La voz de Sebastián se escuchó tan fuerte y claro en su mente que se permitió dejar salir una sola lágrima, para aliviar a su corazón anhelante.
Pero aquella voz estaba en lo cierto, la mayoría de los elementales eran estúpidos.
La comunidad se había relajado y acostumbrado demasiado rápido a vivir en paz y apenas mantenían vigilancia nocturna. El entrenamiento de los nuevos reclutas era básico, nada comparado con años de guerra sufridos en una comunidad tan grande como la que tenían. Era como si buscaran borrar todo rastro de la guerra para las futuras generaciones.
Esta era la segunda vez que se infiltraba en un lugar como aquel y en aquella pasada ocasión había sido una adolescente en compañía de un par de muchachos estúpidos que buscaban acabar con uno de los psicópatas más grandes de la historia. Tenía que admitir, que ahora que era una adulta formada y con completo dominio de su magia, lograrlo había sido un juego de niños.
Aunque debía admitir, que había tenido que preparar el terreno antes de adentrarse, a la que en el momento pensó sería una guarida de lobos. Recordó a su excompañero Corbus Mayner, con quien se había encontrado recientemente. Había llegado a ser miembro del consejo de control elemental y si bien había demostrado ser un incompetente durante las clases de su amado Sebastián y cualquier clase en general, algo había tenido que hacer para graduarse y lograr llegar a su puesto actual.
Deseaba creer que la desesperación por llenar puestos vacantes no era el motivo por el cual había llegado a un cargo tan importante. Había sido idea suya alertar a los del consejo de un uso inadecuado de la magia elemental, no le agradaba mucho meter en líos a uno de sus colegas, pero todos sabían lo muy propenso que era Fendrid de tratar de ampliar el rango de los hechizos elementales, para ayudar a las hadas del bosque. El consejo se tomaba aquello muy en serio después de ver lo que el mal control de la magia había producido los años posteriores a la guerra.
Ella no sabía que mandarían a un antiguo compañero, por lo cual cuando supo de quién se trataba y que cargo tenía dentro del consejo. No había dudado de usar viejos trucos para hacer que él se acercara a saludarla.
Había dejado ver su presencia "casualmente" demasiadas veces como para notar sus ojos babeando por las ropas ceñidas que usaba en su cuerpo mostrando sus curvas, detestaba todavía recurrir a estos trucos, pero si quería lograr su meta, tendría que hacer algunos sacrificios. Ya vivía en el infierno, nada podía empeorar.
Corbus había hecho justo lo que ella esperaba que hiciera, comenzó pláticas casuales, preguntando por su tiempo en el extranjero, pregunto por su reciente nuevo estilo y dijo que solo era algo momentáneo por haber pasado tanto tiempo con algunas tribus. Hablaron de su tiempo como estudiantes y habían quedado para encontrarse con Gabriel a tomar absenta en un restaurante nuevo, que decía era muy popular hoy en día.
El día de la cita había llegado sola, vestida en un atuendo que calificaba como 'completamente indecente' y que solo se hubiera atrevido a usar con el hombre que amaba, pero necesitaba hacer ver a Corbus que no importaba la ausencia de Gabriel, al llegar habían pedido una mesa apartada y ella no se había negado al licor de absenta. Sin embargo, le pidió traer también una botella de Whisky y el hombre en ningún momento se negó.
Había aprendido de su tiempo en áfrica que la absenta ligada con el Whisky daba una sensación de aturdimiento y des asociación de la realidad. Justamente necesitaba que Corbus no se encontrara en sus sentidos para sacarle la información que precisaba. Un par de tragos después, y un poco de simple coquetería lo tenían comiendo de su mano, su vestido le ayudaba a acentuar su busto, por lo cual se acercaba dándole una pequeña vista que lo hacía casi que babearse encima.
La mayoría de los hombres eran tan básicos, que le daba asco.
Y la mayoría no sabía dejar de beber.
Era repugnante. Sebastián la hubiera elogiado desde el mismo momento en que la hubiera visto y se habría quitado su chaqueta para cubrirla "No me gusta compartir con otros lo que es mío, Camelia." Le habría susurrado aquello mientras tocaba sus caderas con la privacidad que le daba el estar cubierta con su abrigo. Era lo que amaba de Sebastián, era dulce, caballeroso y apasionado.
Corbus, solo había caído con un par de gestos, un par de sonrisas, un vestido bonito y con verla jugar con su pelo con coquetería. Solo con eso casi le contaba sus más profundos secretos.
Le había sacado las claves para entrar en el consejo, las nuevas entradas secretas que habían realizado, las rutas de escape, cuantos guardias realizaban guardia en cada una de las secciones, sus horarios, las guardias de noche. Cuando tuvo toda la información que tenía, le ofreció otros dos tragos de absenta ligados con Whisky, que no se atrevió a rechazar y aunque no pensaba que hiciera falta, altero sus recuerdos para que pensara que había cancelado su reunión por quedar con alguna chica de un bar.
Realmente había gente que no sabía beber...
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Updated 140 Episodes
Comments
addys
Algunos hombres son idiotas🤣🤣
2022-08-24
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