¿Me pregunto si ellos serán felices?
La respuesta era si, ellos se tendrían uno al otro; sostendrían sus manos fuertemente y jamás se soltarían, vivirían un “Final Feliz” ……. Para siempre.
Sebastián prometió que amaría y protegería a Roxana hasta el último día de sus vidas.
Y la villana había muerto, quien no los dejaba ser felices, el final se aproximaba con un.
“Y vivieron felices para siempre……”
- Me hubiera encantado verlos felices……. – sentía como caía en un vacío sin fin, era el borde directo al infierno donde merecía estar. – Desearía cambiar mi destino. –
Tener una vida tranquila, un final propio.
Volver a ser quien fue antes…….
Un final feliz…….
La muerte fue lo único que obtuvo, el camino de una villana fue su peor decisión.
Nada la traería de nuevo al principio.
**
Sentía una luz chocar directamente a su rostro, era como el sol de todas las mañanas.
En un suelo frio, parece ser que era de madera, yacía dormida, una sábana delgada cubría lo que podía de su cuerpo.
- “¿Qué sucede?” –
Pestañaba suavemente evitando que la luz no le afectara, tallo sus ojos tratando de acostumbrarse a la luz del día.
- ¿Qué paso?....... – bostezo. – Acaso solo fue un sueño. –
Su voz era bastante frágil.
- Que, que, ¿Qué me pasa? –
Se sentía confundida, su propia voz sonaba diferente a lo particular, su vista se levantó para encontrarse con un lugar desconocido para ella.
- ¿Dónde estoy? –
En el dichoso lugar, había varios niños durmiendo en el suelo.
Era algo que alguna vez vivió, antes de morir.
- No, no, no…. – titubeo. – No me digas que…… -
Sus ojos se agrandaron llenos de asombro no podía creer lo que le estaba sucediendo.
- Esto no puede haber pasado……. –
Escaneo todo el lugar, en busca de un espejo; cuando visualizo uno, se levantó corriendo rápidamente.
Por su cabeza una idea paso.
- “Volví a la vida” –
Debía confirmarlo con sus propios ojos.
El reflejo que se encontró, hizo que agrando más sus ojos llenos de sorpresa.
Ojos color naranja, o eran ¿Color oro?, blanca cabellera como la nieve que caía por debajo de sus hombros, un rostro pálido.
Se había equivocado.
No había vuelto en el tiempo siendo ella misma…… Ella volvió en un nuevo cuerpo.
- Yo, yo, yo, ¡Estoy viva! – golpeo sus mejillas, tratando de despertar del sueño, pellizco su mano para confirmar si estaba dormida, pero todo la hacía ver que no lo estaba.
La habitación que era una completa pocilga, la hizo pensar que había vuelto en el tiempo; era un ambiente familiar con el que vivió sus primeros 7 años de vida.
Diferente cuerpo, pero mismo destino……
- Sigo siendo una huérfana, es esto mi castigo, una vida como la anterior. – murmuro.
Era inevitable no querer llorar, no estaba lista para tener otra vida como la anterior; había cometido tantos errores que el tener otra vida u oportunidad no se la merecía, especialmente si no le aseguraba que viviría de la misma manera.
- ¿Cuántos años habrán pasado? –
Esa pregunta le encendió el foco, qué tal si no estaba en la misma línea del tiempo, o quizás en el mismo lugar.
Recordaba la teoría de poder rencarnar o transmigrar a otro cuerpo en otra dimensión, en otra época.
Sentada cubriendo su rostro entre sus rodillas, trataba de entender la situación.
- “Vamos, piensa ¿Qué acaba de pasar?” –
Estaba tan perdida en sus ideas, que no sintió la otra presencia acercándose a ella, al mirarla se encontró con unos ojos azules curiosos, la rubia que la miraba se sentó a su lado sin decir nada.
Hizo un movimiento que la asusto, su pequeña cabeza se recostó en su hombro.
- Hermana Maylea ¿Tiene hambre? – susurro cerca de oído.
- ¿Qué? –
- No ceno nada anoche, se despertó bastante temprano. – acarició su cabellera. – Su barriga se siente vacía. –
La pequeña niña la miro entristecida, de sus bolsillos de la prenda casi desgasta, saco una galleta de chocolate.
- La tome para mi hermana, no se preocupe, nadie miro que la robe. –
Estiro su mano ofreciendo la galleta, una sonrisa sincera se posó en su rostro; con la duda todavía tomo cuidadosamente la galleta.
- Muchas gracias. – devolvió la sonrisa.
- Disfrútela hermana. –
La rubia asintió complacida, se quedó a su lado esperando que acabara con el aperitivo.
- “Con que mi nombre es Maylea……. Esta será mi nueva identidad, mi nueva vida” –
Era posible que se adaptara al lugar, no quería afirmar nada por ahora y entender lo que había pasado.
