Prólogo

—Señora Martorell—La llama la secretaria— han llamado del hospital su papá se encuentra muy grave.

Lía se levanta de su asiento, aunque la relación con su padre no es muy buena igual le duele lo que le sucede.

—Gracias Francisca, le puedes decir al Sr. Alonso que saldré al hospital.

—Como usted diga señora, permiso— la joven sale de la oficina.

Lía se encuentra afectada por la noticia, su madre también murió hace algunos años y su padre es lo único que le queda, aunque él le haya hecho mucho daño aún es su padre.

Al llegar al hospital pregunta por la habitación del señor Joaquín Martorell.

—El señor esta en la habitación 405 —le dice la joven enfermera.

—Muchas gracias señorita—Se dirige a la habitación, antes de entrar calma su respiración y abre la puerta, se acerca hasta el y besa su frente.

—Papá ¿como te sientes?

El hombre agarra su mano y con dificultad le dice.

—Hija perdóname, cof, cof.

—No digas nada papá, no puedes esforzarte, debes quedarte tranquilo todo estará bien.

—Dejame hablar, se que ya no hay más tiempo, lo que tengo que decirte no me lo puedo llevar, hija hace diez años cuando tu hijo nació —cof, cof —respira con mucha dificultad, — yo... yo lo di en adopción cof cof cof.

Los ojos de Lía inmediatamente se llenan de lágrimas.

—Tu... ¿tu me hiciste creer que mi hijo había muerto? ¿pero que clase de persona eres?

Lía está en shock no puede creer que esto le esté sucediendo.

—¿Donde está? dime ahora mismo ¿donde está? —la mujer ya se encuentra alterada.

—No lo sé, pero el abogado sabe a qué institución lo lleve— cof, cof.

—Responde una cosa más, ¿Alonso sabe de esto? ¿el también te ayudo?

Joaquín comienza con una crisis de tos, y el sonido de los aparatos hace que las enfermeras lleguen a la habitación.

—Doctor, doctor emergencia —gritan las enfermeras, cuando el doctor entra a la habitación sacan a Lia, quien está aún consternada por la revelación de su padre.

Ella sale de la habitación y no espera a que le digan si su padre está bien o murió.

Ella corre hasta salir del hospital se monta en el auto y comienza a llorar.

—¡Mi hijo, mi hijo está vivo!, pero ¿dónde está?

Allí se queda en el auto, llorando no se por cuánto tiempo—debo pensar bien las cosas, debo descubrir dónde está mi hijo, y también debo descubrir si alonso tiene las manos metidas en todo esto.

El personal del hospital, buscan a Lia para darle la mala noticia de la muerte de su padre.

Lía entra al hospital nuevamente, dónde le dan la noticia, a ella no le causa ni un poco de dolor la muerte de su padre, ya que él es el responsable de todo el dolor que ella siente, obligándola a separarse del hombre que ama y arrebatando de sus brazos el fruto de ese amor.

—Te encontraré hijo así sea lo último que haga en esta vida.

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