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Mason.

Otra vez esa mujer. No sé cuántos trabajos debe tener, pero me intriga mucho saber porque lo hace, alguna

necesidad debe de tener.

Su mirada se cruza con la mía, no disimulo en mirarla de la cabeza a los pies. El sonido de mi celular me distrae y debo quitar mis ojos de ella.

- ¿Ocurre algo? – Marc llama es algo importante por eso lo hace.

-Sí necesito que veamos algunas cláusulas del contrato antes de que tenga que entrevistar a las candidatas.

-Está bien en un rato voy por ahí.

-Te espero.

Dejo la paga y la propina que es bastante generosa para retirarme. Ese matrimonio va a ser un dolor de cabeza solo espero no ligar cualquier loca como esposa. Desde mi auto observo que esa mujer limpia la mesa donde estuve hace rato.

Ella se parece mucho a la mujer de mis sueños, aunque no la he visto de cerca detenidamente.

Enciendo el motor haciendo a un lado esos pensamientos que tan aturdido me tienen. Cuando esa idea cruza por mi mente inmediatamente lo relaciono con Olivia a pesar que ya está muerta.

Nunca dejo de pensar en ella. Todavía siento culpa por abandonarla el día de su muerte. “Supéralo” dice mi

sien, pero es difícil hacerlo. No encuentro paz desde su desaparición física.

En cada sueño aparece, en cada pensamiento está presente y veo en esa chica un parentesco, creo que el destino me juega una mala pasada.

Trato de enfocarme en esa maldita boda que planee, sin embargo, no logro cambiar la dirección de mi mente. La bocina de un auto me devuelve a una cruel realidad. Permanecí mucho tiempo en el semáforo que causé enojo en los demás que esperaban por avanzar.

El ruido de la ciudad me irrita así que trato de mantener la calma porque todos se quedarían callados si bajara de este automóvil.

No sé dónde tengo la cabeza y esto me pasa por no usar chofer, pero es beneficioso cuando voy a una fiesta o

eventos, para manejarme yo solo uso mi propio auto. También para evitar que descubran mis secretos.

Estaciono al frente de la compañía, enciendo la alarma y avanzo ingresando por las puertas principales. Emma no deja de sonreírme y hacer monerías, que me haya acostado una vez con ella no quiere decir que la elija como esposa, mucho menos por su falsedad.

Espero pacientemente al ascensor mientras reviso mi celular, varios mensajes de mi amigo entran, seguramente es otra de sus tonterías omitiendo leerlos hasta que me desocupé de lo que vine hacer.

Marc ya debe estar en mi oficina porque encuentro la puerta abierta, doy unos golpecitos riéndome al ver la cara súper seria de mi asistente más fiel.

- ¿Qué tal Marc? – espera a que me siente para responder.

-Todo bien, aunque debo decir que estas en problemas – eso es serio.

- ¿Por qué lo dices? – alguien irrumpe bastante molesto - ¿Qué quieres papá?

- ¿Que es esa ridícula idea de casarte con alguien por contrato prenupcial? – él más que nadie quiere que me\,

case ahora se ofende.

-Discúlpame papá, pero tú y mamá quieren que siente cabeza – apoya con fuerza sus manos en el respaldo de la silla – que mejor idea que casarme por medio de un aval que justifique lo que es de cada uno.

-Hijo un matrimonio es para toda la vida – Marc parece un robot de oídos sordos – Tienes que amar a la persona que vas a elegir para el resto de tus días.

-En este caso solo es para que el abuelo no me siga amenazando con dejarme sin herencia.

- ¡Estas muy equivocado hijo! – exclama ya más sereno – Ya deberías superar lo que paso con Olivia y buscar a

la persona correcta para ti.

Esas palabras son como espinas que se clavan en lo profundo de mi corazón removiendo todo el dolor al recordarla. Se retira dejándonos a los dos en silencio.

-Marc – sé que muere por decir algo al respeto – ¿Vas a dar tu opinión o no?

-Concuerdo con tú padre – todos van a volverme loco – aunque ¿Qué pasaría si te enamoras de la mujer que elijes como esposa?

-Eso no va a pasar.

- ¿Por qué estás tan seguro? – clava sus ojos en mi – Digo ¿qué tendría que hacer una mujer para cautivarte Mason?

