Capitulo 3

...VENUS...

No volví a bajar a la fiesta luego de lo sucedido, estoy muy cansada y solo quise dormir y eso hice.

Me despierto al escuchar risas por el pasillo y las reconozco, son las mellizas, deben estar un poco alcoholizadas por sus risas y murmuros.

— Venus— me llama, Tamara— ¿Estás durmiendo?

— No— digo sin destapar mi cabeza.

>>No quiero escucharlas

— Creo que nos enamoramos— dicen las dos.

>>Lo que me falta

— Mejor duerman.— ellas dos se tiran a mi lado.

Tienen olor a alcohol y están congeladas.

— De dónde vienen?.

— Solo fuimos a caminar con dos de los Lenox.

— Son de los más Interesantes, guapos y atentos.

Yo gateo asta el otro extremo de la cama.

— No, escúchenme— yo miro a ambas— hay algo mal con esos tres y voy a descubrirlo, cuando yo sepa toda la información sobre ellos, sé los dire.

— No otra vez— dice, Tamara— no puedes obsesionarte con ellos...

— Tomaste tu medicamento? Recuerda que es para controlarlo.

— Por favor, solo escuchen, ellos tienen algo raro hoy a ojos esmeralda, lo escuché hablando con tu padre... Él lo amenazó con tomar a una de ustedes como parte de pago.

— Tal vez oíste mal ¿Estás segura de a ver tomado tu medicamento?

>>Les estoy avisando

— Que si!— digo frustrada— tienen que creerme.

— Está bien, has lo que quieras— ellas se acuestan acomodándose y yo en el medio.

>>No estoy obsesionada

¿Cómo es posible que no crean en, mi?

Por lo visto no son tan idiotas.

...

...(DOS DIAS DESPUÉS)...

Estos dos días nada más han sido investigación, tras investigación. ¿Lo que encontré?

Nada.

Son simples empresarios multimillonarios que le prestaron dinero al padre de las mellizas.

¿Mi frustración? Sigo pensando que hay más, pero ya todos comienzan a pensar que mis medicamentos no funcionan.

Mientras repaso los trabajos para el examen, en la cafetería, veo entrar a ojitos esmeralda.

—Buenas tardes— Saludo con una sonrisa.

— Hola— él mira los tipos de cafés.— un café helado y dos amargos.

— Enseguida— yo voy a la parte trasera.

Hoy las mellizas tenían trabajo de universidad atrasado y yo tengo que quedarme sola, hoy no es un día con tanta gente.

Estamos a comienzo de otoño y el clima está más loco que yo y eso es mucho decir. De día calor, a la noche un frío que te congela asta los mocos y las lluvias constantes.

Cuando estoy sirviendo el café cae una gota de este en mi mano, agradezco que este sea el frío y no el caliente.

Salgo y le entrego su pedido.

— Sus dos cafés amargos y uno helado— él me da el dinero y deja cien dólares de propina.

— Gracias, por el buen servicio— él me sonríe y sale de la cafetería.

Su sonrisa no es como la de sus otros hermanos, es genuina y a la vez forzada y retenida.

Cuando ya es la hora de salida, limpió toda la cafetería y cuando estoy por cerrar la cafetería, alguien toca mi hombro. Yo me sobresalto y pego un brinco que me podría a ver tirado al piso, si no fuera por unos fuertes brazos que me sostienen.

— Nos volvemos a ver, Venus.

Esa vos, esa maldita vos. Yo me alejo como si él fuera la mayor peste.

— Necesitó tu ayuda, Cat.

— No te conozco, la cafetería ya esta cerrada— yo me doy la vuelta y comienzo a caminar.

No llego muy lejos, ya que vuelve a tomar mi brazo.

— No me toques.

— Deberías superarlo.

— Vete al demonio, Adriano— digo.— yo no trabajo para ti.

— Cat— él toma mis mejillas— algo que tú no entiendes, es que nunca vas a poder librarte de mí.

— No me busques, estoy siendo una persona muy buena— como ya lo dije mi cerebro no se toma en serio las amenazas, por eso nadie puede asustarme.

— Quiero tu ayuda, como los viejos tiempos— él se acerca a mi oído y susurra...— si no lo haces tus amigas sufrirán las consecuencias.

>>Como si ese importará

— Que quieres?— pregunto sin una muestra de emoción.— habla rápido o me largo.

