Nuestro territorio era pequeño, pero lo protegemos celosamente, nadie puede ingresar a vender sus mierdas aquí. Estaba al borde de nuestro terreno, por lo que lo llamábamos una zona segura, para todos, pero los únicos que pueden vender allí, somos nosotros
Entramos a un bar donde se los vio por última vez y efectivamente, allí estaba Tristán con algunos de sus Wolfs.
Nos acercamos a ellos, quienes no se habían percatado de nuestra presencia aún, ya que estaban de espaldas, Trent agarró los hombros de Tristán fuertemente.
-¿Qué hacen en mi territorio?-dijo Trent
Tristán trató de zafarse del agarre, pero no lo logro, ya que Trent ejercía fuerza.
-Suéltame Rayder- ordenó Tristán.
-Primero contesta- nosotros los rodeamos. Quedé frente a Tristán quién me guiño un ojo.
-Siempre bella-dijo él logrando que Trent apreté más su agarre.
-Mierda Trent, no podrás protegerla siempre, se rumora que el rey posó sus ojos en ella.
-No me guio de rumores, pero porque mejor no vas a hablarlos con Caroline.
Tristán sonrió con sorna y miró a Luke
-Creo que alguien querría hablarlo con ella.
-Poco me interesa Tristán, habla, que tus perros no te protegerán aquí.
-No estoy vendiendo mi mierda aquí, si es lo que te preocupa, simplemente quise recorrer el lugar, me lo deben perder mucho por Sam ayer.
-No pienso que no vendas nada.
-No pedí que me creas, pero una Wolf trabaja aquí, y es mi deber ver por el bien de todos.
En aquel momento salió una mesera, Caroline Colt, es una belleza aquella chica al igual que su hermano. Ambos de cabellos dorados y ojos tan bellos que parecieran irreales
Calvin Colt, su hermano, fue el primer hombre que me atrajo, fue ese primer beso que jamás se olvida. Un romance de verano, que nadie conoce. Se hubiese armado un escándalo, ¿un Wolf con una Rayder? Jamás. Después de todo solo quedaron buenos recuerdos.
Ya que él únicamente ama a una mujer, y esa jamás sería yo.
-Mírate Tristán, ¿loco por una Colt?
-Cierra la maldita boca Rayder, porque a uno de los tuyos también le interesa y mucho.
-Sam-saludo Caroline- ¿Chicos cómo están?- sonrió
Ella era una ráfaga de alegría constante, siempre sonriendo, daba vida a este lugar tan frío.
-Más que bien- le contestó Luke sonriendo de más, no había que ser adivino para saber quién de mis hermanos era el loco por ella.
-¿Tomarán algo?- preguntó ella, llevaba su cabello recogido con algunos mechones sueltos, su rostro con aquel leve sonrojo, sus labios rojizos naturales.
Dios, la envidiaba, era tan bella sin siquiera intentarlo, pero así era "el gen Colt"
-No, ya nos vamos-dijo Trent soltando a Tristán -vendes algo aquí, tú o alguno de tus perros y juro que no la cuentan.
(...)
Luego de eso había ido a la escuela, mis hermanos me habían dejado allí y se marcharon, a Mike lo vi un corto periodo de tiempo, parecía nervioso antes de marcharse. Estaba caminando lentamente por los pasillos, hasta llegar al salón.
Entre sin pedir permiso, jamás lo hacía, me sorprendí al no ver a nadie en el salón, solo el profesor O'Connell o como a mí me gusta llamarlo Ken, Es la viva imagen de aquel guapo muñeco, rubio de ojos azules, excelente cuerpo, con un buen bronceado, de veintitrés años.
—Rayder, llegas tarde—dijo el serio.
—¿En serio? Ken... Digo Kaidan— respondí sonriendo
—Tu sarcasmo no siempre te servirá como escudo.
—Cuéntame Ken ¿ya encontraste a tu muñeca?— cambié de tema descaradamente.
—Porque, ¿celosa?— respondió alzando una ceja
—De la que pueda estar contigo— dije señalándolo— Jamás
—Me amas en secreto, lo sé—dijo arrogante como siempre.
Nosotros nos conocemos hace años, él es el hermano mayor de Mike, es muy joven para ser maestro y ni siquiera me acuerdo de que él estuviera estudiando esto, solo sé que un día apareció en el salón diciendo ser nuestro profesor.
—Me contaron que perdiste contra el Rey.
—Sí, Kaidan ¿tú sabes quién es el rey?—él se puso tenso.
—N-no ¿por qué tendría que saberlo?—dijo nervioso.
—Mike y tú se ponen igual cuando mencionan al rey.
—No lo creo— estaba a la defensiva
—Muy bien—fruncí el ceño—¿dónde están todos?— le pregunté
—Les dije que se tomarán el día libre no tengo ánimos de soportarlos, con sus estúpidas preguntas .
Él estaba de pie, apoyado sobre su escritorio despreocupado.
—¿Puedes hacer eso?
—Quien sabe—dijo encogiéndose de hombros.
—Que mal profesor eres— negué con la cabeza.
—Y tu una mala alumna—dijo de la misma manera.
—Touche.
—¿Y mi hermano?—preguntó.
—Entrenando, supongo— respondí.
—¿Supones?— pregunto alzando ambas cejas.
—Sí, es que lo dijo nervioso y se fue, ha estado haciendo eso desde que el rey volvió a correr.
—Oh sí, es que se viene un juego muy importante y está nervioso— excuso él.
—Debe ser eso—dije no muy convencida.