-Muchas cosas, pero ninguna se compara con Olivia.

-Ahí radica tú problema – comienza la clase de sermones, consejos y moralidad, son tan aburridos que me fastidian la existencia – Quieres que todas sean igual a ella.

-Ella era tan dulce, sencilla nunca esperaba grandes regalos solo quería flores amarillas y muy bondadosa con lo demás.

-Quien no te garantiza que encuentres una así entre tantas de las que van a venir a la entrevista ¿Quién?

-Eso es lo que menos pienso.

-Nada te hará cambiar de parecer ¿cierto?

Muevo la cabeza porque por más que lo intento su recuerdo permanece atado en mí. Creo que nunca dejare de torturarme con su imagen sonriendo y abrazándonos.

-Bien ¿Qué era lo que querías mostrarme?

-El abogado ya redacto el documento que pediste para tú matrimonio de seis meses.

-Dame que lo reviso.

Me hace entrega de los papeles y él se retira, aunque no por mucho tiempo.

 CLÁUSULAS DE MATRIMONIO PRENUPCIAL.

1) Ambas partes, tanto el solicitante de un matrimonio por contrato prenupcial y la persona elegida,

deberán estar de acuerdo a la hora de estampar sus firmas en dicho documento.

2) La persona elegida por el señor Mason Rogers Macconel recibirá la suma de 500 USD por cada mes hasta terminar lo pautado.

3) Ninguna de las dos partes tendrán relaciones sexuales fuera del matrimonio sin ser consentidas por ambos. También queda prohibido las relaciones sexuales entre ambos sin consentimiento.

4) Solo se deberán besar en público, en caso que la situación lo amerite, caso contrario no lo harán en ninguna circunstancia.

5) Dormirán en la misma habitación, misma cama, sin embargo, no podrán tener ningún contacto físico ni mucho menos besarse.

6) La esposa deberá acompañar al señor Mason Rogers Macconel a todo evento público con vestimenta acorde a la fiesta que asistirán. El esposo será el encargado de brindarle todo lo necesario para la ocasión.

7) El señor Mason Rogers Macconel tiene prohibido ofender verbalmente, física y moral a su esposa. Sí esto sucede ella deberá solicitar el divorcio de inmediato con una compensación económica de 7000 USD más una casa propia.

8) El contrato tendrá una duración mínima de seis meses a doce meses de acuerdo a lo pautado.

9) La esposa no deberá tener ningún menor bajo su cuidado. Ni muchos menos hijos propios. En caso de tenerlos se cancelará de inmediato el matrimonio.

10) La boda se llevará a cabo dentro de un mes. Solo será por el registro civil con testigos elegidos libremente. No se hará ninguna celebración para evitar llamar la atención.

11) La señora deberá presentar un currículo donde explicará su nivel académico, familiar y laboral. También se le practicara un chequeo médico para saber si goza de buena salud.

12) El divorcio tendrá lugar a los seis meses. En caso de que el señor Mason Rogers Macconel opine lo contrario se discutirá por medio de abogados si deben continuar o no casados.

13) El señor Mason Rogers Macconel no puede salir de noche sin su esposa. Solo tiene que exponerse en público cuando sea muy necesario, pero acompañado de su mujer.

14) Al estar completamente separados ambas partes tienen prohibido dar entrevista a la prensa. Sí lo hace, el afectado/a tendrá derecho de demandar por develar información conyugal, familiar y laboral. Sumado a incumplimiento de contrato.

15) La esposa podrá llevarse las pertenencias que le regalo el señor Mason Rogers Macconel con su autorización luego del divorcio. Sino deberá dejar todo en la casa.

16) Sí se incumplen algunos de los requisitos ya expuestos, la esposa debe devolver la mitad del dinero o trabajar en su empresa hasta que pueda cubrir la deuda sin tener ningún tipo de contacto.

17) En caso de que se enamoren cada uno tendrá que respetar la decisión del otro.

¡Maldito Marc! Se pasó de la raya dando las indicaciones para redactar este maldito acuerdo. Él entra con un café en su mano ubicándose frente mío.

- ¿Cómo es eso de que no puedo tener sexo con nadie? – enarca una ceja sonriendo pícaramente.