>>No lo hago por ellas lo hago por mí y mi plan

— Quiero que investigues a alguien.

— Solo dime nombre y listo— yo me alejo del cuándo veo a alguien que camina a nosotros.

— Creo que llegue tarde— dice ojos café.

— Disculpe señor, la cafetería ya cerró.

— Que lástima tiene buenos cafés— él mira al tipo frente a mí— ¿Su novio?

— No!

— Si!

Decimos los dos al unísono, yo veo al tipo y luego a ojos cafés.

— No lo conozco, solo me estaba preguntando una dirección.

— Disculpé mis chistes— el tipo vuelve a mirarme— La calle que buscó es Abril Johnson.

— Que raro, nunca escuche hablar sobre esa calle— dice ojos cafés.

— Señor— yo le hablo al idiota que tengo al frente— supongo que está muy lejos de su destino.

— Yo también lo creo, disculpé las molestias— él se marcha no sin antes darme una de esas sonrisas retorcidas.

¡Idiota!

— La llevo a casa señorita?

— Está bien, solo queda a unos veinte minutos de aquí, puedo llegar sola.

— insisto, no puedo dejar que ande a estas horas de la noche por la calle, estamos en un mundo peligroso.

— Exacto, porque estamos en un mundo peligroso prefiero caminar.

Yo me estoy por ir, pero si Quiero saber más de ellos, tengo que estar cercade del objetivo.

— Cambie de opinión, las calles a esta hora son muy peligrosas.

Él me da una sonrisa calculadora, pero a la vez indescifrable. Caminamos a su BMW negro, él abre la puerta de mi lado dándome el paso.

— La dirección?— pregunta al encender el auto.

Yo le indicó mi dirección, él coloca música entre ellas mi favorita de: Miley Cyrus Angels like you.

Yo cierro mis ojos y canto bajito la canción.

— Tienes bonita vos.

Yo abro los ojos y siento mis mejillas arder.

— Gra... Gracias.

Desde que tengo uso de razón me gusta cantar y no lo hago mal, pero al hacerlo duele y siento un hueco enorme en mi corazón, como si cantar me trajera recuerdos bloqueados por mí.

— Venus...— él frena el auto frente a mi departamento— Deja de investigarnos.

Yo lo veo confundida ¿Cómo lo sabe?

>>No deje rastros al hacerlo

— Yo... No— mierda.

— No lo niegues, seguimos tu dirección y nos llevó a ti— él toma mi rostro en sus manos.

— Me lastimas— digo cuando aprieta mis mejillas.

— Mi primo ya te lo advirtió— él hace más presión— Ahora te advierto yo... No te metas en asunto que no son tuyos.

— Me... Lástimas.

— Me entiendes?— yo no respondo— responde, ¿Entiendes?

— Está bien— digo.

Él me suelta y yo toco mis mejillas, las cuales están adoloridas. Yo bajo abro la puerta, pero antes de salir lo miro a los ojos. Ya lo dije muchas veces no reaccionó como una cobarde ante las amenazas.

— No me gustan las amenazas, tampoco las tomo enserio y si los investigue es porque dos de ustedes quieren estar cerca de personas muy importantes para mí, son mi familia y no voy a dejar que ninguno de ustedes lo dañe— yo tomo su mejilla como él a mí— Puedo ser tu peor pesadilla si me lo propongo, yo no soy una persona que puedas amenazar sin consecuencias, ustedes tienen algo y yo no voy a dejar de lastimen a mi familia— yo clavé mis ojos en los suyos mientras hago más presión, él solo sonríe con burla— No se acerquen a ninguno de la familia Frank, ustedes no saben quién soy yo y de lo que soy capaz.

>>Sí que lo sabe

>>De tan solo oírme decir todo eso me dio náuseas

— Niña, eres interesante, ahora bájate de mi coche.

Yo bajo y antes de cerrar la puerta le dedicó una sonrisa.

— Gracias por traerme, me gustó pasar tiempo con usted— él en ningún momento borro su sonrisa de diversos y burla— espero que la charla que tuvimos le allá quedado todo claro.

Yo cierro la puerta del coche y camino a los elevadores.

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Comments

Carmen Diaz

Carmen Diaz

jajajajajaja me hizo reír este párrafo

2022-08-11

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