Capítulo 2 Misión

Lorena

— ¡¡No vas a cenar!! Hoy tenía que salir y no arreglaste mi vestido, eres una inepta.

¡Largo de aquí! — Me grita mi hermana Carla y hace de este otro día en que mi vida es un desastre... A temprana edad tuve que aprender a lavar, planchar, cocinar, coser y a pintar unas y no es que crea que todo eso es malo, más bien lo que creo es que toda mujer debería saber un poco de cada cosa. Vivir la vida que llevo me ha enseñado a ser humilde, he vivido sin cero lujos, así que para mí como mujer es mejor poder valerme por mí misma, sin necesitar a empleados, sin mencionar que si algún día llego a tenerlos valoraré cada cosa que ellos hagan por mí, he ahorrado un poco y gracias al cielo este es mi último año en la universidad. Estoy estudiando ingeniería industrial y tengo planeado. Escapar de mi familia. Me rehúso a seguir aguantando insultos y maltratos... me da mucha pena por mamá y por mi nana que es en realidad la única que me apoya porque mi madre solo se queda callada ante todo lo que me hacen en esta casa, mi hermana más que todo, pero esta vez voy a pensar solo en mí. Ya que consiga empleo y esté más estable puedo contarle donde estoy igual y mi idea es dejar de depender de papá, salir de esta casa y marcar mis límites.

Tengo una amiga Tere, la conocí un día en el que sentía que ya no podía más, un día en el que mis fuerzas y esperanzas estaban al límite, ella me ayudó y aconsejó. Desde ese día estamos muy unidas. Ella es una chica de talla grande, muy hermosa, es hija única y sus papás la aman y defienden con uñas y dientes. No como a mí qué bueno... ustedes ya saben.

Mi nombre es Lorena, tengo 23 Años. Soy fea, o bueno, así es como me siento pues, es lo que mi hermana me repite todos los días, es lo que yo veo al espejo, es lo que mi apariencia le muestra a los demás, una sociedad en la que vivimos tan superficial, no acepta mujeres como yo, que no se arreglan, no se perfuman, no se maquillan, vivimos del que dirán y es que no hay que negarlo, una manita de gato, ayuda y mucho, pero ese no es mi caso, pues hasta eso me ha sido negado.

El maltrato físico y psicológico que he recibido durante todos estos años por parte de mi familia ha dejado mi autoestima por el piso. Que otras personas se burlen de mi por mi aspecto físico y me humillen es una cosa, pero que ese mismo trato lo recibas de tu familia es lo peor que te puede pasar, se supone que la familia es un apoyo, que con ellos hay confianza y debes sentirte cómodo, pero no, ese no es mi caso. El mayor maltrato viene de mi familia, son ellos los que me obligan a verme así, restringiéndome todo. A diario me siento insegura y la única manera de evitar los insultos es comportándome como una "sumisa" que no soy. De Hecho, mi carácter es fuerte y sé defenderme muy bien, pero no de ellos, mi familia, pues son ellos los primeros de los que recibo insultos y quejas.

Les cuento, soy becada y mi familia tiene una gran empresa y propiedades, vivo en una mansión y parece que soy una empleada más.

Mi mamá Ana y papá Fabricio tienen una relación buena, entre ellos se entienden muy bien, pero a la hora de impartir justicia para con sus hijas fallan grandemente pues, no es como todos piensan que yo como la menor soy la favorita. NO!!, la Favorita es mi hermana mayor pues mi papá se siente culpable porque ella le hace falta su verdadera mamá y mi mamá se siente mal porque ella está suplantando a la mamá de mi hermana.

El caso es que por una cosa u otra mi hermana los tiene comiendo de su mano con sus manipulaciones y a mí sufriendo con sus humillaciones, porque sí, es a mí a la que trata mal, como una empleada poniéndome a limpiar sus cosas, a planchar sus vestidos, hacerle las uñas en fin. Si ella y yo tuviéramos una buena relación, yo viera eso como que está bien. Pues las hermanas comparten actividades juntas, pero no, al lado de ella es todo un caos.

Aprovecha cada momento para hacerme sentir mal.

Me visto con ropa holgada, sudaderas, uso anteojos y a mis 23 años no se me permite ningún lujo. Ni maquillajes, ni accesorios, ni nada ostentoso pues no puedo opacar a mi hermana Paula quien es una rubia muy hermosa mientras yo soy una morena de cabello rizado espantosa.

Pero todo estaba a punto de cambiar cuando lo conociera. El hombre más guapo y tierno de todos...

Bueno, eso creía, no es que iba a salir de una cárcel para meterme a otra, pero estaba a punto de comprobar que enamorarse también tiene sus contratiempos, no todo es color de rosa y que definitivamente todo el mundo tiene problemas y los míos parecían ser solo un pelo de gato. Aunque eso no quiere decir que no sean importantes, pues eran esos problemas los que estaban amenazando con acabar con mi equilibrio, con mi salud mental y emocional, gracias a cielo soy una mujer fuerte y ve tú a saber a quién debo agradecerle esa hermosa cualidad.

¿Casualidad? No sé si eso realmente exista, lo que sí sé es que conocer a mi amado fue tan casual que no me lo creo y sí, me deslumbró desde el instante después en que lo vi interesarse por mí, porque me sintiera cómoda y lo mejor, que no sé avergonzara de mi apariencia. Que él me tratara como su igual y hasta mejor, fue sin duda lo que hizo la gran diferencia y es por eso que le di la bienvenida a mi vida y a mi alma a Leonardo Conti y además me dejé ir como gorda en tobogán. Supongo que arriesgar también es parte de la vida, sobre todo cuando sin duda alguna no tienes nada que perder...