Me aferré fuertemente a Hades y lloré amargamente. Le rogué que me dejara hervir sopa en el Inframundo durante unos años más. Hades parecía muy en conflictivo. Tenía un corazón blando y miró al magistrado varias veces. El frío magistrado solo dijo: “La justicia del Inframundo es estricta. Las personas que no deben ser castigadas, no pueden ser castigadas”.
Grité de dolor: “Soy tan miserable. ¡Te lo ruego! Deberías castigarme unos años más. Es mejor que me castigues por treinta o más. ¡Quemaré incienso para agradecerte!”
El magistrado no se inmutó. Hades suspiró ruidosamente, me tocó la cabeza y dijo: “Nubia, no llores. No puedes escapar de algo que está predestinado.
Me negué a ceder: “¿¡Por qué!? ¡Obviamente causamos un lío otra vez, entonces, ¿por qué no somos castigados?!”.
Hades se hurgó la nariz.
"Bueno, nadie protestó y no tuvo un gran impacto en el Inframundo, por lo que no serás castigado".
"Puedo ir y verter toda la sopa en la olla, lo que retrasaría a todas las almas que necesitan reencarnarse".
El magistrado me miró con frialdad y me dijo: “Te aconsejo que no lo hagas. Es un delito grave por el que te azotarán.
Bajé la cabeza, llorando por la injusticia de todo.
Hades se mordió los labios y dijo: “Bueno, La Estrella Celestial necesita pasar una vida de amor contigo. Como serás un idiota, él tampoco lo tendrá fácil.
Me sequé las lágrimas y dije: “Él no bebió la Sopa del Olvido esta vida. Él recordará todo claramente, así que ya no le agradaré. Si como un tonto caigo en sus manos, moriré de una muerte cruel o de una muerte aún más cruel que esa…”
"Bueno, no puedes estar tan seguro", interrumpió Hades.
Buscó un rato en su escritorio y sacó un espejo de doble cara.
"Mira, en la vida pasada, la Estrella Celestial te amaba profundamente".
No me atreví a mirar a Axel reflejada en el espejo. Tenía miedo de que cuando lo viera llorar, yo también lloraría. En cambio, murmuré: "Ese no es Axel".
“Si él es o no es solo tus pensamientos. Incluso él mismo no sabe si es o no es; ¿Cómo puedes estar tan seguro?"
Las palabras de Hades fueron vagas. Era como esos dioses estúpidos en el cielo: hablaba muy bien, pero con palabras que nadie podía entender.
Pellizqué muy fuerte la pierna de Hades y dije: "Ve al grano".
Hades hizo un sonido de "sisi" y respiró hondo dos veces.
“Esta cosa llamada amor es mejor si tú, Nubia, lo experimentas tú mismo. ”
Aumenté mi fuerza y le pellizqué la pierna. Hades dijo muy rápidamente: “Magistrado, magistrado, sáquela rápidamente. Déjala volver a hervir la sopa. Después de tres años, ella puede irse y reencarnarse”.
Fui arrastrado sin piedad. Antes de que se cerrara la puerta del palacio de Hades, no pude evitarlo y miré a Axel reflejado en el espejo. Todavía era joven, pero su cabello se había vuelto blanco. Estaba frente a una tumba aislada cubierta de nieve. Lentamente, vertió vino en el suelo. Parecía que su mente estaba en otra parte.
Sentí como si algo estuviera pellizcando mi corazón, haciéndome incapaz de respirar.
Cada día que pasaba, los días de hacer sopa se volvían más y más dolorosos. Pero no importa lo que hice, tres años pasaron muy rápido. Los pequeños fantasmas me llevaron y me arrojaron al círculo de la reencarnación.
“¡Maldito Axel! ¡La próxima vez que te vea en el Inframundo, te arrancaré todo el pelo!.
Cabello... cabello... cabello... En el círculo de reencarnación, seguí repitiendo esa última palabra.
Después de un tiempo, perdí mis sentidos.
Un líquido pegajoso seguía goteando contra mis oídos. Hubo silencio por un momento, luego en el siguiente hubo muchas voces.
No sé cuánto tiempo ha pasado. El líquido dejó de gotear.
Alguien levantó la tapa de madera sobre mi cabeza. La luz del sol ardía. El rostro de un niño apareció ante mí. Mamá dijo que al ver a un niño mayor que yo, necesitaba llamarlo hermano mayor.
Así que obedientemente dije: "hermano mayor".
El chico se disgustó cuando lo llamé así.
“¡En esta vida, nos encontramos en tal ocasión! Bastardo Emperador Celestial.”
Lo miré sin comprender. Frunció el ceño y también me miró fijamente. Parecía muy confundido.
De repente, una voz ronca llamó: " Nubia ".
El chico se mordió los labios y volvió a poner la tapa de madera sobre mi cabeza. El sonido de sus pasos se alejaba cada vez más.
