Cap V

Alexander Cavelli revisaba la propuesta de Ava Cooper, a su entender era una chica lista, de cuerpo atlético y rasgos atractivos, pero por alguna razón no se la había llevado a la cama como si había hecho con otras empleadas.

Alexander Cavelli era divorciado tenía tres hijos, que vivían con su exmujer en New York de 47 años.

Llevaba divorciado más de quince años, no por decisión propia, su mujer lo había abandonado cuando en una crisis financiera creyó que él quedaría en la calle.

Un año después de divorciarse de su esposa, ella volvió a casarse con alguien más solvente y estable que él.

Veía a sus hijos muy pocas veces al año lo cual lo tenía mal, sus hijos habían crecido lejos de él, Brandon de 14, Adam de 18 y Emily de 21.

Jamás se volvió a casar, su vida era su trabajo su empresa la que tanto le había costado instalar y hacer crecer. Obviamente, había salido con muchas mujeres, jóvenes, obsesionadas con sus empleos y carreras.

Su secretaria lo saco de sus pensamientos.

_ Señor Cavelli, estos son los libretos de la próxima semana. Necesitan de su aprobación.

Alexander Cavelli era dueño de una importante empresa de entretenimiento, su más preciada joya era la serie que él mismo había creado y la cual lo había colocado en la cima.

Alexander se encontraba sumergido en los libretos haciendo pequeñas anotaciones de lo que no le gustaba cuando una morena sensual de unos 25 años golpeó su puerta.

_ Pero mira quien se a acordado de mi, dijo él sonriéndole.

_ Es que yo si me acuerdo de ti, porque no vienes conmigo a Las Vegas iremos varios de la producción a pasar el fin de semana le comento Jennifer que era la actriz principal de una de sus series.

_ Tengo que revisar los libretos filmaremos el final de temporada y quiero dejar todo listo respondió Alexander.

_ Pero yo quiero ir contigo dijo ella toda enfurruñada, mientras se cruzaba de brazos.

Alexander sonrió con ternura, vamos preciosa no seas así prometo que si termino a tiempo te alcanzaré dijo él.

Ella comenzó aplaudir como si fuera una niña pequeña, rodeo el escritorio y se tiró sobre él, abrazándolo.

Mientras veía a Jennifer salir de la oficina no pudo evitar pensar en lo dulce y joven que era.

Alexander Cavelli decidió bajar a ver como marchaba la filmación adoraba ver la filmación, nada había cambiado no importaba que hoy fuera dueño de una gran productora y realizará más series y que tuviera cientos de empleados a su cargo los cuales estaban ahí para realizar ese trabajo, él siempre estaría pendiente del más mínimo detalle porque aparte de su trabajo él no tenía nada y nunca lo tendría. Jamás se volvería a casar y mucho menos a enamorar. Jamás le volvería entregar el corazón a una mujer.

...****************...

Mientras tanto luego de hacer un gran esfuerzo emocional Susan aparecía bien arreglada en la sala de su casa.

Ver las cajas amontonadas con las pertenencias de David fue un gran golpe.

¿De verdad la había dejado de querer?, se dirigió a la cocina.

_ ¿Qué estás preparando Doris?, pregunto ella.

_ Una ensalada como Amélie pidió.

_ ¿Cuándo vendrá David por las cajas?, pregunto ella.

_ Él señor dijo que enviaría a alguien, pero todavía hay que sacar las cosas de la habitación dijo Doris muy seria y afligida.

_ Luego me ocuparé de eso, respondió Susan.

_ Mamá ¿Por qué está pasando esto?, ¿desde cuándo tienen problemas?, pregunto Amélie.

_ No lo sé cariño, sabes como es tu padre no explica mucho. Es solo una crisis cariño, todos los matrimonios tienen problemas ya lo solucionaremos.

_ ¡Mamá!, se está llevando todo no creo que esté pensado en solucionarlo respondió Amélie.

_ ¿Hasta cuando te quedaras aquí?, no me molesta que estés aquí, pero no quiero que descuides la universidad.

_ Uno o dos días mamá, tranquila no descuidare la universidad dijo Amélie.

Mientras Amélie ponía la mesa recibió un mensaje de su hermana.

* Estoy en el aeropuerto. En cuatro horas estaré en Seattle.*

...****************...

Luego de almorzar Susan regreso a su habitación mientras tanto Amélie se daba a la tarea de averiguar en qué hotel estaba su padre.

Para sorpresa de ella su padre no estaba alojado en ningún hotel.

Llamo a la oficina, la secretaria conocía muy bien a las hijas de David Cooper.

_ Señorita Amélie, su padre no está trabajando volverá en dos días.

_ Pues me urge localizarlo, he tenido un problema gravísimo en la universidad y necesito que me ayude, llamo al celular y la llamada no entra dijo Amélie.

_ Tal vez sea porque todavía no llego estaba en Miami, tengo el teléfono de su nuevo departamento te lo daré seguramente lo puedas ubicar ahí le respondió Grace la secretaria.

_ Si por favor Grace, si no logro localizarlo me expulsaran respondió Amélie. ¿En qué calle queda la nueva casa de mi padre?.

_ No la tengo, pero creo que está en la nota que me dejo para que le contrate una compañía que se encargue de la mudanza.

_ ¡Dime que ya la has contratado!, porque está todo en el jardín me dijo mi madre y si llega a llover se mojara todo le dijo Amélie.

_ ¡Si irán mañana!, le informo Grace. Quien le dio la dirección y el número de teléfono.

Amélie se quedó mirando la dirección era la zona más exclusiva de Seattle.

Horas después cuando llego Ava quedo impactada al ver las cajas en la sala.

_ ¡De verdad se divorciarán!, murmuró Ava.

_ No tonta solo hice esto para ver la cara de tonta que pones respondió Amélie impaciente.

_ ¿Cómo está mamá?, pregunto

_ En etapa de negación cree que volverá, pero según me dijo su secretaria papá tiene un nuevo departamento. Así que ayúdame a cargar al coche unas cajas las usaremos de excusa para ingresar al edificio.

_ Está bien primero iré a saludar a mamá, dijo Ava.

_ Voy contigo le respondió Amélie siguiendo a su hermana.

La puerta de la habitación estaba entre abierta, Susan se encontraba perdida en sus pensamientos, mientras juntaba y acomodaba cada prenda, cada objeto de David, era como un puñal clavado en sus entrañas que a cada paso que ella daba se retorcía en su interior destrozando su alma.

Se derrumbó en los pies de su cama llorando desconsoladamente mientras veía esa valija donde se iban 25 años de su vida.

Ava quedo impactada al ver a su madre llorando desconsoladamente, Amélie agarro a su hermana del brazo tirando de ella sacándola de ahí.

_ ¡Vamos a buscar a papá! le dijo Amélie.

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