Capítulo XVI.

El avión acababa de aterrizar, ambas caminaban hacia la salida abordaron un taxi y se dirigieron al hotel.

— ¿Qué te parece si hago una reservación para cenar? , igual seremos solo nosotras, hable con Gerard y esta trabajando en algo urgente comentó Joanne.

— Me parece bien ¿en el hotel o saldremos?, pregunto.

— En el hotel hoy, mañana podemos ir de compras y almorzar afuera. Compraremos algo sexy para mí y elegante para ti. Causaremos sensación en la inauguración de la muestra respondió Joanne.

Luego de registrarse en el hotel, Susan se dio una ducha y se preparó para ir a cenar con Joanne.

Cuando bajo al restaurante encontró a Joanne sentada en la barra. Se acercó y sentó junto a ella.

_ ¿Qué has ordenado?, pregunto Susan

—Nada te estaba esperando, tomaré un Martini y tú que quieres pregunto Joanne.

— Una copa de vino rosado respondió.

Cuando finalmente pasaron a su mesa, la conversación se había profundizado.

—No es el hecho de que me dejara, sino el modo. Además, la realidad es que no sé que hacer con mi vida , tú sabes nunca trabaje siempre me ocupe de mi familia ya cuando mis niñas se fueron tenía tiempo de sobra imagínate ahora, que no tengo que ocuparme de David.

— Te entiendo y lo sabes lo pasé no tanto como tú por qué nunca tuve hijos, pero puedes buscar algo que hacer alguna caridad, algún taller, ya encontrarás de qué ocuparte sé paciente. Puedes volver a casarte le sugirió Joanne.

— Por Dios Joanne que dices, no puedo imaginarme al lado de otra persona, compartí la cama con el mismo hombre durante 25 años, eso sin contar que ha sido el único hombre con él que he estado no puedo ni contemplar la idea de quitarme la ropa delante de un hombre que no sea David, si al menos fuera joven respondió Susan.

— La edad solo es un número, mírame a mí siempre buscando al futuro señor Foster, eres una mujer hermosa y si no me crees voltea hacia tu derecha, Susan lo hizo un hombre de unos 50 años le sonrió . No te ha quitado la mirada de encima.

_ ¿Quieres que me abalance sobre él?, pregunto Susan burlándose

_ Por supuesto que no, no es para ti además no creo que a su esposa le agrade, Susan volvió a girar y efectivamente había una mujer sentada con él. Bienvenida al mundo de las citas, te encontrarás con varios cretinos como ese o tu David infieles, y mujeriegos.

_ Estoy jodida. Al final David tiene más suerte que yo, dijo Susan.

—Por supuesto que no tarde o temprano pagará por su idiotez . Lo de David y esa mujer no va a durar tal vez si David fuera diferente, pero es bastante anticuado y cascarrabias. Tarde o temprano alguno de los dos se cansará. El problema es que él muy imbécil se involucró sentimentalmente o eso cree, eso no debía pasar de un simple acostón. ¿Piensas que era la primera vez que te engaño?, pregunto Joanne.

— No lo sé, nunca supe de nada y tampoco tuve sospechas. Pero como verás era bastante tonta respondió Susan.

—Nunca había escuchado de nada, sabes que a veces se comentan te diré que si David lo hizo antes fue muy disimulado. ¿ Dime que te pareció Gerard?, pregunto Joanne.

— Con la segunda impresión mejoro mucho, parece alguien interesante escucharlo. Pero no pienso posar desnuda ja, ja, ja. La verdad que le estoy muy agradecida ese día en el restaurante se portó tan bien respondió Susan ambas se reían.

— Solo fue un topless y eso no es para todas. Si es encantador, pero también es un conquistador.

—No me he fijado en él de ese modo, tal vez parezca tonto, pero David no solamente tiene que salir de mi vida, el problema es sacarlo de aquí adentro dijo ella tocando su pecho.

_ ¿Aún lo amas? , pregunto Joanne.

_ ¡No!, respondió ella sorprendida de escuchar su propia voz, ¿en qué momento lo había dejado de amar?

