Capítulo XI

Esa mañana Susan se miraba en el espejo, se maquillo y peino después de haber elegido un outfit formal para la ocasión, zapatos stilettos blancos cerrados con tacón de siete centímetros de alto, un pantalón y blazer a juego color rosa viejo, una blusa blanca y cartera a juego con sus zapatos.

Jamás daría la imagen de mujer derrotada y menos por un hombre tomó la dichosa carpeta y se dirigió a su cita con Robert Adler.

Robert Adler se encontraba acomodando los papeles para su próxima cita.

Le daba curiosidad la futura ex señora Cooper por las referencias que había tenido de Steve era una mujer encantadora.

Luego de estacionar el auto, Susan miraba el inmenso edificio desde la acera. Entro al edificio, sus manos temblorosas apretaron el botón marcando al piso al cual debía dirigirse, solo rezaba para no encontrarse con David.

En cuanto las puertas del ascensor se abrieron Susan ingresó a la recepción del estudio Jurídico. La alfombra de color ocre y los sillones de cuero blanco de respaldo alto y un pequeño mostrador con forma curva.

Susan se acercó al mostrador.

_ Buenos días, señora dijo la recepcionista.

_ Buenos días, soy Susan Cooper y tengo una reunión el licenciado Adler dijo ella.

La recepcionista tecleó en su computadora.

_ Por favor tome asiento enseguida la llaman, Susan estaba a punto de sentarse

_ Señora Cooper llamo una mujer joven al costado de ella, por favor sigame soy la secretaria del señor Adler.

Susan la saludo y siguió a la mujer, Robert se encontraba guardando un libro en su biblioteca cuando su secretaria abrió la puerta.

—Buenos días, dijo Susan al ingresar a su oficina.

Él se quedó impactado por alguna razón esperaba a una mujer diferente.

_ Buenos días, Señora Cooper tomé asiento por favor.

Susan se sentó en la cómoda silla y dejó la carpeta sobre la mesa de cristal.

_ Señora Cooper quiero que quede claro que esto es una reunión informal solo hablaremos de lo que mi cliente ofrece, si usted está de acuerdo presentaré la solicitud.

_ Está bien, usted dirá cuáles son las condiciones de su cliente respondió Susan.

_ En primera medida mi cliente preferiría un divorcio de mutuo acuerdo, diremos que son diferencias irreconciliables nadie tiene la culpa. El señor Cooper le regresará la herencia de sus padres la cual ha estado bajo su administración durante todo estos años con una auditoria para que vea que no ha hecho mal uso de ese dinero. Además, se quedará con la casa y mobiliario por completo, autos tengo entendido que son dos. Adicionalmente, le ofrece las siguientes sumas que puede ver en este párrafo le dijo Robert abriendo la carpeta una es una suma mensual considerando que usted nunca ha trabajado y lo otro es un porcentaje de sus bienes. En ambos casos él no ofrecerá más que eso.

Susan miró el papel, sabía que David no le facilitaría las cosas, pero darse cuenta de lo mezquino que era.

_ ¿Usted me está diciendo que para mi marido después de 25 años esto es lo que yo merezco?.

_ Lo sé señora Cooper y créame que he hablado con él. Por eso le sugerí que buscará alguien que la asesorará.

_ No necesito asesoramiento, no soy tonta y sé lo que me corresponde. ¿Qué pasará con nuestras hijas?, aunque Ava trabaja siempre le giramos dinero y Amelie esta en la universidad.

_ Legalmente, ambas son mayores de edad y él no está obligado a mantenerlas. No ofreció nada para ellas.

_ ¡Legalmente!, y que me dice de moralmente. Dígale a su cliente que, sabe que mejor le daré el mensaje directamente respondió Susan.

Salió de esa oficina hecha una tromba furiosa se dirigió dos pisos de abajo al llegar a la recepción.

_ Buenos días, quiero ver a mi esposo dijo ella.

_ El señor está ocupado dijo la recepcionista algo incómoda.

_ No te preocupes yo me ocupo de que se desocupe dijo Susan y se dirigió a la oficina.

La secretaria intento frenarla pero fue imposible.

En la oficina David se encontraba con Chloe, ella estaba sentada sobre el escritorio con una minifalda que no dejaba mucho a la imaginación y con una mano le acariciaba el pelo a David. La escena le resultó grotesca y repugnante.

_ Sal de aquí tengo que hablar con mi esposo le dijo Susan.

_ Él ya no es tu esposo y a mí no me das órdenes si quieres hablar con él hazlo, pero aquí me quedo le grito Chloe

_ Pero no seas ridícula, aunque no te guste solo eres la amante niña, legalmente sigo siendo su esposa así que te largas inmediatamente de esta oficina le advirtió Susan.

David miró a su esposa nunca la había visto tan enfurecida.

—Chloe déjanos solos por favor solo será un minuto dijo él. Ella salió de la oficina estaba enojada David no la había apoyado. Estamos en mi trabajo Susan, te pediré que en el futuro hables con mi abogado le advirtió David.

