Amanda

Demoramos más de una hora en el viaje....eran bosques y bosques, la naturaleza en su esplendor. Juan me contó muchas cosas, y cuando alguien me cae bien, yo me muestro como soy. Me contó que la mamá de la pequeña nunca la quiso, que él patrón es un hombre bueno, pero tiene problemas familiares, que la nueva novia de él, no es una buena mujer y que a todos trata mal.

-Estamos llegando señorita Rocío.

-Porque ahora soy señorita y no señora, le dije yo

-Porque usted es soltera.

Entre medio de tanta vegetación apareció una hermosa casa de dos pisos, rodeada de helechos y enredaderas con flores.

Cuando me bajé lo primero que ví fue a la pequeña de cabello rubio, se paseaba nerviosa.

-Hola ...

No me miró, pero se acercó lentamente. Y me tocó las manos. Llevaba en sus manos un pequeño perro de peluche sucio y viejo.

-Pero que hermoso perrito. Le dije.

-Es lindo no es cierto.

-Siii., pero le hace falta un baño y un cepillado.

- Lo miró y me dijo tu crees? .

Nunca me dí cuenta que su padre estaba atrás.

-Escuchaste Amanda. tu perro necesita un baño y al igual que tú, una buena cepillada de pelo.

-Señora usted podría ayudar a Amanda?

-Solo Rocío por favor

- Quieres que bañemos a tu perrito y aprovechamos de jabonarte a tí.?

Lentamente dirigió su mirada a mis ojos y por primera vez me vió y me pidió. - cuando terminemos me podrías dar un abrazo como el de ayer?.

-Claro mi preciosa. Tu me muestras dónde es...

Ella tomó mi mano y me comenzó a guiar.

Su dormitorio era muy triste...como decorado sin cariño...todo blanco con una cama grande. Me dió pena es como si nadie se hubiera interesado en adornar nada, solo por cumplir. Llenamos la bañera con mucha agua y ella se metió con su perrito. Fue lindo esos momentos fue felíz y rio mucho. La envolví con unas toallas y la abracé fuerte y ella correspondió a mi abrazo, la alcé y no me quería soltar.

- Amanda, pequeña tenemos que vestirnos.

Me soltó y elegí para ella un lindo vestido blanco con rosado, parecía una muñequita.

Cuando salimos ya era tiempo de almorzar, una bonita muchacha vino a avisarnos que el patrón nos esperaba en la terraza para comer. Ella tomó mi mano y no me soltó más.

No puedo describir lo que sentía con esa manito que me tenía agarrada, por primera vez desde que mamá se fue, es que sentí que alguien me necesitaba.

Don Victor estaba hablando por teléfono, y me indicó que me sentara, Amanda lo hizo a mi lado.

Habían muchas cosas para comer y confieso que tenía hambre. Pero Amanda me pidió que la ayudara, a lo que su padre le dijo que ella podía hacerlo sola.

-Amanda come por favor.

-Quiero que Rocío me ayude

-Hija, no creo que para Rocío sea agradable, ya estás grandecita.

-No es problema Don Víctor.

Así fue como le di de comer como una niña pequeña, estaba tan felíz, que se comió todo. Luego fuimos a unos juegos que habían detrás de la casa y me enseñó su casita de muñecas. Le dije que le faltaban adornos y que podíamos hacerlos nosotras...sus ojitos brillaban. Cuando terminamos ya eran más de las cinco y debía irme.

-Rocio no te vayas por favor, no quiero estar sola

-Pero pequeña yo debo irme

Sus ojos se llenaron de lágrimas y yo que siempre me dije " los niños no son importantes en mi vida" Sentí que me despedazaba, una pequeña me había robado el corazón 😢

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