Esa noche cuando volvió a su habitación Susan se tiró en su cama para sorpresa de ella estaba feliz de estar en ese viaje.

Al día siguiente ambas salieron de compras, Joanne insistía en que debía estrenar algún vestido esa noche.

Ingresaron a diferentes boutiques de grandes diseñadores.

Luego fueron a almorzar, para terminar la tarde en un salón de belleza.

Susan se miró por última vez en el espejo el vestido que había elegido era de Versace y le quedaba muy bien y finalmente fue en busca de Joanne.

Al llegar a la inauguración Susan quedó maravillada con el trabajo de Gerard, deambulaba entre las obras tan distraída. Que ni cuenta se dio de que había perdido a Joanne.

Se encontraba volando en la imagen que tenía delante de ella.

_ ¿Cuál es el veredicto?, pregunto una calidad voz detrás de ella.

Susan se giró, al verlo sonrió.

— Fascinante, eres muy talentoso.

— Y tú muy hermosa, te ves maravillosa tan diferente respondió él.

_ Gracias, ¿se nota el cambio? ,pregunto ella tocando su cabello.

—Como de la noche al día respondió él mientras le sonreía. Gerard le ofreció su brazo, ella lo tomó y siguieron caminando.

_ Estaba tan concentrada que perdí a Joanne comentó Susan.

_ Es que Joanne es como un cachorro te distraes un segundo y se va da detrás de otro comentó él.

_ ¡No seas malo!, dijo Susan y en ese momento vio a Joanne del brazo de un hombre, ambos comenzaron a reír.

—Ven Susan te lo presentaré él es Jean Pierre mi agente amigo socio. Ella es Susan MacMillan amiga de Joanne. Susan saludó al hombre.

— Susan me detuve a hablar dos palabras con Jean Pierre y cuando me di vuelta ya no estabas le recriminó Joanne.

— Perdón estaba tan distraída que ni cuenta me di de que te habías detenido le respondió Susan, siguieron caminando los cuatro juntos luego Gerard fue a saludar a otros invitados, Susan aprovecho para comprar un cuadro que le había gustado, quedaría bien en su nueva sala.

Finalmente, cuando la inauguración terminó ellas regresaron al hotel.

A la mañana siguiente cuando despertó Susan se sentía tan llena de vida e ilusiones. ¡Había vida después de David!.

Cuando se reunió con Joanne para desayunar noto que ella se veía algo cansada y que de hecho llevaba los mismos aretes de la noche anterior y después de tantos años de amistad eso significaba que Joanne aún no se había acostado.

—Así que estuvo dura la escaramuza comentó Susan.

_ ¿vas a juzgarme?, pregunto Joanne.

_ ¿Cuándo he hecho algo así?, pregunto Susan.

_ Nunca, por eso te adoro y confesaré que repetiría esa escaramuza con Jean Pierre sin dudarlo durante varias semanas.

—Joanne Foster , me dejas sorprendida. Porque no te recuestas y te veré para el almuerzo.

— ¿No te molesta?, la verdad que estoy agotada, acuérdate que saldremos a cenar con Gerard.

—No me molesta ve a descansar o esta noche tendré que arrastrarte le dijo Susan.

Luego del desayuno ella vagó por las calles de New York, realizó algunas compras pronto sería el cumpleaños de Ava.

Esa noche salieron a cenar los cuatro, Susan se reía al escuchar las desventuras de Gerard en sus primeros años como artista, era sorprendente como contaba esas aventuras con tanto humor y optimismo. Como era de esperarse Joanne y Jean Pierre se retiraron antes.

Gerard decidió acompañar a Susan al hotel.

—¿Supongo que te irás mañana?, me encantaría verte antes de que te vayas.

— En realidad pensaba en quedarme hasta el domingo. No quiero asistir a la boda de la hija de unos amigos, David seguro asistirá y no tengo ánimos de sentir sus miradas sobre mí.

—Me parece muy bien, eso hay que festejarlo te invito a almorzar mañana si quieres le dijo él

— ¡Si quiero!, respondió ella. Él la beso en la mejilla.

— ¡ Te veré mañana Susan!

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