-Tú pediste que me encargue e indique lo que querías – se encoge de hombros - ¿Cuál es el problema? ¿No

puedes aguantar seis meses? – giña un ojo.

-Moriré en el intento – reímos los dos – Asegúrate de no elegir una loca. Con eso será suficiente.

- ¿Quieres cambiar algo? – interroga llevándose su café a la boca.

-Sí cambiaría – pienso con el dedo en el mentón – el número tres, pero no sería justo para ella. Aunque si me lo pide deberé romper esa regla.

-Eligiere a alguien que te haga las cosas difíciles.

-Tú y mi padre persiguen el mismo objetivo ¿Me equivoco?

-Claro Mason – frunce su entrecejo – quiero que olvides a Olivia o que intentes rehacer tu vida. Nada pierdes con intentarlo.

- ¿Crees que no lo he intentado? Muchas veces\, sin embargo\, su recuerdo no deja de atormentarme – dirijo mi

vista a una foto que tengo en mi escritorio.

-No te esfuerzas demasiado, te aferras a lo imposible que es diferente.

-Siempre conozco mujeres diferentes, pero todas buscan lo mismo, dinero – escucha atentamente – ninguna va a ser como ella.

-Mason en este mundo nadie es igual. Puedes encontrar similitudes, pero tienes que ver la belleza del alma,

profundizar la mirada y saber que todos ocultamos algo por miedo.

-Tú tan poeta como siempre – ríe.

-Si no le ves la belleza a las cosas no existes Mason. Siempre llega alguien para hacerte ver la vida de forma

diferente.

-Pero donde encuentro alguien que le gusten las rosas amarillas, comer palomitas en la cama mientras ve una película de terror o le gusten los poemas de Neruda. También las canciones de Queen ¿Dónde?

-Tengo la esperanza que sea la mujer que se case contigo – estira su mano para recibir el documento de mi tortura. -Yo lo dudo mucho.

Se levanta y yo hago los mismo. Palmea mi espalda en forma de consuelo saliendo por la puerta, nos detenemos en el ascensor para despedirnos.

- ¿Ya arreglaste lo que te pedí? – presiono el botón llamando al elevador.

- ¿Cuándo te he fallado? – él nunca falla.

-Nunca – lo abrazo – nos vemos en diez días.

-Suerte con las entrevistas.

-Gracias, la voy a necesitar.

Empieza a moverse bajando al primer piso. Tengo planeado desaparecer diez largos días o tal vez más. Ya voy a entrar en celo por lo que no puedo darme el lujo de seguir aquí cuando eso suceda.

Voy directo al departamento porque en casa de mis padres no me dejarían salir sino saben a dónde voy. Cargo con un secreto que representa mucho peligro para todos lo que me rodean. Trato de mantenerlos al marguen de mis decisiones, aunque muchas veces le molesta.

La carretera, para esta hora de la mañana, es bastante tranquila. Llego estacionando al frente del edificio, bajo

y enciendo la alarma por precaución. Es un sitio sin muchos inconvenientes, aunque uno nunca sabe lo que puede ocurrir.

Avanzo ingresando rápidamente y subo las escaleras porque el ascensor estaba ocupado.

Rebusco dentro de mi bolsillo la llave para abrir la puerta. Paso y los recuerdos no tardan en llegar, conservo

este lugar por ella, Marc se cansa de decir que debo desprenderme de lo que ya no me hace falta.

En mi habitación su olor sigue tan fresco como el día que la traje para acá. Mis fosas nasales solo se deleitan

con el olor a Lavanda, siento que deambula por la casa y por las noches me abraza durmiéndome con su sonrisa grabada en mi mente.

Las lágrimas quieren salir, pero me niego a llorar así que voy al baño. Dándome una ducha y ya listo tomo la maleta que prepare, le doy una última mirada a un cuadro pintado en la pared.

Olivia sonríe como la última vez que nos vimos, sus días de agonía se reproducen en mi cabeza escuchando su llanto de dolor. Solo decía que tenía miedo, que no suelte su mano, sin embargo, ella fue la que soltó la mía al cerrar sus ojos para siempre.

A diario tengo que ser fuerte por ella y por mí. Ella ya no me necesita para vivir, en cambio yo sí.

Despejo esos pensamientos demasiados dolorosos para meter en el portaequipaje el bolso y encaminarme rumbo a mi destino.

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