—El problema es que a tu abogado no le puedo gritar que es un cretino, porque únicamente hace su trabajo. Veinticinco años de mi vida a tu servicio pasé y no solamente eres mezquino conmigo, también lo eres con nuestras hijas. Seré clara contigo y lo diré una sola vez, no firmaré el divorcio.

_ No te daré más dinero, yo soy el que salía a trabajar.

—Te cocine, limpie tus cosas, te atendí cuando estuviste enfermo, cuide de ti veinticinco años, me ocupe de tus padres y lo sigo haciendo, porque no te ocupaste de que su enfermera reciba su pago en tiempo y forma. Él la miro se había olvidado de la maldita enfermera. Además, no estoy aquí por mí por qué que seas mezquino conmigo ya es moneda corriente. Estoy aquí por nuestras hijas no las contemplaste en tu acuerdo dijo ella.

— Ya son mayores de edad y si pueden faltarme el respeto, también pueden pagar sus cosas. Amélie puede trabajar ya esta en edad yo a su edad trabajaba y estudiaba.

_ Tus padres no tenían los medios para pagar tus estudios, tú si lo tienes. Ava era mayor de edad; sin embargo, pagaste sus estudios y hasta el mes pasado le giramos dinero para sus gastos se suponía que le compraríamos un pequeño departamento para que no siguiera pagando la renta. Y ahora no quieres ni pagar los estudios de Amélie por qué no eres sincero. Solo quieres castigarlas porque se pusieron de mi lado. Iré al punto de todo esto únicamente te daré el divorcio si incluyes a nuestras hijas, caso contrario te demandaré por infidelidad y me llevaré la mitad de todo. Piénsalo al menos así aún tienes una posibilidad de arreglarte con tus hijas a no ser que sea eso lo que buscas perder a tus hijas.

_ Por supuesto que no, son mis hijas yo las quiero. Susan no quise lastimarte, únicamente no quise seguir con este matrimonio y no sabía como decirlo le respondió él.

— Es irónico imagínate si en vez de tener a Susan de esposa hubieras tenido a un David, que llegaba tarde siempre, primero el trabajo porque era el bienestar de la familia, siempre con el teléfono en la mano llamando aquí y allá, pero cuando yo te llamaba o te estaba esperando y se te había hecho tarde no podías avisar, imagina si enfermo te hubieras tenido que levantar a planchar una camisa. Tal vez me olvidé de ponerme unas minifaldas para venir a seducirte al trabajo, pero en todo lo demás nunca te falle.

_ ¡Nunca te quejaste!, le reprocho él.

_ No, tienes razón, pero porque trataba de enfocarme en lo bueno que si tenías, ver al hombre maravilloso y trabajador que le demostró a mi padre que valía mucho, ver como has conseguido cada meta profesional o cuando les enseñabas a nuestras hijas a andar en bici o las llevabas a pedir dulces. Pero ten por seguro que con este David no hubiera compartido ni un año de mi vida le dijo ella agarró su cartera y se dirigía hacia la puerta cuando él le habló.

— Está bien Susan, ve con el abogado seguiré cubriendo los gastos de nuestras hijas le dijo él. Susan lo miró

—Adiós David le dijo ella y cerró la puerta

Al salir de la oficina Susan volvió a cruzarse con Chloe.

Chloe volvió a entrar a la oficina estaba molesta.

David tomó su teléfono y llamo a su abogado.

—Dale lo que pida, incluiré un departamento para cada una de mis hijas. El de Amélie lo entregaré cuando acabe su carrera la cual seguiré pagando al igual que sus gastos. Se supone que Susan ya había escogido el departamento para Ava dijo él. Chloe no podía creer lo que escuchaba. Cuando él cortó la llamada, ella le reclamo.

_ Encima que entra aquí dando órdenes tratándome como a una cualquiera y considerando como me trataron tus hijas les das dinero.

_ Hubiera sido peor ir a juicio, ella lo hubiera obtenido de todas maneras además sería un escándalo. En cambio, ahora en unos meses nos casaremos, pero a partir de hoy esta etapa queda terminada.

Susan volvió a la oficina de Robert, él la recibió enseguida.

— Debo reconocer que es muy buena negociando le dijo él, ella le sonrió.

— Aunque no lo parezca David siempre fue un hombre justo. Creo que la situación lo desbordó un poco.

Él le sonrío sin duda alguna era una mujer excepcional intentaba suavizar las falencias su exmarido.

_ El señor Cooper me ordenó que incluyera dos departamentos el de su hija mayor dijo que usted tiene la información, pero el de Amélie se entregará cuando termine su carrera, la cual él seguirá pagando le informo Robert.

—Me parece perfecto, luego le enviaré la información respondió ella.

Luego de ponerse de acuerdo Susan se despidió.

_ Espero su llamada señor Adler le dijo ella

_ En cuanto redacte el nuevo acuerdo se lo haré llegar señora Cooper le dijo él mientras estrechaba su mano.

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