Mi cumpleaños.

Yo estoy tranquila y feliz, tengo mi pequeña empresa donde trabajo diariamente. Ya ha pasado otro año, tenemos varios clientes y ganó una buena cantidad de dinero.

También voy al gimnasio diariamente con mi amiga Beatriz. Me compro ropa más ceñida al cuerpo, uso colores más vivos, arreglo mi pelo y empecé a maquillarme más.

¡Me veo y siento más linda!

También veo a mis hijas felices, Laura se fue a Canadá, a estudiar a la universidad. Yo la extraño mucho, sé que ella está feliz y eso me llena el corazón, aunque yo aún no me acostumbro a tenerla lejos.

Sofía vive conmigo y algún fin de semana se va a casa de su padre, para acompañar a su nuevo hermano, ya que Daniel rehizo su vida y tiene un nuevo hijo recién nacido.

Por mi parte no pretendo estar con alguien, ni mucho menos enamorarme...

¡Hoy estoy de cumpleaños ya cumplo 40 años.!

Mis amigas me invitaron a un bar por la noche a celebrar mi cumpleaños y como Sofía se fue a la casa de su padre, ya que tenían la celebración del bautizo de su hermanito, así que estaré todo el fin de semana sola en casa.

Al salir de trabajar, me voy a mi casa a arreglarme para ir donde mis amigas me habían invitado con mucha insistencia. Luego llego al bar y veo que ellas están con mucha gente, que habían invitado por mi cumpleaños.

_¡Sorpresa! Me dice todo el mundo.

(Realmente quedé sorprendida.)

No esperaba que hubiera tanta gente. Sobre todo hombres, que me miraban con ansias de conocerme,

Beatriz me presentó a Clemente, él era un compañero de su trabajo que hace tiempo me había estado hablando de él, qué era guapo, soltero, etc.

Clemente, muy simpático, me felicita y me ofrece una copa de vino, donde platicamos un rato (Yo siempre manteniendo una distancia, porque no me gusta hacer creer que podría pasar algo entre nosotros.)

Me levanto y le digo que iré al sanitario.

(Solo lo hice para poder zafarme de él.)

Cuando salgo del sanitario busco a mi amiga Camila, ya qué yo solo quería estar con ellas ese día y no platicar con un desconocido. Al ver a Camila, ella me da un gran abrazo y me presenta a su primo Óscar, que se encuentra por negocios en la ciudad.

Él me saluda por mi cumpleaños y empezó a platicar como si me conociera (Se ve, que mis amigas ya les habían estado hablando de mí a estos dos hombres.)

Camila estaba con su esposo, quien también me saluda y me deja sola con Óscar. No sabía de qué hablar, de los dos años que llevo divorciada nunca he salido con alguien, y estar sola con Óscar me hacía sentir incómoda.

Ya aburrida con él, me levanto y solo me despido de mis amigas y salgo del lugar.

(No era como quería pasar mi cumpleaños)

"Esa noche no me quise ir a casa sola."

Así que tome mi carro y me fui a la playa que está a dos horas de la ciudad. Llegué cómo a las tres de la mañana al hotel cansada y con sueño.

Apenas entre a la habitación me tumbé en la cama y me quedé profundamente dormida.

Dormí tan bien, que al otro día desperté a las once de la mañana.

Me duché y me coloqué un vestido suelto, unas sandalias bajas para caminar más cómoda a la orilla del mar. Tres horas más tarde me da hambre porque no había desayunado y me fui al restaurante del hotel para almorzar.

(Era extraño estar comiendo sola)

Veía en todas las mesas, familias numerosas o grupos de amigos.

¡Yo era la única persona que estaba sentada sola!

Por muchos años, estuve acompañada de mi esposo e hijas. A todos los lugares que salíamos lo hicimos juntos.

¡Ahora! Solo salía con mis hijas o con mis amigas, pero de vez en cuando y pensé que sería una muy buena forma de comenzar mis 40 años.

Recibo una llamada de Camila...

_ ¡Disculpa! Vi que te sentías incómoda ayer, pero creí que sería buena idea que conocieras a alguien. ¡Me arrepiento, me perdonas! _ me dice al otro lado de la línea.

_ No tengo que perdonar nada, sé que lo haces porque crees que sería bueno conocer a alguien, pero Camila de verdad qué no lo necesito. Ahora estoy en la playa, me vine anoche después del bar y estoy muy feliz, ya que necesitaba desconectarme y me encanta estar así _ le respondo.

Al terminar de almorzar me levanto y me llevo una copa de vino para salir a la terraza a beberla y disfrutar la hermosa vista al mar.

Pero justo antes de salir, paso a llevar mi brazo y derramo la copa de vino en un hombre que se encontraba frente de mí.

_ ¡Fíjate por dónde caminas! Me dice muy molesto ese hombre.

_ Disculpa, no fue mi intención _ le respondo.

_ Mejor sal de mi vista, ya me arruinaste mi camisa _ me dice aquel desagradable hombre que me hace un desprecio.

Yo ante su desprecio seguí caminando y me fui a la terraza pero lamentablemente solo con la copa vacía.

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