Capítulo XVIII.

_ Qué le pasa , quien se cree que es pregunto Chloe indignada.

_ No le des importancia Joanne es así, es su sentido del humor dijo David sin darle importancia ¿quieres ir a bailar?, pregunto él.

_ A mí no me pareció graciosa, si vamos a bailar respondió ella.

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Susan sé probo varios conjuntos, por alguna razón estaba insegura o eran demasiado informal o era demasiado formal finalmente se decidió por un mono largo negro, pero el corset era blanco con flores bordadas y un escote en forma de corazón acompañado por unos zapatos negros y un chal de seda.

Salió de la habitación y se dirigió al ascensor al ingresar en él se encontró con un hombre quien estaba atrás de todo ella se colocó adelante de él cerca de la puerta.

_ Buenas noches, dijo ella al ingresar

_ Buenas noches respondió el hombre de manera osca

El ascensor volvió a frenarse un piso abajo.

— Buenas noches, dijo Alexander Cavelli al ingresar al ascensor.

Tanto la mujer como el hombre respondieron.

Susan tomó su teléfono para leer un mensaje que había llegado de Joanne.

* Voy a torturar a David un rato *

# Suerte con eso respondió Susan.

Ella no pudo evitar sonreír ante esa idea.

Alexander Cavelli observaba a la mujer sonreír mientras leía su teléfono, esas eran las peores cuando una mujer sonreía un hombre sufría o así era en sus series y entonces reparo en hombre que estaba detrás de ella la miraba descaradamente, sino que además él juraría que se había llevado la mano a su entrepierna y lo vio frotarse, él lo miro desaprobando lo que hacía casparreo la garganta y volvió a mirarlo el hombre se había percatado de la situación y se acercó a la puerta apretó un número y se bajó en ese piso. Había cada degenerado suelto entonces se fijó en la mujer definitivamente había pasado los 35 años aunque tenía muy lindo cuerpo cabello corto rubio, al mirar su rostro se dio cuenta de que era hermosa, tal vez no era Jennifer o una de sus actrices, pero era hermosa, pero volvió a su rostro ¿de dónde la conocía?, ¿por qué se le hacía tan familiar?, no podía quitarle los ojos de encima.

Susan se sentía incómoda el hombre del ascensor no dejaba de mirarla ¿sería que tenía algo malo?, cada segundo que pasaba la ponía más nerviosa por el rabillo del ojo vio como bajaba la mirada recorriendo su cuerpo y otra vez volvía a mirarla a la cara, Susan no soporto más y enfrento al atrevido.

_ ¡Qué le pasa no sabe respetar a una mujer!, le reprocho ella.

Alexander Cavelli no supo que decir, la puerta del ascensor se abrió y ella salió disparada intento alcanzarla para responderle, pero vio que un hombre alto la tomaba entre sus brazos, la besaba en ambas mejillas y lo miraba mal a él.

Alexander decidió seguir su camino, era una loca.

—Te ves realmente hermosa Susan, aunque algo pálida ocurre algo pregunto.

—Me asusté con ese descarado que viene ahí, me incomodo la forma en que me miraba ,Gerard miró al descarado.

_ Es que seguramente no esta acostumbrado a ver tanta belleza junta dijo Gerard la rodeo con sus brazos y camino con ella fuera del hotel.

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Ava caminaba por las calles de Los Ángeles, con su pequeño bolso no podía parar de llorar, no tenía casa ni donde ir. Entonces solo pensó en una persona tomó su teléfono y llamo a la única persona que jamás le fallaría.

Susan se encontraba sentada en la barra del restaurante junto a Gerard esperando a que los llevaran a su mesa.

El teléfono de Susan comenzó a sonar sin parar en cuanto vio que se trataba de Ava , Susan no dudo en atender. Al escuchar a su hija llorar, la desesperación de Susan fue en aumento

_ Ava cariño cálmate, por favor dime donde estás, iré por ti hija.

_ Estaba con otra mujer en mi cama mamá, en mi maldita cama.

_ Escúchame bien, ve a casa o dime donde estás y yo iré contigo.

_ voy a casa mamá dijo Ava sollozando

_ muy bien cariño te voy a estar esperando ven a casa, ven con mamá dijo Susan.

Al cortar la llamada Susan noto que Gerard no estaba en la barra. Pidió un papel y un bolígrafo.

^^^Lo siento Gerard tengo que volver a casa de urgencia. Gracias por todo Susan.^^^

Susan le entrego la nota al maître pidiéndole que se la entregará al señor Dubois.

Salió del restaurante y se tomó el primer taxi que apareció en cuanto llego al hotel le pidió al chófer que no se fuera necesitaba ir al aeropuerto le daría una buena propina.