Capítulo #13

Andrew devoraba los labios de Olivia, con vehemencia. Olivia cerró los ojos, sabía que no estaba actuando de la mejor manera al dejarse llevar por la lujuria. Pero últimamente Andrew, estaba bloqueando su buen juicio.

—Olivia — Debemos parar esto, Andrew...

Dijo Olivia intentando aclarar su mente. Andrew no quería soltarla y se aferró más a su cuerpo.

— Andrew — No puedo parar esto y tú tampoco, me deseas tanto como yo a ti, Olivia.

Andrew no dejaba de besarla y de morder sus labios. Olivia se dejó envolver por el deseo que Andrew, causaba a su cuerpo.

El no resistió más y la levantó para quitarle el vestido, desabrochó el sostén de Olivia y llevó la punta de su seno a su boca.

—Olivia — Ahhh!!

Todo estaba pasando tan rápido. Olivia sentía como su piel se quemaba con las caricias de Andrew, y comenzó a desabotonar con rapidez y dificultad, la camisa de él.

A la puerta de la oficina, llegó Brooks. Con la idea de ensuciar de nuevo el nombre de Andrew Belf. El tocó tres veces y escucho un ruido viniendo de adentro, pero nadie abrió la puerta.

—Gerente — Señora O'Grady...

Sin obtener respuesta, Brooks volvió a tocar tres veces.

—Gerente— Señora O'Grady...

Andrew tenía sujetada a Olivia de la cintura, con miedo de que se soltara de él.

—Olivia —Es Brooks...

Hablo Olivia en susurro para evitar que la escucharan.

—Andrew — Si no hacemos ruido, pensara que no hay nadie y se irá...

El gerente Brooks pego su oído a la puerta, para escuchar más claro los sonidos de que venían de adentro.

—Empleada — Señor Brooks, tiene una llamada en recepción.

—Gerente — ¿Ahora?

—Empleado — Sí.

Brooks bufo con enojo y camino con el empleado a la recepción. Cuando escucharon los pasos y después nada, Olivia exhalo con alivio.

—Olivia — Andrew... Esto está mal. Yo no debo permitir que pase esto.

Olivia se separó de él y comenzó a recoger sus prendas del suelo. Andrew soltó un suspiro largo.

— Andrew — Tienes razón, está mal...

Andrew la tomo del brazo y la jalo con cuidado hacia él.

—Andrew — Pero no puedo evitarlo, tienes el poder de volverme loco cada vez que te tengo cerca.

A Olivia le estaba pasando lo mismo, Andrew alteraba sus emociones, pero tenía que ser realista. Ella no era una mujer libre.

—Olivia —Lo siento, pero esto no puede volver a repetirse... por favor.

Dijo Olivia. Andrew no quería alejarse de Olivia, entre más la tenía cerca, más quería de ella.

La tomó del rostro y la beso con ansias, pero esta vez Olivia corto el beso.

—Olivia — Andrew, por favor vete...

El se acomodó su ropa y la miro antes de salir de la oficina, quería decir algo. Pero Olivia fue más rápida en hablar.

—Olivia — Puede retirarse a su casa y tomar el resto del día señor, Belf.

Andrew asintió con la cabeza y ella se dio media vuelta para darle la espalda.

—Andrew — Gracias... Señora O'Grady.

Abrió la puerta y salió. Olivia comenzó a respirar de forma tranquila, tenía que pensar una manera de mantener a Andrew Belf alejado de ella, si es que existía una.

Andrew iba de camino a su oficina con el semblante decaído, cuando escucho su nombre.

—Bree— Andrew...

Andrew sonrío al ver quien le llamaba y camino hasta Bree.

—Andrew — ¿Que haces aquí?

—Bree — Bueno, vine para invitarte a comer. ¿Tendrá tiempo para mí o está muy ocupado? Señor director general.

Andrew soltó una carcajada por el comentario de Bree y le ofreció la mano.

—Andrew — Claro que tengo tiempo para usted, señorita Evans.

Scott se sentó frente a Clive, en una mesa de algún bar. El camarero dejó dos vasos de whisky en su mesa y encendió sus puros.

—Clive — Espero que te sientas a gusto, ser secretario te abrirá grandes puertas en la política.

