Capítulo 12 Primera vez.

Lorena

Me dejé llevar y fue increíble, mi primera vez estuvo más que genial, con un hombre que me quiere y acepta como soy, nunca me había sentido tan plena, tan amada, mimada, consentida. Este hombre de verdad es increíble. No sé qué nos espera después de esto pero no lo quiero arruinar preguntando cosas, él juró que se haría cargo y le creo.

Caí sobre su pecho después de ese orgasmo tan increíble... Nuestras respiraciones agitadas poco a poco se fueron calmando, él salió de mí y me acomodó a mi lado dándome un beso en la cabeza, yo solo me aferré más a él.

— No quiero que te sientas insegura, prometo que arreglaremos todo y pronto podremos estar juntos, sin escondernos. Odio que al fin haya encontrado el amor y tenga que ser así. Pero, adoro que seas tú… — Después de un rato de silencio donde ambos nos recuperamos, escuché esas palabras de él. Lo abracé más fuerte.

— Eres un hombre maravilloso… — Le digo en respuesta.

— Y soy solo tuyo ¿Confías en mí? Porque necesito que lo hagas princesa… — Levanté mi rostro de su pecho y me acomodé para mirarlo a los ojos, luego asentí.

— Sí. ¿Qué estás pensando? — Pregunté con curiosidad.

— Tranquila... Ven vamos a bañarnos. — Se levantó de la cama como el creador lo trajo al mundo.

— Ve tú. — Le digo sin mirarlo más de lo necesario.

— No me digas que es lo que creo, porque déjame decirte que ya es demasiado tarde. Vi absolutamente todo de ti, ahora eres mi mujer, por favor que no te dé pena conmigo. — Yo no era él, a mí sí me daba mucha, pero mucha pena.

— Aun así, yo… — Agache la cabeza y había una mancha en las sábanas, era la prueba de la pérdida de mi virtud, me daba tanta vergüenza que él la viera.

— ¿Qué pasa nena? Quiero bañarme con mi chica ahora. — Me dice aún de pie frente a mí.

— ¿Siempre eres tan mandón? Ve, ahora te alcanzo. — Sonríe y niega.

— Mmm está bien, si es por la mancha en la sabana, ya la vi y me encanta, me hace sentir orgulloso y feliz. — Me sorprendí tanto que me reí a carcajadas.

— Eres un pesado. — Lo vi irse y que vista me dio de ese trasero redondo y rico ja, ja, ja él era tan liberal, mira que no darle pena que lo viera desnudo. Tenía tanta vergüenza de estarlo viendo a la cara cuando realmente quería ver su entrepierna que se movía y movía cada que él hacía un gesto. Ja, ja ja.

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Leonardo

— ¡Apúrate! — Entró a la ducha, la ayudé a lavarse su cabello y la volví a tomar, es que ella es tan deliciosa, los vidrios se empañan y los azulejos sostuvieron su rostro mientras yo la embestía duramente. Sabía que era su primera vez y quizás era justo por eso que quería más y más de ella, tan apretado, tan resbaloso, ella gimiendo descontrolada, amaba sus gemidos de gatita, hacían que me pusiera más duro. Llegamos juntos de nuevo y ahora sí, la ayude a bañar.

— ¡Basta! Saldré primero te espero afuera. — Reí, Seguro ella pensó que debía frenarme si no no salíamos hoy de la ducha, me sentía tan feliz.

— Que hermosa vista bebé. — Estaba acostada boca arriba con sus manos sobre la cama y él dorso levantado, mirándome fijamente a los ojos, con esa mirada que me encanta y ese cabello rizado, imagino a mis hijas con ese cabello todas adorables, con Lorena me imagino todo. Me gusta toda ella tal cual es, tímida, sensible, cariñosa, con ella se me dan las cosas fáciles, y no es que ella sea hay una mujer como cualquiera, ella para mí es especial y el detalle con ella no está en lo fácil que se nos da relacionarnos como pareja, porque si a eso vamos yo soy aún más fácil y además regalado. Pues a ella yo le daría todo de mí, sin dudarlo.

Siento que me trae de los putos huevos desde el día uno. Lo difícil con ella está en tener que resolver todos los problemas con su familia, en tener que vernos a escondidas, en el hecho de que su padre sea un tirano. Y que al igual que yo, mantenga una doble vida. Tratar todo eso era lo realmente difícil, pues estar ocultando cosas, contándole las verdades a medias para no lastimarla era difícil pues yo sabía que ella sí estaba siendo sincera y transparente conmigo. Yo espero que a medida que ella se vaya enterando de las cosas entienda mi posición y sepa que lo hice para protegerla y facilitarle muchas cosas, porque su bienestar y seguridad es lo primero para mí. Como siempre que la halago se sonrojó y río.

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Lorena

Me acerqué a él y toque sus brazos, su pecho, sus abdominales marcados y me detuve en el borde de su ropa interior, sí, él salió de la ducha solo en bóxer, uno blanco y muy pegadito, marcaba toda su virilidad uff, lo miré a los ojos y hay estaba otra vez esa mirada de depredador me agarro de la nuca y me beso...

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Leonardo

Ella Me vuelve loco sus besos, su olor, esa boquita.

— Eres hermosa princesa me encanta este lado atrevido, Ven. — La llevé hasta el sillón que estaba en la habitación y la senté en mi regazo empecé a tocar sus piernas me encantaba tenerla así.

— Amor tenemos que irnos recuerda que no puedo llegar tarde a casa además debemos pasar por la farmacia — Sonrojada.

– Amo cuando te sonrojas. Ya no tienes que tener pena de nada.. Ahora eres mi mujer, solo mía. ¿Está Bien?

— Sí señor posesividad, vamos. — Nos cambiamos e hicimos todo lo que le dije. Él compró mi pastilla para el día después y me llevó cerca de casa.

— Necesito poder comunicarme contigo cuando quiera. Esta situación apesta! — Frustrado.

— Tranquilo amor después lo resolvemos recuerda lo que hablamos. — Me gustaba cuando me hablaba suave y acariciaba algún lugar, mano, mejilla o barba, el que fuera, tenía el poder de hipnotizarme, de tranquilizarme increíble.

— Está bien... pero te quiero almorzando conmigo todos los días. ¿Sí? — Ambos reímos, pues soy un persistente de lo peor.

— si mi amor. — Me responde.

— ¡Bien! Si no puedo pasar por ti mandaré a mi chófer a buscarte con instrucciones. — la beso y luego nos despedimos.

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Lorena

Al llegar a casa estaba mi adorada hermana en la sala y hasta ahí llegó mi felicidad…

— Llevo esperando hace media hora, ¿Dónde estabas? — Lo odio en serio.

— Si no dejas de molestarme voy a hacer realidad eso que le dijiste a papá que te hice. ¡Así que déjame en paz! — Subí rápido a mi habitación y me puse seguro.

¡Solo quería descansar y pensar en ese hombre que me trae babeando... no lo puedo creer ya tuve mi primera vez!!! Quede con mi gordi en juntarnos para hablar ella quería saber como me había ido con Leonardo así que dormiré un rato mientras ella llega…

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