El lunes llegó de forma rápida.
Éley se aseguró de guardar el poleron en una bolsa de papel para salir de casa. Evitó encontrarse con sus hermanos porque sabía que lo iban atacar con preguntas sobre de quién era.
Cuando llegó a la universidad, se detuvo en la entrada unos segundos. Recordaba lo que Lukyan le había dicho sobre su horario, pero ya era casi la hora de su clase y él no se veía llegar. Soltó un suspiro y pensó que tal vez ya había llegado, así que comenzó a caminar dentro. Subió las escaleras porque le tocaba en el quinto piso y termino exhausto. No vio rastros de él y solo entró para su clase. Cheng estaba dentro sentado como siempre terminando las cosas a última hora.
—Hola, ¿qué tal el fin de semana? —preguntó él amable con una sonrisa.
—Todo bien, cena en familia y cosas así y, ¿el tuyo? ¿Mucho trabajo?
Soltó un suspiro, pero era obvia la respuesta para Éley, pues solo bastaba con ver su rostro para saber que estaba cansado. Siempre trabajaba mucho y estudiaba. Él no dudaba en ayudarle cada vez que se lo pedía, pero de todas formas sentía las ganas de querer ayudarle un poco más.
—Más o menos, pero todo bien —contestó con una sonrisa y Éley le dio un asentimiento de cabeza.
Cuando el profesor llegó, la clase avanzó de forma rápida. Sintió que en su mano izquierda le estaba dando un calambre de tanto escribir lo que el profesor dictaba, pero lo hizo de forma ordenada y limpia todo. No le gustaba tener las cosas desordenadas en su cuaderno, pues si buscaba algo de forma apresurada le tomaba demasiado tiempo encontrarlo por escribir de forma rápida. Cuando el profesor finalizó, dio unos ejercicios simples y tomo asiento.
—Oye, ¿cómo vas con tu ciclo? —le preguntó Cheng mientras escribía algunas cosas.
Éley le dio una breve mirada y fue cuando se acordó. Era recién inicio de año y su ciclo siempre le llegaba a mediados, así que aún faltaban algunos meses para eso.
—Voy bien, no ha pasado nada raro.
El Beta asintió.
—Eso es bueno, recuerda avisarme con tiempo para pedir permiso en el trabajo con anticipación.
—Claro, cualquier cosa te aviso.
Cheng solo asintió y continuó haciendo sus ejercicios, pero no pudo evitar darle una breve mirada. No se veía igual que siempre y eso era obvio. Lo veía mirar a la puerta cada cinco minutos y no dejaba de revisar lo que tenía en el bolso al lado de su silla. Solía siempre contarle todo, así que asumió que, si era algo importante, se lo iba a decir, pero Éley no toco el tema en toda la clase.
Las horas avanzaron de forma rápida y llegó el almuerzo, así que solo salieron y se fueron al comedor. El Omega intentó verse tranquilo y solo centrarse en la comida que había en su bandeja, pero le tomó esfuerzo. Examinaba a todos los que entraban y salían, pero el Alfa no se veía por ningún lado. No quería verse como un desesperado, sin embargo el hecho de pensar en qué Lukyan diera por hecho que le había robado sus cosas, le aterraba. Finalmente, no pudo seguirse conteniendo y le dio una breve mirada a su amigo. Él estaba comiendo de forma lenta. Su cabello rubio caía sobre su frente y se veía más brilloso que otros días. Era guapo sin duda alguna, pero tenía tan poco tiempo siempre que no solía hablar con muchas personas. Sabía que había una Omega dominante que le gustaba, pero nunca se atrevía a hablarle.
—Cheng —susurró y él le dio una breve mirada de inmediato —, ¿conoces a todos los Alfas que hay en la universidad?
Él puso cara pensativa.
—Más o menos, ¿por qué?
—Es que necesito encontrar a uno.
—¿Un Alfa?
Éley asintió.
—Pero, ¿hablaste con uno?
Asintió de nuevo.
—Y, ¿estás bien? Ya sabes que algunos Alfas liberan sus feromonas en Betas como si nada.
—Estoy bien, él no hizo nada de eso, pero necesito devolverle algo.
—¿Quién es?
Cheng estaba masticando de forma tranquila cuando escuchó:
—Lukyan Chevron.
De forma inmediata, lo que estaba comiendo fue escupido y comenzó a toser. Miró a Éley para verificar si era verdad lo que decía, pero no había ni la más mínima pizca de broma. Bebió un poco de agua y tragó con dificultad.
—Éley, ¿lo dices en serio? ¿En serio hablaste con él?
—Sí, es él.
—Pero, él odia a los Omegas, todo el mundo lo sabe. Incluso odia a los Alfas. No soporta ni siquiera que lo miren y he visto como ha tratado a algunos Omegas de forma fatal. Incluso los ha golpeado y con los Alfas ha sido mil veces peor.
