora tranquilízate. Es solo una pesadilla –dice Rias mientras me toca mi hombro derecho.

-No sé qué habrás soñado pero es claro que te dio temor, tu respiración está muy acelerada al igual que tus latidos –agrega Lana.

-Sí, gracias. No creo poder dormir más tiempo así que es buen momento para cambiar de lugar, ¿te parece bien?

-Vale, cualquier cosa me avisas. Me acostare donde estabas tú, esta cálido.

-¿Qué paso galán? –Tuve el mismo sueño con algunas diferencias, ahora mire seis estrellas y las sombras tenían brillo en sus ojos –Cada vez suceden cosas muy extrañas en tu vida –Sí, no sé qué mierda este pasando.

...*********...

-Hmmm, parece que me quede dormido nuevamente…

-Mmmm, buenos días capitán –me dice Azula tallándose los ojos, esta recargada en mi pierna izquierda.

-Ammm, buenos días comandante… buenos días Azula –dice Kurumi mientras estira los brazos, estaba dormida en mi pierna derecha.

-Emmm, buenos días líder –dice Lana mientras suelta un fuerte suspiro y se levanta de mi brazo derecho- Buenos días para ustedes también.

-Ommm –se levanta de mi brazo izquierdo estirándose y agarrando su cabello- Que bien dormimos… no me di cuenta cuando nos venimos junto al jefe, buenos días a todos.

-Me da gusto, mucho gusto que las cuatro hayan dormido tan bien… pero me duelen mis brazos.

-Es culpa tanto de Lana como de Rias, yo por eso me recargue en tu pierna.

-Hablando de eso, no puedo levantarme… mis piernas están entumidas. Tendrán que hacer el desayuno por mí.

-Está bien, haremos el desayuno por ti pero hoy si me enseñarás una nueva técnica –me dice Rias.

Kurumi Grayson.

Sábado 7 de Septiembre, 11:11.

-Oye Demian, dime algo… ¿es verdad todo lo que está escrito en este libro?

-Te prometo que es cierto.

-Si lo que dices es verdad, hay una posibilidad de que nos encontremos con el titán tortuga, ¿no?

-Correcto, es difícil calcular su trayectoria. Si pudieras seguirlo en cuanto de una vuelta completa al Triangulo podrías saberlo.

-¿Nos atacaría si lo encontráramos? –pregunta Rias.

-Según el libro no, es un titán muy listo y no pelea a menos que sea amenazado y cosas de esas.

-Ya veo.

-Sin embargo hay un problema con ese libro… esta desactualizado, actualmente hay una prisión encima del caparazón del titán.

-La prisión llamada Alcatraz –interrumpe Azula al comandante.

-Correcto, supongo que tuviste que escuchar múltiples condenados a ese lugar –le dice Demian a Azula.

-Sí, eran normalmente cada seis meses que llegaban muchos soldados de la Capital, el Imperio o el Bosque Vivo con criminales para Alcatraz.

-¿Por qué está en el mar?

-No lo sé Lana, he preguntado muchas veces a los soldados pero ni ellos sabían –contesta Azula.

-¿Tú lo sabes jefe?

-Sí Rias, todo gira en torno al Triangulo de las Bermudas… desde la Guerra Divina se empezaron a construir las armas legendarias. El mejor herrero, Hefestos no es nada tonto, acepto todas las armas que se le pedían a cambio de bendecir o maldecir sus tierras que había elegido para forjar dichas armas.

-¿A qué te refieres con bendecir o maldecir? –le pregunto.

-Porque es según como lo veas, un lugar donde no puedas pelear, no puedas atacar siendo el atacante lo veras como una maldición pero viéndolo como víctima era un bendición.

-Ya veo.

-Por eso rodea las tierras, los prisioneros no pueden hacer nada que implique conflicto –dice Lana.

-¿Sabrás que se necesita para ingresar a esa prisión?

-Conozco varias razones, una es las enfermedades mentales, otra es crímenes de guerra y otra es traición. Pero supongo que se actualizan a como sea requerido.