Continué sentándome en el barril, sosteniendo mis piernas. Mamá dijo que quería jugar al escondite. Si ella no me encontraba, no podría salir. Pero es realmente extraño... obviamente, fue mi madre quien me puso aquí. ¿Cómo es que todavía no me había encontrado después de tanto tiempo? ¿Fue porque los adultos estaban comiendo algo delicioso y no me lo dijeron?.
Usé toda mi fuerza para empujar la tapa y salí del barril.
“Madre”, grité mientras caminaba. No vi a nadie en el patio. Solo había sangre por todas partes: se veía igual que cuando el cocinero mató un pollo. Estaba muy descontento: “¿Comiendo pollo y no me llamaron?”.
Busqué en la cocina y en la habitación de mis padres, pero ni siquiera vi sus sombras. Entré al pasillo y vi a un grupo de personas vestidas de negro arrodilladas en el suelo. El único que estaba de pie con las manos detrás de la espalda era el niño pequeño. Estaba feliz y grité: "Hermano mayor, ¿viste a mi madre?".
La gente de negro se volvió y me miró. Una persona se puso de pie y se acercó a mí con una espada ensangrentada. Parpadeé y pregunté: “¿Son invitados? ¿Eres tú quien ayudó al cocinero a matar el pollo? Pero, ¿dónde está el cocinero?.
El hombre de negro dijo fríamente: "Los verás pronto".
Levantó su espada. La sangre goteaba sobre mi cara. Parpadeé y lo miré fijamente.
"Oye, suelta la espada", dijo el niño.
El hombre frente a mí vaciló por un momento. El niño continuó: “Déjala volver con nosotros”.
Todas las personas de negro comenzaron a hablar: "Pero Axel, ella..."
"Dije que la trajeras de vuelta".
El chico caminó hacia mí y se paró al lado del hombre de negro. Me miró por un momento. De repente, su rostro estaba frente a mí. Dijo en voz baja: “Originalmente, quería dejar que te las arreglaras por ti mismo, pero aun así caíste en mis manos por tu cuenta. Siendo ese el caso, te aceptaré amablemente.”
Me pellizcó las mejillas.
“Nubia, ¿qué dices? ¿Deberíamos intimidarte, o deberíamos intimidarte seriamente, o deberíamos intimidarte severamente?”.
Él rió.
"No importa qué, pensar en el futuro me hace indescriptiblemente feliz, ¡jaja!"
"Mi nombre no es Nubia, es pequeña Nubia".
Parpadeé de nuevo y lo miré.
"Hermano mayor, pellizcarme las mejillas duele".
Soltó la mano y me miró con una sonrisa. Parecía el tipo de sonrisa que usaba el cocinero cuando atrapaba un cerdo gordo.
“De ahora en adelante, tu nombre es Nubia. Sé mi... bueno, discípulo. ¿Qué opinas?".
“Sin pensar”, dije. “Mamá mató un pollo y no me dejó comerlo todavía. No voy contigo.
“Tu madre fue a mi casa a comer pollo. Tienes que venir conmigo.
Pensé por un momento: "¿Papá y el cocinero también están allí?"
"Todo el mundo está allí".
"Hermano mayor, guía".
Saqué mi mano frente a él. El chico hizo una pausa. Dudó por un momento antes de sostenerlo. Luego, tosió dos veces y dijo: “Tienes que llamarme Shifu. Ahora soy una generación mayor que tú. Tienes que respetarme.
"Sí, hermano mayor".
"Es Shifu".
"Lo sé, hermano mayor".
Me dolía la frente. Me había dado un golpecito en la frente. Lo toqué, aunque me sentí un poco ofendido, todavía dije: "Shifu..."
Él asintió con satisfacción. Parecía que estaba de muy buen humor...
No había visto a mis padres desde que me fui de casa con Shifu. Shifu dijo que mis padres me confiaron a él y que solo necesitaba escucharlo.
Me rasqué la cabeza. No entendí el significado detrás de esas palabras, pero Shifu no parecía un mal tipo. Decidí ser obediente.
Solo después de llegar a la casa de Shifu descubrí que su nombre era Axel. Tenía ocho años y era el jefe de la secta Sangrienta. Toda la gente de la secta estaba llena de alabanzas sobre él. Dondequiera que iba, escuchaba que era un genio, un prodigio. Los elogios siguieron y siguieron.
Pero Shifu no se tomó en serio esos títulos. Obviamente, solo era tres años mayor que yo, pero siempre pretendía ser un adulto.
Le gustaba darme órdenes. Siempre haciéndome hacer todo tipo de cosas como hacer su cama. Incluso en un día frío, todavía tenía que abanicar junto a su cama.
Al principio, no pensé que hubiera nada malo. Después de todo, la comida que me dio Shifu era bastante buena. Cada uno de ellos tenía muchos tipos diferentes de carnes.
Pero después de mucho tiempo, comencé a pensar que era muy extraño. Finalmente, un día, me di cuenta de por qué cuando escuché hablar a la gente de la secta.