- “Tengo que saber más” –
¿Qué sucedió después de su muerte?
<< 2 Semana Después >>
Cuando despertó le era imposible creer que había vuelto de la muerte, al principio creyó que volvió al pasado, pero su idea era errónea.
- “No era eso lo que más me sorprendió” –
Mientras los días transcurrían con bastante normalidad para todos, descubrió que había vuelto a nacer en el mismo país y en la misma línea del tiempo.
Existía la posibilidad de toparse con Sebastián y Roxana.
- Vamos…. – apretaba con fuerzas su cabeza, de vez cuando la masajeaba para tratar de sentir dolor. – Volvamos desde el principio de todo. –
Estaba lejos de todos, sentada en los pastizales del patio trasero del orfanato; con ella cargaba una pequeña libreta donde anotaba las cosas importantes que escuchaba de los adultos.
- Volví a la vida, en el mismo año……. No fueron días, semanas o meses, regrese a la vida el un día después de haber muerto…… - mordió la punta del lapicero. – En el cuerpo de una niña de 12 años…. ¡Aghhhhh! –
Le fue imposible el no querer del enojo, estaba comenzado una nueva vida hace apenas unos cuantos días, o bueno si era así como se le llamaba a esa basura.
- El ciclo ¿Se volverá repetir? – rasco su nuca. – Si es así debería evitar volver a entrometerme con alguien que tenga conexión con la familia Imperial. –
Si esto era una segunda oportunidad, debía cambiar su destino y no volver a cometer los mismos errores; tendría que aprovecharla al máximo.
La única manera de cambiar, era salir de ese lugar.
Todo era como un deja vu de su pasada vida; un orfanato donde tratan a los niños peor que un animal de circo, los enviaban a mendigar a las calles por dinero y los alimentaban como bestias.
La gran diferencia entre la línea de las 2 vidas, era que en esta en vez de echarlos a la calle cuando ya no les servían, el orfanato los vendía como esclavos.
- Tengo que salir, lo más pronto posible. –
Estaba ideando un plan para salir sin dejar un rastro, la mujer que estaba a cargo del orfanato tenía conexiones y si un niño trataba de escapar lo buscaba y cuando daban con él lo mataban a golpes.
- De solo pensarlo me causa un escalofrió. –
Si no era cuidadosa volvería a morir.
- ¡Hermana! –
A la lejanía una voz chillona la llamo, miro a la rubia que corría con bastante alegría hacia ella.
“Celeste”
Era el nombre de pequeña rubia, tenía un apego muy especial a la dueña original del cuerpo que había poseído; siempre corría con emoción y la abrazaba con tanta alegría.
No le molestaba o desagradaba su presencia, pero solía ser un poco sofocante tanto apego.
Trato de mostrarle una sonrisa sincera, pero sentía su cara se deformaba de una manera extraña cada vez que lo intentaba.
Hizo eso con muchas personas, no las terminaba de conocer y no podía levantar más sospechas, en especial con los adultos que la llamaban.
- Celeste ¿Qué haces aquí?, no debería estar con los demás niños vendiendo flores. –
- ¡Hermana corre! – Celeste había ignorado sus palabras.
Jaloneaba con bastante determinación, tratando de levantarla.
- Pero ¿Qué sucede? Celeste ¿Por qué debo? Y ¿A dónde? –
Su insistencia la hizo levantarse, se dejó llevar por Celeste que estaba más que emocionada.
- ¡El Príncipe volvió! –
El pánico la invadió, sus fuerzas desaparecieron, haciendo la tarea más fácil para Celeste de llevarla hasta la calle principal, donde una ola de personas gritaba eufóricos.
- Mire hermana. –
Celeste la llevo al frente de la multitud, donde los demás niños saltaban llenos de sorpresa al ver a los caballeros alzando sus banderas verdes con el símbolo de 2 serpientes.
El símbolo del Imperio.
- Han vuelto después de derrotar a la bruja. – la voz de un joven se interpuso entre ellas, a su lado un chico se paró mirando también el espectáculo.
- Hermano Damián de ¿Qué bruja habla? – pregunto Celeste.
- Hablo de la malvada bruja Anastasia. –
Su nombre fue mencionado, su cuerpo se tensó en el instante que lo escucho.
Toda multitud celebraba su muerte, era una alegría para ellos, tenía tantas ganas de llorar.
- ¡De verdad hermano! – salto emocionado.
- Si, enfrente del caballero iba el Príncipe y la Santa, junto a un cofre de oro. –
- ¿Qué tenía? –
- Los abuelos dicen que era el corazón de la bruja. –
Celeste junto a Damián siguieron apreciando el desfile donde los caballeros lanzaban monedas de oro.
Celebraban que el mal había sido aniquilado, entre risas y aplauso.