-Increíble que existan seres así.

-Me gustaría ver a algún titán algún día.

-Cambiando de tema, he estado practicando mi magia de gravedad… ¿pero para que lo estoy? –pregunta Rias.

-Quiero enseñarte un truco, uno que es muy molesto y entre más mejores la magia de gravedad. Más molesto e útil se volverá, tanto que incluso mil seres caerían ante semejante técnica.

-¿En serio? –dice Rias con los ojos brillosos y una cara de asombro.

-¿Cómo se llama esa técnica, comandante?

-¿Quieren que se las haga? Porque si les digo el nombre automáticamente se activara.

-Entonces escríbela –le dice Lana.

-Está bien se las diré.

-No no…

-De rodillas –dice Demian interrumpiendo e inmediatamente todas caemos doblegadas en el carruaje.

-¿Qué es esto? –pregunta Azula mientras intenta componerse.

-¿Es muy bueno verdad?

-Entiendo –le contesta Rias- Dices esas palabras y automáticamente tu cerebro interpreta que estas usando magia de gravedad.

-Hmmm, me has sorprendido, nadie había descubierto mi secreto.

-Lo supe desde que dijiste que si decías el nombre el hechizo se activaría… es demasiado obvio.

-No lo había pensado.

-¿Ya nos puedes quitárnoslo de encima?

-Ah, sí, perdón.

-Es una increíble técnica, ¿Cómo podemos zafarnos de ella?

-Es muy fácil Ku, solamente tienes que enfocarte en tu fuerza de voluntad. De donde vengo hay una frase muy popular… “Querer es poder”.

Lana Bat.

Martes 10 de Septiembre, 14:52.

-Oye Demian… ¿de verdad crees que es buena idea haberle enseñado ese hechizo a Rias?

-¿Por qué lo preguntas?

-Porque cuando lo usaste conmigo me sentí bastante humillada. Ah decir verdad me sentí como una hormiga siendo pisada.

-No recordaba que te la había demostrado a ti. Pero es buena idea, ella vio cómo funcionaba.

-Y yo no, por eso se la enseñarás a ella.

-Sí y no, se la enseñe porque es buena con la hechicería… y a ti no se te da como a ella. Es como sucede con los elementos, Kurumi es la mejor de las cuatro, Rias es mejor hechicera, Azula es mejor analista y líder.

-¿Y yo?

-Tú, ¿no lo sabes?

-Lo sé, no soy buena en ninguna de las cualidades que has dicho.

-Hmmm, veo que no te has dado cuenta. Si no dejas de compararte con las demás no podrás ver más allá.

-Si no me doy cuenta, ¿Por qué no me lo muestras?

-Porque no me lo has pedido.

-Ayúdame a encontrar en lo que soy buena.

-No puedo ayudarte con eso… pero si puedo ayudarte en mejorar.

-¡Comandante! –grita Kurumi mientras viene con unas rocas en las manos junto con Azula y Rias.

-¿De verdad ya fueron las cuatro vueltas?

-Claro que sí, nosotras no mentimos.

-Está bien… platicaba con Lana y hablábamos de sus habilidades más destacables, también me dijo que ella no destacaba en nada. ¿Ustedes que opinan?

-¿Es cierto eso Lana? –me pregunta Rias- ¿O es una mentira de Demian?

-Sí, si dije eso.

-Pero eres bastante buena peleando cuerpo a cuerpo. Nos has enseñado a todas.

-¿En verdad creen eso?

-En serio –me contestan todas.

-¿Tú Demian?

-Es cierto que eres muy buena… puedo ayudarte con eso, es tu punto fuerte aunque siempre puede mejorarse. Sé de algunos estilos de pelea, dado a tu raza y tu experiencia debería de ser un poco más sencillo aprender distintos estilos de pelea… y no te voy a engañar, solamente sé lo básico por lo que tendrás que visitar a un autentico en el estilo que más te guste o con el que mejor te sientas.

-¿Te imaginas que el maestro de maestros la entrenara? –le dice Kurumi al líder asombrada- Sería impresionante ver a Lana respondiendo a cualquier ataque.

