Capítulo 5: No te preocupes papá, yo te enseñaré.

José Luis...

El camino a casa fue corto, pero Sofía se quedó dormida, me imagino cuanto disfruto en la casa de Katherine, me alegra con ella, la verdad yo no sé que decirle o que hacer, nunca pensé en ser padre, y menos después de que Mariana desapareció de mi vida, después de eso perdí el rumbo y me dedique a tomar y a conseguir mujeres para intentar llenar su vacío.

Saco la niña con cuidado del auto y la llevo a la cama, no hay ni sábanas ni cobijas en esta casa, los muebles están viejos y rotos, este no es un lugar apto para un niño, tengo que hacer algo para cambiar todo esto.

Tomo mi computadora y publico mi auto en una página para venderlo, espero conseguir un comprador pronto, no hay nada en la cocina, tendré que visitar un supermercado con urgencia, intento dormir, pero no puedo, tengo muchas preocupaciones y una niña que pronto despertara y que no sé que decirle o que tengo que hacer.

-Papá, papito, despierta- dice Sofía tocándome la cara.

-Tengo hambre papi, necesito ir al baño y no sé donde queda- dice la niña.

-Buenos días, pequeña, como dormiste- le pregunto.

-Bien papá, porque dormiste en el suelo, en la cama había espacio podías dormir conmigo- pregunta Sofía.

-Ven vamos al baño, y en un rato salimos al supermercado a comprar comida, está bien- le digo.

La niña entra al baño y yo le pregunto:

-Necesitas ayuda o sabes entrar sola-

-No papá, mamá me enseñó todo lo que necesito saber, estaré bien- responde Sofía- voy a bañarme para que podamos ir al supermercado- dice.

Al parecer Mariana le enseñó muchas cosas a la niña, y se lo agradezco mucho, porque no sabría qué hacer.

La niña salió del baño, ya bañada, entro a la habitación, se puso su vestido y se desenredó el cabello, su ropa está un poco desgastada, tengo algo de dinero, con esto me alcanzará para comprar comida y ropa para ella.

- Ya estoy lista, papá, solo que aún no sé peinarme bien, podrías hacerme una cola por favor- dice Sofía enseñándome un peine y unos moños.

-Lo intentaré, pero no te prometo nada, nunca lo he hecho, está bien- le respondo.

La niña se sienta y yo empiezo a peinarla, esto es más difícil de lo que parece, solo halo su cabello y ella sonríe, necesito ayuda y mucha.

-Al parecer no sabes ser papá- dice la niña con una sonrisa.

-Lo siento Sofía, no lo sé, no sé ser papá- le digo mirándola a los ojos.

-No te preocupes papá- dice tocando mi rostro con sus manos- yo te enseñaré.

En ese momento tocan la puerta, la niña se levanta y abre, era Katherine, por fin llegó la ayuda que necesitaba.

-Katherine!!!- grita Sofía dándole un abrazo.

-Hola Sofí, como te fue en tu primera noche con papá- le pregunta.

-Muy bien, pero no sabe peinarme- responde.

-No te preocupes yo te ayudo- le responde Katherine con una sonrisa.

-Buenos días, señor-

-Buenos días, Katherine, voy a tomar un baño y en un momento hablamos- le digo.

-Está bien señor- responde.

Al salir del baño, Sofía ya estaba lista, Katherine estaba en la cocina buscando algo para darle a la niña, yo entré a la habitación y me vestí, al salir le pedí a Sofía que me permitiera hablar con Katherine por un momento.

-Katherine, no tengo buenas noticias, ayer no pude conseguir trabajo, mi padre cumplió con su promesa y todas las puertas fueron cerradas para mí- le digo.

-Entiendo, me apena mucho saber esto, pero no se preocupe todo va a salir bien, ya verá que todo va a cambiar y va a conseguir trabajo, usted es un hombre muy inteligente, yo sé que pronto algo resultará- me dice Katherine.

-Yo quisiera tener tu optimismo, pero en este momento todo es muy complicado, creo que es mejor que tú también busques un trabajo porque yo no tengo como pagarte en este momento- le respondo

-Lo entiendo señor, y no, no me tiene que pagar, yo estaré con ustedes en este momento y hasta que me necesiten- responde Katherine.

-No es necesario, no quiero interferir en tu vida, tú tienes una familia y necesitas el dinero- le digo muy apenado.

-No diga eso señor, yo lo aprecio mucho y ahora menos que nunca lo voy a dejar, y a Sofía menos, me he encariñado mucho con la niña- responde.

En ese momento le doy un abrazo, fue un impulso, pero fue la única forma que encontré en agradecerle que se quedara conmigo en este momento.

-Creo que ya nos podemos ir- dice Sofía muy sonriente.

-Si vamos- digo soltando a una Katherine sonrojada.

-Vamos Katherine acompáñanos al supermercado- dice Sofía.

-Si vamos, creo que les urge comida, en la cocina no hay nada- responde Katherine.

Sofía toma la mano de Katherine y salen de la casa, yo cierro la puerta, así no lo crean es la primera vez que voy a un supermercado, ¿qué tan malo puede ser?

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