Mantenido la compostura, evitaba el querer gritar frente a todos.
Era mejor morir y no volver, era cruel ver como todos se regocijaban por ella.
- “El lugar que alguna vez prometí proteger, casi lo destruyo” –
- Hermana, levante monedas. – Celeste sacudió su brazo. – Si Lady se entera que no recogió monedas la dejara sin comer. –
Ya no importaba, lo que había hecho en su anterior vida, era mejor enterrarlo.
Un futuro del cual tenía que preocuparse, por su bienestar.
Sebastián y Roxana se casarían y tendrían su final feliz, eso ya no era de su incumbencia.
- Celeste tiene razón…… Además, si llevamos bastantes monedas quizás comeremos carne. –
La niña sonrió, por un instante más se detuvo a mirar el desfile, algunas personas que pasaban logro reconocer sus rostros.
Un último vistazo, porque, a partir de ahora, no tendría nada que ver con ellos.
- Volvamos chicas. – Damián tomo las manos pequeñas. – Si se pierden los malos se las llevaran. –
Que ocurrencias eran, ya vivían entre ellos.
Fueron llevadas de nuevo al orfanato, dejando detrás el gran desfile que seguía regocijándose.
La noche cayo, desde la ventana del orfanato podían ver el brillante pueblo que resplandecía en la celebración.
- Chicos, es hora, Lady se enojará si los ve despiertos. –
Una hermana mayor, apareció detrás de los 3.
Eran las mayores quienes cuidaban y se encargaban de los más pequeños.
- Pero Lucia, todavía salen los juegos artificiales. –
Celeste hizo ojos de cachorro, tratando de manipular a Lucia, pero la castaña rio con su acto.
- Lo siento Celeste, debes dormir…… Mañana el pueblo tendrá un festín gratis para todos, no querrás llegar tarde. –
- ¡No! –
Celeste corrió a su lugar asignado, cubrió su cuerpo con las mantas delgadas; los chicos que la miraron soltaron una risa.
Damián siguió los pasos de Celeste y fue directo a su lugar junto con los varones del orfanato; solo quedaron Maylea y Lucia.
Lucia seguía recogiendo las pocas cosas que estaban en desorden.
- No cambia esa niña. – tomo la palabra Lucia.
- Es solo una niña, hermana mayor debería verlo. –
Lucia tomo asiento a su lado, al mirarla por unos instantes, acaricio su nuca.
- Solo tiene 5 años, todavía falta mucho que aprender. –
- ……. –
- Sabes May, cuando llegue tenía apenas 10 años, con la esperanza de encontrar una familia…. – suspiro. – Después de 8 años conservo las mismas esperanzas, pero el tiempo se me ha acabado. – sonó decaída, causó conmoción en su corazón, al ver el hermoso rostro de Lucia lleno de tristeza.
Al cumplir los 18 años, el orfanato ya no los necesitaba, en otros lugares sacan a los jóvenes para enfrentarse a la vida por su cuenta.
En cambio, en la Casa de los Girasoles, los chicos que llegan a la mayoría de edad, son vendidos a todo tipo de personas, para todo tipo de trabajo.
Y cuando se refería a todo tipo era cualquier cosa.
Lucia quien era tan dulce con todos, ya tenía la mayoría de edad y dentro de unos días seria vendida en la subasta; al ser bastante hermosa su precio era casi el triple.
- Puede encontrarla aún. –
Palabras engañosas salieron de boca, quería darle consuelo, pero no sabía que decir o hacer.
- Siempre le eh rezado a la Diosa Liora, con que pase, pero sé que solo son sueños vacíos. –
- Ella sabe que eres una gran persona, te lo cumplirá. –
Lucia la tomo entre sus brazos para darle un abrazo mientras sus lágrimas caían.
Simplemente se dejó y le dio suaves palmaditas en su espalda a la castaña.
- May escúchame. – su llanto se había calmado un poco. – Debes huir. – las manos de lucia apretaban sus hombros, se dirigieron a su rostro que lo tomo desprevenida. – Tu rostro es tu perdición y tu destino será el mismo. –
Sus dientes chocaban, se puso nerviosa al escuchar a Lucia, sabía que ese destino le esperaba y por esa razón quería salir lo más pronto posible.
- Por favor, llévate a Celeste. – moqueo. – También le espera el mismo destino. –
No tenía planeada llevar a alguien más, pero en ese momento ver la situación de Lucia no la dejo hacer otra cosa que aceptar.
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Comments
Mary Gil Fermenal
porque no acaba con los que dirigen el orfanato y deja a Lucía a cargo de los niños ???
2024-03-21
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La Fresa😈💋💋
solo llevo dos capítulos y ya necesito ir con el con psicólogo /Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob/
2024-02-12
6
🤗Finita💖💫🇲🇽
Oooo que triste.
2024-02-12
0