—¿Vamos a tomar algo al Alpha?—me pregunto él. Es el mismo bar de hoy.
—Vamos, pero... ¿Puedes salir en tu hora de trabajo?
—Me reporto enfermo— dijo encogiéndose de hombros, sin importancia—y tú te escapas, no es como si fuera la primera vez que lo haces.
—Vamos— dije y ambos salimos del salón, caminando por los vacíos pasillos, yo fui hacia la salida y él a dirección.
Me fije que no haya nadie mirando, vi el detector de metales que tiene la escuela, ni siquiera servía, ya que muchos incluyéndome entramos con algún arma de fuego, o en el mejor de los casos un arma blanca.
Yo llevo siempre conmigo un pequeño revólver escondido dentro de mi chaqueta, en un bolsillo interno y una pequeña daga escondida en el final de la manga de mi chaqueta, por dentro, si la necesito solo dobló la muñeca y la saco, es muy práctico. Y por último un pequeño anillo de una rosa que cuando le sacas la rosa se esconde una pequeña daga.
Mis hermanos son los mejores a la hora de regalar algo, precisamente armas.
Al salir buscó el Jeep de Kaidan, lo encontré en breve, como no tenía la llave saque mi daga y abrí la puerta del copiloto sin que sonara la alarma.
Algo que me enseñó Luke, a los 5 minutos apareció Kaidan por la entrada de la escuela corriendo hacia el jeep.
—Como...—no lo deje terminar.
—Con la daga abrí la puerta.
—Porque no me sorprende, pues vamos—dijo encendiendo el jeep.
(...)
El Alpha como ya conté es un bar, que cuenta con un salón de pool, donde van diferentes tipos de grupos, pandilleros y gente sola.
Aquí solemos vender nuestra "mercancía"
El dueño del bar es Dimitri Keller, el organizador de las carreras a las que asisto, hijo de un político.
Estaba más lleno que hoy, Había hombres por todos lados, algunos bebiendo solos en mesas alejadas, otros jugando póker con mujeres con poca ropa encima de ellos, otros en la mesa de pool jugando, y algunos en la barra
La mayoría que viene a este lugar son jóvenes de menos de 30. A excepción de unos ancianos que solamente miran, y siempre están con botellas de alcohol tratando de ahogar sus penas.
—Vamos a la barra—dijo Kaidan caminando hacia allí yo lo seguí sentándome a su lado.
—¿Una cerveza como siempre? ¿O algo más fuerte?—preguntó Caroline mirándonos.
—Te refieres a darme duro lobita... cuando dices algo más fuerte— dijo Kaidan con una sonrisa, ella sacó una navaja, la puso en el cuello de Kaidan, quien solo seguía sonriendo.
—Si a darte duro te refieres a con esta navaja clavada en tu cuello. Repetidas veces... Sí— dijo Caroline con una sonrisa.
—Relájate belleza.
—Eres un caso perdido, tienes suerte de ser lindo.
—TU caso perdido, admite que soy tu debilidad—dijo sonriendo de lado. Ella se puso roja y lo miro mal
—Una cerveza Colt—dije yo
—Igual—dijo Kaidan
Caroline nos sirvió la cerveza y yo dejé vacío el vaso, luego de unos segundos.
Sentí el ardor en mi cuello, como cuando alguien te mira fijamente, busque con la mirada y encontré a un hombre de unos veinticinco años mirándome, tiene el cabello castaño oscuro al igual que sus ojos.
No pude seguir observándolo, ya que la puerta de la entrada se abrió mostrando a unos tipos con máscaras cubriendo su rostro.
—¡QUIERO A TODOS FUERA DE AQUÍ! grito uno de ellos y al ver que nadie se movió volvió a gritar— ¡NO OYERON! YA.
Muchos empezaron a salir solo algunos cuantos quedaron.
—¡ESTE NO ES TU TERRITORIO! ¡AQUÍ NADIE TIENE PORQUE HACERTE UN PUTO CASO!— gritó Caroline.
Unos de ellos se acercó a ella, saltando la barra, hacia el lado en donde ella estaba, y en un rápido movimiento la agarró del cuello, poniendo un arma sobre su cabeza
Ella quiso sacar su navaja,, pero él con el arma la golpeó, causando que se desmayara.
Kaidan quiso saltar hecho una furia hacia él, pero otro de ellos lo agarró y lo inmovilizó.
Me levanté del taburete de la barra, el enojo fue el coraje que necesitaba.
—¡Tú SABES MUY BIEN QUE ESTE NO ES TU TERRITORIO! ¡ESTE ES Mi PUTO TERRITORIO!—grité sacando el revólver de mi chaqueta.
—Guarda esa arma niñita que te puedes lastimar—dijo uno. Yo lo apunté, disparando en su pierna. Él soltó un grito y me miró con rabia.
—Pero mira a quién tenemos aquí— dijo el que parecía el líder.
—¿Quién es esa zorra?—gruñó el que recibió mi bala.
—Esa zorra te pudo haber matado Josh—le dijo el líder.
—Y si no quieres que te pase a ti te conviene irte— gruñó.
—DESDE HOY, ESTE ES Mi TERRITORIO- me gritó él.
—¿Según quién?— dije lo más normal posible.
—Yo—dijo y sacó un revólver apuntándome.
Yo lo apunté a él, sus chicos sacaron sus revólveres y me apuntaron, los chicos que todavía quedaban en el lugar, los apuntaron a ellos, en números estábamos igual.
—¡BASTA!— gritó una voz grave.
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