-Ciertamente es una ventaja muy grande pero como todo en el mundo, también tiene fallas… si solamente pelea cuerpo a cuerpo se verá en la necesidad de avanzar o retroceder ante ataques de larga distancia.

-Para Lana no será problema alguno, podría quitarles el oxígeno si se alejan demasiado, puede volar o lanzar golpes al aire –dice Azula.

-Ves –dice Demian tocándome el cabello pero sin apartar la vista del camino- Estas tan enfocada en los progresos de tus compañeras que no has notado los tuyos… como no los has demostrado tanto no te has percatado de tu enorme crecimiento. No quiero que les pase lo que me ha dicho Lana hace unos momentos, no sé sientan de esa manera porque no es la realidad, Lana es Lana, Rias es Rias, Azula es Azula y Kurumi es Kurumi. Nunca serán las mismas, cada una brilla a su manera y están en el momento que deben de estar. Somos compañeros, aliados, colegas o amigos… como gusten decirle.

-También somos rivales –le dice Kurumi.

-Es cierto capitán, entre rivales y amigos.

-¿De qué son rivales exactamente?

-De ti.

-¿Cómo que de mí, Lana?

-Sí, vemos quien será la primera por la que demuestre más sentimientos que de amigos.

-Hmmm ya veo… díganme, que beneficios tendría que tuviera relaciones con alguna de ustedes. Primero tú Azula.

-¿Yo? Bueno yo quería aclarar que dijimos que es una rivalidad porque demuestre sentimientos… no por tener relaciones.

-Lo he dicho mal pero me entendieron… creo.

-Mmmm, la ventaja que tendrías es que saldrías con un hermosa chica que tiene un ojo azul y otro rojo, que mide 1.71 unidades. Con una cabellera oscura preciosísima.

-Solamente te describiste –le dice Demian.

-Creí que esa era la idea.

-Te toca Kurumi.

-Ammm, si salieras conmigo podrías vivir allí mismo, en la Antigua Capital, tendrías como mujer a una humana divida que mide solamente 1.69 unidades… es decir que no ocupo mucho espacio en tu cama. Podrías comer lo que quieras, porque sé cocinar muchas cosas, si no te gusta mi cabello canela podría pintármelo por ti y…

-Lo dejaremos hasta allí –le dice Demian interrumpiéndola- Bueno, es tu turno Lana.

-Emmm, al salir conmigo estarías siendo el ser más afortunado así como envidiado del mundo.

-Hmmm, sígueme diciéndome más.

-Oye, a mí me interrumpiste –le dice Kurumi mientras toma al líder por el cuello.

-Es que ya me estabas convenciendo, si seguías ya no le habrías dejado oportunidad a las demás.

-Ah bueno –dice Kurumi mientras pasa de tener sus manos en el cuello de Demian a su abdomen.

-¿Continuo?

-Por favor –me responde.

-Por qué serias el más afortunado te preguntarás, y es porque estarías con una preciosisisisisima súcubo, es decir, tenemos más resistencia sexual que las demás razas –le digo mientras rodeo su brazo izquierdo.

-Que puta –me dice Rias- Dijimos que el jefe debe de mostrar sentimientos.

-Eso dijo Azula, yo no lo hice.

-Lana tiene razón, fue Azula quien lo dijo –me apoya Kurumi.

-Son unas malditas.

-Ahora que lo mencionas, ¿Cómo se hacen las maldiciones Demian?

-Buena pregunta, las maldiciones son cosas muy especiales. La clásica o más común es que cuando un ser con una vasta cantidad de energía mágica aplica un hechizo sobre un sitio, ser u objeto, por ejemplo el Triángulo de las Bermudas puede entrar como una maldición de no poder defenderte de nada. Las armas legendarias podría decirse que clasifican como objetos malditos ya que de no cumplir con los requisitos, puedes incluso morir.

-Pero si cumples esos requisitos no pasara nada.

-Correcto Lana, así que no sé si cuenten como objeto maldito. ¿Recuerdan la historia que les conté acerca del sótano de la casa?