Éley se quedó pensativo y sintió nervios al escuchar aquellas palabras.
—Sí, ya me dijo que no le agradan los Omegas y Alfas.
—No es que no les agrade, es que los odia. Dicen que una vez casi asesinó a un Omega. No le importó que fuera más débil que él, ni más pequeño. Él lo golpeó tanto que el Omega estuvo en coma por cinco meses. La noticia voló por todos lados. Él no es bueno, es mejor que no te acerques a él. Además, ¿cómo es qué te habló?
—Mentí. Él pensó que era un Beta y solo dije que sí —susurró de forma lenta y manteniendo la mirada baja.
Cheng soltó un suspiro.
—Eso es malo. No debiste mentirle. Imagina sabe la verdad y se entera de que habló con un Omega. Te querrá matar. ¿Qué es lo que le quieres devolver?
Éley solo levantó el bolso y Cheng miró dentro para observar el poleron.
—¿Cómo es qué tienes su ropa?
—Fuimos a comer y cuando nos íbamos hacia frío. Él me lo presto y, cuando llegue a casa me di cuenta de que estaba su billetera con su dinero y tarjetas bancarias. No quiero que piense que le robe algo. Ayúdame a buscarlo.
—Éley, no es bueno que hables con él. Cuando lo he visto por los pasillos siempre tiene ese rostro de que los quiere matar a todos y que los aborrece. Todos hablan a sus espaldas. Además, siempre dicen que su familia está maldita. Que su padre Alfa y Omega dominante son horribles.
El Omega no dijo nada.
Se quedó en silencio mirando sus manos y soltó un suspiro. Pensó que Cheng le podía decir cosas malas sobre él, pues siempre conocía a todos debido a que muchos iban al restauran donde trabajaba. Era un lugar prestigioso y donde solo acudían las personas adineradas, pero las cosas que les había dicho eran más de lo que quería escuchar. Ahora se sentía aterrado de ganarse frente a él y seguirle mintiendo de que era un Beta. Por un momento, se imagino terminando completamente golpeado y en coma como ese otro Omega.
Formó puños y cerró sus ojos por un momento.
—Lo sé, pero no quiero que piense cosas malas de mí. Solo es para devolverle sus cosas. No quiero quedar como un ladrón. ¿Puedes decirme dónde está su aula?
Cheng lo observó un poco porque se veía deprimido. No quiso decirle nada para evitar que se metiera en problemas, pero el rostro de Éley no ayudaba en nada. Tenía el rostro de un pequeño perrito que había estado bajo la lluvia incontables horas.
—Sexto piso, aula 346. Solo no te involucres tanto con él, ¿sí? No es bueno. Tal vez te habló y fue amable contigo solo porque creyó que eras un Beta, pero si sabe la verdad se pondrá furioso.
Asintió repetidas veces y se repitió una y otra vez que no hablaría más con él. Luego, se concentró en la comida que había en su bandeja y comenzó a comer de forma lenta. Cuando terminaron de comer, salieron fuera. Se ganaron en las bancas unos segundos hablando de otras cosas.
Cuando el día finalizó, el profesor los dejó salir unos minutos antes, así que ocupo esos minutos para subir al sexto piso. Miró todas las puertas y algunas estaban cerradas y otras abiertas, entonces, al final del pasillo, estaba la puerta. Por unos momentos, vio el pasillo oscuro y tenebroso. Tragó saliva con dificultad y siguió avanzando para esperar afuera. Andaban algunos alumnos, pero no le tomaban mayor importancia. Todos en la universidad asumían que era un simple Beta, así que continuaban caminando sin siquiera mirarlo.
Cuando el timbre sonó, la puerta se abrió y todos comenzaron a salir. Pudo ver como muchos Alfas salían hablando, además de algunos Omegas y Betas. Se quedó parado mirando a todos lados intentando verlo, pero todos terminaron de salir y él no se había visto. Pensó que quizás se había quedado dentro haciendo algo, así que dio un paso para asomarse y ver dentro.
En aquel segundo, Lukyan salió y ambos chocaron.
El Alfa bajó la mirada molesto y tomó su brazo con fuerza para quitárselo de encima, pues estaba cansado de tener que soportar como los Omegas fingían caerse o chocar con él para llamar su atención. Cuando vio su cabello pelirrojo, suavizo el agarre de inmediato y Éley alzó la mirada para observarlo.
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Updated 72 Episodes
Comments
Lectora Anónima
Porfi, porfi, que no se enfade con él ni le trate diferente cuando se entere que no es un beta... /Whimper//Pray/
2024-12-06
3
Náhuel Estoras
Me are como que no leí esta parte
2024-11-07
0
Anonymous
Pues lo de sus papás 99.9% es verdadero
2024-06-07
1