Capítulo 18 Despacho

Leonardo

Me levante temprano hice mi rutina de ejercicios me di un buen baño y mande a llamar a Donato a mi despacho él es uno de mis mejores trabajadores y es por eso que le encargue la seguridad de mi mujer.

— Sr. Buenos días, ¿me mando a llamar? — Entra el susodicho al despacho.

— Buenos Días, si Donato quiero que a partir de hoy seas la sombra de mi mujer, necesito que pases por el centro comercial le compres un teléfono y te vayas para su casa, ella te dará el resto de indicaciones. — Moría por hacer esto desde el día uno, no voy a permitir que siga incomunicada, no ahora que oficialmente estamos juntos.

— Muy bien Sr. — Asiento y él sale del lugar. Me dispuse a maquinar un plan para pasar un fin de semana increíble con mi princesa, así que decidí llamar a los chicos para ponerlos al tanto del plan. Hoy iríamos a la casa de descanso estoy seguro de que le va a encantar, eso servirá para que la conozcan y para relajarnos un poco.

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Llamada...

— No hay nada pendiente haz es favor de no molestar… — Andrés sus días libres era un completo perezoso, dormir era su pasión.

— Eres un idiota... No te llamo por trabajo bella durmiente. Te necesito en la casa de campo antes de medio día, sin falta. Adiós — No le quité tiempo con detalles, era mejor dejarlo dormir y que llegará al encuentro con buena cara.

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Llamada…

— Buen día, flor. — Giré los ojos.

— No tengo amigos serios, necesito que compres cerveza y vodka iremos a la casa de descanso. ¡Te veo allá! — Matías es el peor de todos, no me dejaba un respiro con esos apodos nunca.

— Tú eres el jefe. — Se ríe. — Esas son las órdenes que me gusta que me des. Seguro le debo esto a mi cuñada. ¡Te veo allá! — Mis amigos son únicos sin duda.

Salí a desayunar después de cuadrar todo y ahí estaba mi hermanita...

— ¡Hola guapa! Buenos días — Besándole la cabeza.

— Buen día, hermoso. Estás de buen humor, ¿todo bien? — Si que lo estaba, hoy por fin le daría a mi chica un día normal, la sacaría de esa casa a respirar otros aires.

— Sí, hoy le presentaré a los chicos a Lorena. Nos vamos a la casa de descanso arréglate. — Agarró el tenedor para empezar a comer y el sonido de una llamada de un número desconocido me detiene, seguro era ella.

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Llamada...

— Princesa… — Le contestó más que feliz, lo estoy y seguro mi rostro lo dice porque mi hermana sonríe ampliamente, así que creo que la contagié.

— Mi Amor... Buenos días. — Ella habla con esa vocecita que amo.

— Princesa quiero pasar el fin de semana contigo por favor arréglate para salir, estaremos fuera todo el día. Iremos a la casa de campo también invité a los chicos… — Le suelto de una emocionado.

— Ohh wow Eso es genial. ¿Amor puedo invitar a Diana? — Me pregunta tímida.

— Eres mi princesa, tú puedes hacer lo que quieras, lleven vestidos de baño y bloqueador. — Le digo con total seriedad, quiero lograr que ella tenga confianza y deje de ser tan insegura.

— Ahh si, pues entonces necesito dinero para comprar algunas cosas. — Me dice tan bajito que apenas puedo escucharla.

— Bien. Le diré a Donato... ve con el hacer tus cosas y que te pase directo al lugar con tu amiga. Te veo allá. — Suspiro pensando que esto será difícil, solo espero que sí algún día tiene un problema recurra a mí, confíe en mí.

— Listo. Amor... ¡Gracias por esto! — Su voz cambia a una más contenta.

— No me gusta tu manera de agradecerme. Que tal si mejor… — Ríe a carcajadas y me cuelga. Por lo menos mis bromas sirven para hacerla reír.

—No puedo contigo. ¡Adiós cachondo! — Quede con la sonrisa de idiota... sin duda ella lo es todo para mí, estoy más que enamorado. Si alguien me hubiera dicho que a estas alturas estaría así de perdido por una mujer me hubiera reído en su cara y mírenme creo que loco es poco.

Terminé de hacer algunas cosas para adelantar un poco el trabajo y me puse en marcha luego de leer el SMS de mi chica diciendo que ya iban en camino. Este día promete…

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Lorena

Leonardo cada día me sorprendía más, él simplemente supera todas mis expectativas.

Amanecí inmensamente feliz, no había nada que fuera a opacar ese sentimiento.

Desayune con la mirada asesina de Paula, pero la ignoré totalmente, cuando quiso empezar con sus insultos mi papá la frenó cosa que en serio me dejó en shock y hay supe que ese era el efecto Conti sobre mí padre. Cuando el timbre sonó era una sorpresa más de mi amado, un teléfono de última generación con el número de el guardado y el de Donato quien se puso a mi disposición.

Hable con Leonardo y es que este hombre solo piensa en coger... creo que nos quedaremos pegados un día de estos. Ja, ja, ja, les cuento un secreto "ME ENCANTA QUE ME TOME" es es tan pervertido tan directo tan loco. Mi Loco...

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Llamada...

— Amiga buenos días tengo tanto que contarte *Emocionada*

— Lo siento, estoy temporalmente fuera de servicio. — Voz Soñoliento.

— Y yo que pensaba llevarte de compras para gastarnos todo el saldo disponible de la tarjeta de mi novio *Mirándose las unas* Que pena. — En estos casos es mejor recurrir al chantaje.

— Oh my God!! En 5min ¿Donde? — Claramente emocionada me responde.

— Quédate donde estás... yo paso por ti. Adiossss. — Pase por ella a su casa y luego fuimos al centro comercial por bloqueadores y vestidos de baño y unas cositas más, como ropa de verano. Era la primera vez que saldría tan lejos de casa. La sensación era increíble, el día estaba hermoso y prometía, sin duda aprovecharía para pasarla genial.

Escogiendo los vestidos de baño se me ocurrió una loca idea para molestar a Leonardo, a él le gustaba jugar pesado y a mí me encantaba vengarme.

Escogí un bikini super chiquito de dos piezas tipo hilo literalmente solo tapaba mis partes íntimas y eso. Y le mandé una foto diciendo que ese me gustaba, que que le parecía a él.

SMS: Amor, este me gusta, ¿Que tal me veo? ¿TE PARECE QUE LO USE?

SMS: ¿Pero que demonios Raquel? Ni se te ocurra aparecerte con ese acá.

SMS: ¿Qué tiene, es para tomar el sol, no que vamos a la playa?

SMS: Me importa una mierda, crees que estaré tranquilo viendo cómo otros te miran.

SMS: ¿Entonces para qué vamos a la playa? Para eso llévame al cine y así nadie me ve.

SMS: Maldita sea. No me jodas con eso.

SMS: Ja, ja, ja te amo.

SMS: ¿Es una broma cierto?, por favor nena, dime que lo es.

SMS: Ja, ja, ja Lo es, y no se te vuelva a ocurrir coquetear con otra en mis narices porque juro que te rompo el osico. Claro que puedes tutearme...

SMS: Ja, ja, ja te amo.

SMS: Tonto.

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