Tienda

No nos llevó mucho tiempo llegar a la tienda, era una tienda que mayormente se usa para hacer cosas ilegales y comprar "polvo mágico".

No quise ir a una tienda a las cuáles estoy acostumbrada a ir porque no quería encontrarme con conocidos y que me vieran con un chico por la noche y menos con esté chico que luce como un asesinó con ese abrigo.

Además hize bien en escoger esta tienda porque aunque traté de que se quedará esperando afuera, él me siguió.

Ahora estamos recorriendo los pasillos de la tienda y viendo que voy a comprar para la cena y de pasó para el desayuno de mañana.

Comida instantánea para hoy y para el desayuno de mañana, debería estar bien.

- Aún es temprano, tienes tiempo para ir a cocinar o es que acaso ¿no sabes cocinar?.

Él se esta burlando de mí y la expresión en su rostro lo confirma.

- Estoy cansada, solo quiero comer algo rápido y acostarme a dormir.

- Tu departamento estaba llenó de envoltorios de comidas instantáneas, si solo comes eso vas a terminar enfermandote.

- No eres mi madre, no estoy obligada a hacerte caso.

Él fruncio el ceño en señal de molestia y miró en otra dirección para segundos después sonreír.

- Tal vez no sea tu madre, pero sigo siendo capas de hacerte hacer lo que yo diga.

- ¿Vas a amenazarme con convertirme en vampiro de nuevo?.

Paso a paso, él se fue acercando a mí hasta acorralarme contra los refrigeradores de la tienda, intente apartarlo porque mi espalda se esta congelando, pero de nuevo no puedo moverlo ni siquiera un centímetro.

- No, haré algo que te hará sentir mucha vergüenza, algo que al principio odiaras pero que luego te gustará y no pararas de pedirme más y más y más.

- ¡Haz lo que quieras, pero muevete que mi espalda se está congelando!.

Él se apartó y caminó por los pasillos con una sonrisa arrogante en su rostro, parecía dirigirse a un lugar en especifico y por cortos momentos volteaba a ver si yo lo estaba observando.

Él llegó hasta una estantería en donde habían varios paquetes colgados y tomo dos de ellos y se puso a compararlos.

No podía ver bien que eran, hasta que él tomó una tira larga de... ¡CONDONES!.

Me apresure en caminar hasta donde esta él y apenas llegue le quite de la mano la tira de condones.

- ¡¿Para que diablos estas mirando esto?!.

Le grité histéricamente y él parecía estar disfrutandolo.

- ¿No es obvio?, lo hago para nuestra noche de placer.

Él puso una mirada seductora mientras que extendía su mano para tocar mi rostro, pero aparte su mano rapidamente.

- ¡Si lo que quieres es desahogarte entonces hazlo con las prostitutas de la esquina! ¡no conmigo, degenerado!.

- Prefiero hacerlo con mujeres más difíciles, además esto no es solo para desahogarme, tomalo como una amenaza, si tú compras comidas instantáneas o chatarra, entonces yo compraré condones, y te aseguró que los usaré.

Así que es por eso, ¡maldito abusivo!, ¡cuando tenga la oportunidad me vengare por esto!.

Le arroje la tira de condones y sin dirigirle la palabra fui hasta la góndola de comidas instantáneas y devolví las que había tomado, cuando lo hize él también dejó los condones en su lugar.

Di otra vuelta por la tienda, esta vez recogiendo ingredientes para cocinar algo rápido y simple, también tuve que buscar algo para desayunar mañana.

Mientras compraba las verduras hubo una que llamó mi atención, el ajo.

Tomé un ajo y esperé a que el vampiro se me acercará, entonces le arroje el ajo a la cara, pero el logro atraparlo centimetros antes de que se estrellara por su cara.

- ¿Un ajo?, puff, ¡jajajaj!, ¡¿en verdad crees que el ajo espanta a los vampiros?!, ¡¿eres una niña o que?!, ¡jajaja!.

Él comenzó a reírse a carcajadas en mi cara mientras yo me sentía avergonzada por ello.

Le di la espalda y continúe comprando mientras que él no dejaba de reírse de mi.

Se detuvo una vez que llegamos hasta la caja rejistradora, aunque aún podía sentir su mirada de burla fijada en mí.

Él saco su billetera para pagar las compras y me sorprendí al ver la cantidad de dinero que tenía.

Al terminar de pagar tomé las bolsas y salí de la tienda, él se quedó atrás y esperé a que saliera ya que se supone que él debe llevarme hasta casa.

Pasaron algunos minutos y él seguía sin salir, me acerqué a la puerta de la tienda para ver porque tardaba.

Al dar un vistazo, lo vi hablando con otro de los cajeros de la tienda, era un chico pelirrojo y de piel pálida, probablemente otro vampiro y un conocido suyo.

Parece contento hablando con él, de seguro se tomará su tiempo para charlar.

Aprovecharé ese tiempo para ir al baño, no creó que aguante hasta llegar a casa.

Tomé las bolsas y me dirigí al baño que estaba atrás de la tienda, es un lugar en completó silencio y con apenas un foco que alumbraba débilmente.

Me apresure en entrar al baño.

El interior del baño era aún más aterrador que el exterior y me hizo pensar que tal vez si pueda aguantar hasta llegar a casa.

Así que di medía vuelta para irme, pero la puerta se cerró e hizo que me diera un gran susto y que no dejará de temblar.

Empecé a escuchar pasos que venían de afuera y que se estaban acercando a la puerta principal del baño.

No tengo el coraje suficiente para salir y enfrentar a lo que sea que viene, me vi demaciadas películas de terror y no quiero terminar como los personajes que van al baño solos.

Asustada me apresure a meterme dentro de uno de los baños.

Permanecí escondida mientras escuchaba la puerta principal del baño abrirse y también los pasos acercándose, hasta que dejaron de oírse.

Podía oír los fuertes latidos de mi corazón que parecía estar apuntó de explotar.

El silencio era bastante aterrador y sentía como si en cualquier momento algo

- ¿Qué estas haciendo?.

- ¡¡AAAAAAAAAAAAAAH!!.

Escuche una voz viniendo del techo y al mirar hacia arriba, allí se encontraba el vampiro observando por encima de la puerta del baño.

Aunque no tuve tiempo para insultarlo o arrojarle algo, ya que perdí toda la fuerza de mi cuerpo y caí paraliza del miedo.

La pared me sostuvo para que no cayera del todo, hasta que el vampiro se metió al baño y me sostuvo para que no cayera al suelo.

- ¿Estas bien?, perdón si te asuste, como no escuchaba ningún ruido creí que algo te había pasado, ¡oye, encerio! ¡¿estas bien?!, ¡di algo! ¡lo que sea!.

- Mu...

- ¿Mu?, ¿te crees vaca o que?.

- Muerete...

...

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