"Shifu, no debería llamarte Shifu".
En ese momento, Axel estaba leyendo un libro en el sofá.
Sus ojos me recorrieron ligeramente.
“¿Qué objeción tienes, ah? No hay necesidad de mencionarlo. No lo acepto.
"Pero…"
Estaba muy frustrado.
"Dijeron que soy tu pequeña esposa, a quien Shifu está criando".
El cuerpo de Shifu se puso rígido. Se quedó en silencio por un momento, pasó una página y luego preguntó sin mucho sentimiento: "¿Quién dijo eso?"
"Ellos."
“La próxima vez, si alguien vuelve a hablar de ese chisme, simplemente patéalo directamente en la entrepierna”.
"Está bien", respondí y continué abanicándolo.
Más tarde, algunas personas realmente hablaron sobre ese "chisme" frente a mí. Hice exactamente lo que me dijo Shifu y valientemente pateé su entrepierna. Pero mi patada estaba solo a mitad de camino cuando me agarró. Las artes marciales de la gente de la Secta no eran malas. Ese día sufrí una dura paliza.
Grité en voz alta, haciendo que Shifu, que estaba leyendo en su habitación, saliera. En el momento en que apareció ante mí con el ceño fruncido, todas mis quejas estallaron instantáneamente. Corrí hacia él y lo abracé por la cintura, cubriendo su ropa con mis lágrimas y mocos.
El cuerpo de Shifu se puso ligeramente rígido. Con voz fría, preguntó: "¿Cuál es el significado de esto?".
Gemí y vagamente le conté lo que había sucedido. Pero parece que Shifu no escuchó una palabra de lo que dije. Se arrodilló. Lo aproveché, abrazando su cuello y poniendo mi cara en su hombro. Me quejé, le conté toda la historia y finalmente seguí repitiendo: "Me duele el trasero, me duele el trasero".
Shifu parecía muy infeliz. Puso su mano en mi espalda y me levantó. Mis piernas naturalmente se envolvieron alrededor de su cintura. Todo mi cuerpo estaba unido a él. Todavía estaba llorando. Shifu no era muy alto, pero aún podía sostenerme firmemente. Lo escuché preguntar con voz severa: "¿La golpeaste?".
El hombre que me golpeó el trasero murmuró durante mucho tiempo antes de que saliera un sonido "en".
"¿Por qué?".
Volvió a murmurar durante mucho tiempo: "Ella quería patear mi ..."
Shifu asintió. Parecía entenderlo todo en ese momento. Dio dos pasos hacia adelante y dijo: “Abre las piernas”.
Escuché un sonido de bombeo. No entendía por qué, así que dejé de llorar temporalmente. Froté mi cara contra Shifu y cambié de posición para mirar al hombre que me había golpeado. El rostro del hombre se puso verde por un momento. Estaba en una posición en cuclillas. El hombre había visto la patada voladora de Shifu; se había estremecido, pero aún así se mantuvo firme y recibió el golpe.
Shifu dijo: “Esta vez solo será un castigo leve. La próxima vez, si escucho que estás hablando de cosas de las que no deberías estar hablando a mis espaldas…”
Shifu estampó en el suelo. El ladrillo de jade blanco se rompió con un sonido de "balabala".
“Tu entrepierna será como este ladrillo”.
Shifu se dio la vuelta y se alejó generosamente sin dejar de abrazarme.
Pero después de dos pasos, se detuvo. Sus débiles palabras fueron: “Y no intimides algo a lo que no deberías intimidar”.
No entendí sus palabras, pero después de ese día, la forma en que la gente de la secta me trató cambió drásticamente. Al comer, mi plato tenía más carne. Y también después de ese día, recibí algunos requisitos nuevos de Shifu.
Sostuvo mi rostro y dijo: "¿Por qué te ves más estúpido en esta vida..."
Estaba mordiendo una pata de pollo. Con la boca cubierta de aceite, lo miré aturdida.
Shifu frunció el ceño con disgusto. Me soltó la cara. Mientras se limpiaba las manos, dijo: “Bueno, todavía eres joven. Sin embargo, alguien que yo, la Estrella Celestial, considero un enemigo, no debería ser demasiado débil. Incluso siendo intimidado por un transeúnte... me estás degradando, una estrella celestial".
"Shifu, ¿puedes hablar palabras que entiendo?"
Traté de hablar con él, pero Shifu no pareció escuchar nada. Me miró por un momento. De repente dijo: “En, lo he decidido. Comenzarás a aprender artes marciales hoy. Yo, la Estrella Celestial, te enseñaré personalmente”.
“¿Qué es aprender artes marciales?”
“Es una habilidad mágica para cuando, en el futuro, si quieres patear la entrepierna de alguien, no te levantarán ni te golpearán de nuevo”.
Pensé por un momento y decidí que esto era realmente importante, así que asentí obedientemente.
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