-Sí –respondemos todas.

-De ser cierta, todos aquellos que murieron por el Dragón son seres malditos.

-Okay, dijiste que era la maldición clásica. ¿Cuál es la otra?

-La otra la llamo maldición involuntaria o natural.

-¿Natural? –le pregunto.

-Tampoco entiendo eso de natural jefe –agrega Rias.

-Es algo difícil de explicar porque no estoy del todo seguro que sea tal y como se los contaré. Cuando se habla de algo consecutivamente malo puede causar dicho efecto… por ejemplo, ¿que sienten cuando escuchan “El Dragón Celestial Negro contra El Dragón Celestial Blanco”?

-Miedo –responden Azula y Kurumi.

-Que se acabara esta era –dice Rias.

-Que será destrucción total –agrego yo.

-Lo ven, cosa que no es así. Ellos ya pelearon hace como cien años en la Capital y no fue la destrucción de toda una era. Solamente de unas casas y negocios… pero como muchos seres dicen que todo acabara cuando esos dos peleen causan ese temor en los demás. Como consecuencia, los dragones están maldecidos a ser temidos. Y si algo sé, es que las palabras tienen mucho poder.

-Entiendo –dice Rias- Es como el hechizo que me enseñaste, con esas palabras nos doblegaste. Si todos esos miles de millones de seres dicen que los dragones traerán destrucción los están maldiciendo involuntariamente.

-Así es.

-Ou, que increíble pueden ser las maldiciones… me gustaría conocer a los dragones. No creo que sean malos seres, de todas formas todos buscamos probarnos con seres similares y demostrar nuestra fuerza. Solamente que ellos están en un nivel totalmente descomunal, pero no es su culpa, al menos no intencionalmente.

-Gracias Lana.

-¿Por qué?

-Por agarrarme del brazo, ya se me había cansado un poco pero gracias a ti me siento mejor que antes.

-Ahora es turno de Rias –dice Kurumi.

-Cierto, lo olvidaba. Adelante princesa.

-Pues… ya que lo has dicho, salir conmigo te convertiría automáticamente en un candidato a rey del Inframundo. De igual manera, serias el más envidiado de todo el Inframundo… lo mejor de todo es que no tendrías que pasar las pruebas de mi padre porque ya te conoce un poco.

-¿En serio le pone pruebas a tus pretendientes?

-Sí, normalmente son pruebas de valor o de traición. Cuando me doy cuenta están en rehabilitación debido a un fuerte trauma.

-¿Tú podrías sobrevivir a esas pruebas?

-No lo sé Lana, soy humano y tengo capacidades distintas a la de los demonios.

Rias Morningstar.

Sábado 14 de Septiembre, 15:52.

-Dos… mil.

-Hemos hecho dos mil veces este ejercicio capitán –dice Azula.

-¿Por qué hacemos esto jefe?

-No estaría nada mal que su físico esté en condiciones más que perfectas.

-No comandante, si lo hacemos perderemos nuestro sensual físico femenino.

-No Kurumi, no cambiara mucho porque no estamos agregando más peso. Si usáramos ese método provocaría que tus músculos se inflaran dando ese aspecto gigantesco.

-Solamente nos marcaremos, por así decirlo.

-¡Mira capitán! –dice Azula con asombro- Ya se puede ver el mar.

-Es cierto, llegaremos muy pronto a nuestro destino… ¿Cómo se la pasaron en el viaje? Hasta este momento claro.

-Muy bien, es bastante agradable pasar tiempo con ustedes aunque los entrenamientos fueron algo difíciles al comienzo.

-Concuerdo con Kurumi. Hemos avanzado muchísimo, ya domino mejor el hechizo de gravedad, Lana puede volar sin la necesidad de usar sus alas y su combate cuerpo a cuerpo es realmente asombroso. Azula es demasiado buena con su elemento… aunque todavía tiene que perfeccionar su danza sigue estando muy avanzada. Y de Kurumi no se diga nada, parece que nació junto con el elemento fuego.

