Capitulo 5

...VENUS...

Ellos me llevan a la mansión, en todo el camino nadie hablo, yo voy viendo a los tres hombres que están en la camioneta.

Antoni Lenox, el menor de todos, el más normal, tiene los ojos color esmeralda. Es muy guapo el desgraciado, ami me gusta llamarlo "mi cielo" me trae paz al igual que lo hace ver el cielo.

Rick Lenox, el del medio él no sonríe, siempre mira todo calculadoramente, también te puede llegar a mirar como si viera asta tu más oscuro secreto. Él tiene los ojos de color café claros.

Patrick Lenox, el loco con arranques de psicópata, el más grande de los primeros dos y el más tranquilo, cuando quiere, sus ojos son de un color miel hermosos.

Dentro de unas dos horas esto se va a poner feo cuando aparezca mi exnovio.

Hace cinco años y medio atrás, me escape del orfanato y termine involucrada con mafiosos y mucha gente del bajo mundo, entre ellos estuvo mi mayor error.

Nicholas Rey, un heredero de la mafia Francesa, él se obsesionó conmigo, me secuestró y me mantuvo con él durante un año, un día me dejo ir porque se enamoró de mí y se dio cuenta de que a las personas que dices amar no las tienes contra su voluntad.

Él me dejo ir, dijo que siempre va a estar vigilándome y eso pasó, cuando volví al orfanato me di cuenta de que me seguían y asta ayer en la noche todavía tenía a uno de sus guardias detrás de mí.

Él es poderoso y a veces las personas hacen locuras por amor.

¿Yo alguna vez lo quise?

No.

Y eso el porqué lo contaré más a delante.

Solo dire que él me quito a mi hermano mi mejor amigo, solo por sus celos enfermos ante que ningún hombre se me acerque.

¿Lo más doloroso?

Ese hombre era mi mejor amigo, lo era todo para mí, el amor que yo tenía por él no era más que de amigos y hermanos, pero eso le valió una extaria de pepinos. Luego de matarlo me culpo a mí y tenía razón su muerte es mi culpa.

Yo muevo mis piernas con ansiedad.

— Algo que decirnos, cielo?

— Tengo a alguien que me protege como si fuera su diamante más valioso, esa persona no es de mí agradó, pero sé que va a estar aquí en— yo veo el reloj— Tres... Dos... Uno...

Como lo dije, comenzó el caos.

Los tiroteos, las explosiones y mis tres secuestradores que ni se inmutaron cuando todo comenzó, lo único que hacen es reírse con diversión.

— Por lo visto tienes a tu propio ángel — me dice Patrick, el cual se ve el más divertido.

— Es como un ángel de la muerte— digo.

Yo solo me Siento en el sofá esperando que entren por mí. Los tres Lenox hacen lo mismo, no se ven preocupados de que afuera masacren a su gente.

— Puedo asegurar de que son unos locos— ellos me miran— ¿Qué clase de persona está tan tranquila en un momento como este?

— Nosotros y tú, por lo visto— responde, Rick.

>>Yo le doy una sonrisa, es hora de actuar

Derriban la puerta y veo a unos diez hombres vestidos de negro y todos cubiertos sus rostros. Menos uno, que es Nicholas.

Él y sus hombres se acercan lentamente a mí, los Lenox ahora se levantan y toman sus armas.

— No den un paso más— les dice, Antoni.

— Venimos en paz— les dice, Nicholas— Solo queremos a la chica.

— Lástima, porque ella es nuestra ahora— yo ofendida los miro.

— No soy un puto objeto idiota.

— Ella no es suya!— salió lo tóxico de mi ex y su lado menos compasivo.

— No soy de nadie, ahora déjense de estupideces— yo intento ir con, Nicholas, pero alguien toma mi brazo y me empuja detrás de él haciendo que caiga de trasero contra el piso.— Me dolió— me quejo cuando veo a Rick.

>>Si no necesitará vivo a Nicholas ya estaría muerto

Ninguno dispara solo se miran con odio, Nicholas no va a disparar porque sabe que algo puede ir mal y matarme.

— Sabes que esto es una declaración de guerra— le habla, Nicholas— voy a romper nuestra asociación si no me entregan a Venus.

— Ya lo rompiste cuándo entraste a mi casa y atacas a mi gente— Responde, Patrick sin perder ni un poco de su burla y seriedad.

— No comiences una guerra que no vas a poder terminar— sigue, Antoni.

— Vas a estar en guerra con nosotros por una simple chica?

— Si me creen tan simple déjenme ir— digo, Rick me da una mirada asesina.

Nicholas perdió los estribos y dio la orden de ataque, los tiroteos comenzaron y a la vez comienzan a entrar más hombres los cuales son de Nicholas.

Yo me escudo de atrás del sofá y no muevo ni un pelo, por miedo a ser daño colateral.

— Ya basta!— grito lo más fuerte posible, los tiroteos seden y yo salgo de mi escondite.

Como siempre, tiene que estar el idiota que dispara una última vez y está vez fue uno de los hombres de, Nicholas.

Como lo dije antes, fui el daño colateral, la bala me dio en el abdomen haciendo que caiga de rodillas, Nicholas corre a mí y me toma en sus brazos.