Capítulo once.

Stacy

Una vez que pedimos el postre, podemos hablar de cualquier cosa, le hablo sobre mi nuevo proyecto y lo emocionada que estoy de trabajar con Bella y el señor Ralston, Arath tuvo el placer de conocer a Ron y eso solo ocurrió gracias a Bella.

Hablamos de trabajo y de otras situaciones, como su forma de adaptarse a la ciudad, aunque lleva unos meses viviendo aquí, sigue siendo un lugar extraño para él, lejos de todo lo que conocía en América. Por lo que me dice cosas que ya sé, pero se escucha tan emocionado que debo fingir no saber de lo que me habla, parece recordar que yo soy de aquí, porque se sonroja y cierra sus ojos por unos momentos en los que digiere su vergüenza.

—Lo siento. Había olvidado que tú sí eres de aquí, perdón Stacy. Debió ser aburrido escucharme casi toda la noche hablando de cosas que ya sabes —niego con mi cabeza y lo detengo solo unos segundos.

—Hay cosas que ignoro debido a que vivo aquí, por favor sigue contándome, suena interesante —mis palabras hacen que su mirada brille y antes de que pueda hablar, suena su celular. Me pide unos segundos para contestar.

—Sí... está bien... saldré enseguida —susurra, termina la llamada y me mira lamentándose—. Creo que debo volver —miro la ventana y no me había dado cuenta de la hora que era.

—Yo también —susurro, nos ponemos de pie, pero antes de que me quiera acompañar a la salida le recuerdo su situación—. Por favor, adelántate —sus ojos se agrandan, no se esperaba que le pidiera eso—. Como sabes, ya eres un ídolo muy popular, no ganaras nada si eres fotografiado por los periodistas saliendo de un restaurante con una mujer como yo.

>> Al menos que quieras que los medios te coman, será mejor que salgas primero del restaurante, después me iré yo —duda unos segundos.

—Pero... te invité yo... no puedo dejar que te marches sola, cuando viniste hasta aquí por mi culpa —se ve algo triste y apenado, me divierte su inocencia.

—No pasa nada. Es mejor evitar los escándalos innecesarios. Adelántate —nos despedimos con un simple movimiento de la mano, no quiero abrazarlo y que comiencen rumores, no sabes hasta donde serían capaces de llegar los periodistas si nos ven.

Además de que soy una divorciada, nada bueno saldrá si la gente rumorea una relación entre Arath y yo. Arath se retira, aunque quería pagar mi parte de la cuenta, se adelanta y paga todo, le agradezco a lo lejos. Una vez que se marcha, espero unos minutos antes de tomar mis cosas e irme.

Saco mi celular y navego por la aplicación de taxis, saldrá un poco caro, pero no tengo problema. Solicito un auto para mí y enseguida aceptan mi viaje, menciona el tiempo que tardará y no me molesto en esperar, me cruzo de brazos, debido al frío que siento de repente y eso que tengo un abrigo.

Espero en silencio el taxi, hasta que escucho ruido detrás de mí, no me molesto en fijarme quiénes son, de seguro no los conozco, solo para evitar la incomodidad de estar sola a lado de muchas personas decido fijarme en mi celular, aunque no hago nada más que deslizar mi dedo por la pantalla, son tocar nada, solo presionando el menú y volviendo a la pantalla principal.

—Fue la mejor cena que he tenido en años —escucho a alguien exclamar, también escucho algunos pasos, me tenso un poco, lo que menos quiero es ser acosada en la noche afuera de un restaurante, levanto mi vista, esperando que llegue el taxi en cualquier momento.

—¿Consideras a alguien que ha estado casado contigo por tres años un desconocido? —me tenso todavía más en cuanto reconozco la voz.

Sabía que estaba aquí luego de su fatídico intento de enviar un postre, pero ni siquiera llegué a imaginar que seguiría aquí una vez que me fuera, imaginé que ya habría ido o tal vez que tardía en salir, no lo sé, ni siquiera pensé en volver a tomarme con él luego de aquel encuentro en la empresa. Maldigo mi suerte. Siento su presencia a un lado de mí, ni siquiera me molesto en saludarlo, pero ya que él vino a pelear, no planeo quedarme sin responder.

—Después de tres años de matrimonio, todavía no conoces las alergias de tu esposa. ¿Consideras a tu esposa familia? —lo miro y se ha quedado boquiabierto, veo de reojo las luces de un auto, supongo que es mi taxi, me doy la vuelta y me voy antes de que pueda decirme algo más.

Hace un año que no lo veo y lo primero que me dice de todas las cosas posibles, ¿fue un reclamo? ¿Está mal de la cabeza? ¿Qué le cuesta ser un poco más agradable?

Subo al auto, le doy la dirección.

Mason

Incluso cuando la veo irse, sigo sin palabras. Todo este tiempo Stacy había actuado como una esposa gentil y amable, a cualquier cosa que le dijera, ella respondía con bien, no me ponía ninguna traba, no importaba cuánta veces la lastimaba, ella no me respondía, ni me reprochaba, ahora...

¿Cómo es posible que me responda?

Tal vez, todo este tiempo había creído que ella era así, nunca tuvo una actitud diferente cercas de mí, a pesar de todos los malos ratos que pasó, ella no cambio de ninguna forma. No creí que podría ser tan aguda y elocuente.

—Vaya... —miro a Oliver de reojo, luce sorprendido igual que yo, silba y me mira—. No creí que Stacy sería tan severa, antes siempre se dejaba intimidar —entrecierro mis ojos. No soy el único que piensa de esa forma y eso solo me hace sacar una conclusión.

—¿Será que esa es su nueva técnica?

—¿Técnica? —miro hacia donde se fue el taxi de Stacy y luego a Oliver.

—Sí, tal vez solo quiere atraerme con esa actitud, ya sabes, como el juego del gato y el ratón, solo para llamar mi atención —por unos breves segundos la mirada de Oliver es muy extraña, como si quisiera golpearme, luego suspira y me sonríe. No responde mi duda, solo seguimos viendo el lugar por donde se fue Stacy.