-Ciertamente es un avance casi irreal, si no lo hubiera presenciado todo este tiempo dirías que me están engañando, les daré una recompensa. ¿Qué les gustaría?, siempre y cuando este a mi alcance.

-¿Qué me gustaría? Que buena pregunta.

-Pos para ti que eres una princesa debe ser realmente difícil, puedes tenerlo todo.

-Me has dado una idea, hasta ahora solamente no he tenido dos cosas en el instante en que las quise… te daré dos opciones, La primera es que me des algo que evidencie tus sentimientos por mi aunque sea solamente amistad o simples compañeras, la otra es que puedas pasar las pruebas de mi padre.

-Hmmm, de acuerdo. Haré lo que suceda primero.

-Nosotras opinamos lo mismo, un regalo que signifique lo que sientes por cada una –habla Lana por todas.

-De acuerdo, les daré unas almohadas a cada una para que duerman conmigo.

-No se vale el mismo para todas.

-No, cada una tendrá su propia almohada.

-Me refiero a que nos des a las cuatro el mismo.

-Que tramposas, no dijeron eso al principio.

-Ni modo, para que lo dices ahora… debiste guardártelo para cuando tuvieras listas las almohadas –le dice Kurumi.

-Hablando de regalos jefe, ¿sabes cuándo es tu cumpleaños?

-Yo cumplo años el doce de diciembre, ¿ustedes cuándo?

-Yo cumplo el seis de Junio.

-Yo el catorce de Febrero –responde Lana.

-Yo el diez de Julio.

-¿En serio Kurumi? Cumples años cinco días antes que yo –le dice Azula.

-Falta mucho para que cumplan años. Con un poco de suerte consigo sus regalos antes

-Llegara primero el tuyo capitán, ¿te gusta celebrarlo?

-La verdad es que no Azula, nunca he celebrado mi cumpleaños con una fiesta o algo similar.

-¿Por qué? –pregunta Lana.

-Se me olvida, normalmente estoy ocupado y bueno, son cosas que pasan.

-Esta vez lo festejaremos todos juntos, ¿cierto?

-Eso espero Rias –me contesta con su clásica sonrisa fingida, como me molesta- No tienes que sonreír siempre Demian, hazlo cuando verdaderamente estés feliz.

-Lo siento, no me acostumbro.

-No te preocupes comandante, al menos lo intentas. Ya lo haces con menos frecuencia.

-Con cuerdo con Kurumi, pero ya llevamos mucho tiempo juntos. Deberías saber que ya no puedes engañarnos o mentirnos, te conocemos al igual que tus costumbres y demás.

-¿Siempre has sido así Demian?

-No lo recuerdo, no recuerdo si cambie, si mejore, si doy el mismo o si empeore… es como si, no sé….

-¿Cómo si estuvieras incompleto?

-Sí… yo, yo pude hacer mejor las cosas. Pude salvarlas a todas y nada de esto estaría pasando.

-¿Te arrepientes de conocernos?

-Claro que no, me arrepiento de estar metiéndolas en esto sin siquiera preguntarles.

-Tú no nos metiste…

-Nos habríamos inscrito en la Academia de cualquier forma… -interrumpe Azula a Kurumi.

-Ese error te llevo a ser nuestro líder…

-Agradezco que el destino, la suerte, las posibilidades o las casualidades nos hayan hecho cruzar caminos –interrumpo a Lana.

-Lamento no poder responder a los sentimientos de ninguna de ustedes –dice Demian mientras sus ojos se llenan de lágrimas y su voz comienza a quebrarse- Tengo miedo que las pierda a ustedes también.

-Eso no pasara jefe…

-Te prometemos… –me interrumpe Lana.

-Que cada una de nosotras…

-Te ayudara a salir –interrumpe Kurumi a Azula.

Todas abrazamos a Demian por detrás, es inevitable no llorar al ver lo por primera vez temeroso, sincero, con tantas emociones demostradas en tan solo unos segundos. No cabe duda que es el ser de mis sueños, capaz de hacerme sudar, gritar, llorar y amar.

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