—Scott — Lo sé, aprovecharé esta puerta que me has abierto para llegar lejos.

Clive sonrío al escuchar que tenía ambición.

—Clive — Ya solo falta que Olivia te pueda dar un hijo.

— Scott — Sabes que es lo más quiero, pero si esto no funciona, he pensado en la posibilidad de adoptar.

—Clive — ¿De verdad?

—Scott — Amo mucho a tu hija Clive, y tener una familia con ella, es mi propósito más grande.

— Clive — Hasta criar a un hijo, que no lleve tu sangre.

Scott sonrío con maldad.

—Scott — Tal vez, hasta lo llegue a amar como uno propio. Por ella lo haré todo.

— Clive — Es admirable el amor que tienes por mi hija, pero no olvides que a las mujeres, ni todo el amor, ni todo el poder. Después se descarrilan.

—Scott — Entiendo a que te refieres Clive, pero no te preocupes, no será mi casó. Por eso Olivia se encarga de nuestro hotel mientras yo viajo, así la mantengo ocupada y vigilada.

— Clive — Haces bien, así no sacará las malas costumbres de su madre.

Olivia seguía intentando concentrarse, leía una y otra vez los papeles en sus manos. Pero le era inútil, no podía dejar de pensar en Andrew Belf.

—Scott — Un día difícil, cariño.

—Olivia — ¿Que haces aquí, Scott?

—Scott — Quería invitar a mi esposa a comer.

—Olivia — Ah.

—Scott — ¿Te molesta?

—Olivia — No, es solo que pensé que te desocuparias hasta la noche.

—Scott — No. ¿Nos vamos?

—Olivia — Si, solo tomo mi bolso.

Estando en el restaurante, ambos pidieron un aperitivo.

—Camarero — ¿Sería todo?

—Olivia — Una copa de sauvignon blanc.

—Camarero — Enseguida.

—Scott — Me extraña que no pidieras una taza de café amargo, mientras esperas.

—Olivia — Tenía ganas de algo diferente.

—Scott — Bien. Sabes, ahora que tomé el cargo de secretario tendré menos tiempo para estar juntos.

—Olivia— No te preocupes, yo entiendo.

—Scott — Lo sé, tú siempre has sido una esposa comprensiva. Por eso te preparé una sorpresa.

—Olivia — Sabes que no me gustan las sorpresas, Scott.

—Scott — Pero esta será para los dos. Preparé un viaje para nosotros, serán diez días en los Alpes.

—Olivia — ¿Diez? No son muchos días.

Scott tomó su mano y la apretó un poco.

—Scott — Serán unas pequeñas vacaciones, cariño.

—Olivia — No sé...

—Scott — Cariño, te he descuidado mucho, déjame recompensarte ahora. Dame la oportunidad de crear un nuevo comienzo para nosotros, y para nuestro futuro, como familia.

—Olivia — Supongo que podemos intentar que esto funcione.

—Scott — Te prometo que esta vez será mejor, cariño.

Andrew Belf y Bree Evans comían en el mismo restaurante, a una mesa del matrimonio O'Grady. Pero Andrew no había notado la presencia de Olivia y su esposo, hasta que Bree lo mencionó.

—Bree — Que escena tan romántica.

—Andrew — ¿Que cosa?

Bree movió la cabeza señalando al matrimonio. Andrew fijo su vista hasta donde señalaba Bree.

—Bree — ¿No hacen linda pareja?

Andrew regreso su vista a su bebida y le dio un trago largo, quitándole importancia al comentario de Bree.

—Andrew — ¿Pedimos postre?

—Bree — Uy sí.

Andrew llamó al camarero para qué regresará a su mesa. Olivia levantó la vista cuando escucho la voz de Andrew. Scott poso sus ojos donde Olivia tenía la vista puesta.

— Scott — ¿Ese es el tipo que trabaja para nosotros, como director general?

—Olivia — Eso creó.

—Scott — Veo que le pagamos muy bien, para darse el lujo de venir a comer a un restaurante como este.

—Olivia — Lo que el señor Belf haga con su sueldo, no es nuestro asunto, Scott.

Contesto Olivia, antes de darle un trago a su copa de vino blanco. Parecía molesta, por el comentario mezquino de Scott, pero en realidad eran celos, el sentimiento extraño que tenía en ese momento.

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