Capítulo #12

Olivia se quedó en silencio mientras esperaba que se estabilizara su respiración. Andrew la soltó poco a poco para que Olivia pudiera bajarse la falda.

—Andrew —Olivia...

Escucharon que la puerta de la oficina se estaba abriendo, y ambos se separaron de inmediato.

—Scott — Ya tengo los documentos, ¿nos vam...

Scott miro con curiosidad al hombre que estaba parado a un lado del escritorio, con las manos en el bolsillo de su pantalón.

—Scott — No sabía que estabas con alguien en la oficina.

—Olivia — El...es nuestro director general, Andrew Belf.

Scott abrió los ojos de asombro.

—Scott — Claro, el protegido de Amanda.

—Andrew — Si me disculpan regresaré a mi oficina, aún tengo mucho trabajo por hacer. Con su permiso señora O'Grady. Señor, un placer conocerlo.

Andrew salió de la oficina y Scott cerró la puerta.

—Scott— Tu madre te convenció de darle también el puesto de director general.

—Olivia —No.

—Scott — Brooks tiene razón, es muy joven. Necesita experiencia para poder tomar decisiones correctas, para mis hoteles. No creo que el, sea el indicado para este puesto, Olivia.

—Olivia — Mientras del ancho del puesto, la edad no importa.

Dijo Olivia restándole importancia al comentario de Scott.

—Scott — No crees que es muy extraño que tu madre esté interesada en el.

—Olivia — ¿Que es lo que insinúas, Scott?

—Scott — Hay algo en ese tipo que no me gusta.

—Olivia — Mi madre dijo que es el hijo de un viejo amigo, que solo quiere ayudarlo. No precisamente tiene que haber algo turbio.

—Scott — Está bien, olvídalo.

Scott se acercó a Olivia con la intención de besarla, pero ella volteó el rostro.

—Scott — ¿Que pasa?...

—Olivia — No me siento muy bien ¿podemos irnos?

—Scott — Sí.

Olivia recogió su bolso y salieron de la oficina, para subir al elevador. Las puertas iban a cerrarse cuando una mano las detuvo.

—Andrew — Disculpen.

Andrew se quedó parado frente a Olivia y la miró por una fracción de segundo, pero para Olivia parecio eterno. Entro al elevador, parándose a un lado de Olivia, y las puertas se cerraron dejando un silencio ensordecedor.

Al llegar al último piso Scott tomó la mano de Olivia y caminaron hasta la salida. Andrew salió dando pasos lentos, mirando al matrimonio salir.

En todo el trayecto, Olivia iba callada.

—Scott — Cariño, ya llegamos.

—Olivia — Subiré a descansar.

Ella bajo del auto y camino hasta la habitación que ahora compartiría con Scott.

A Scott no le extraño que Olivia lo rechazara.

El había querido enamorarla cuando se casaron, había intentado de todo. Y por las noches cuando tenía la necesidad de sentirla, ella nunca puso objeción, pero era tener un cuerpo frígido en su cama. Era la esposa perfecta, pero tan escasa de sentimientos.

Olivia lleno la bañera y se desvistió, le gustaba bañarse con agua fría para relajarse. Tomó el jabón y empezó a pasarlo por su cuerpo, al llegar a su intimidad, le llegó a su mente el recuerdo fugaz de la caricia de Andrew.

Está era la primera vez que tocaba su cuerpo de manera distinta. Recreo la voz de Andrew en su cabeza, pidiéndole que llegara para el, y entonces volvió a ella, aquella sensación placentera.

Ya era de noche cuando Andrew llegó a su casa, se dispuso hacer la cena y salió hacia la playa. Se sentó en la arena viendo la luna reflejada sobre el mar, con la esperanza de ver a Olivia.

Pero esa noche Olivia estaba mirando la luna desde la cama que compartía con Scott.

Por la mañana Olivia bajaba las escaleras cuando Scott le llamó.

—Scott — ¿Saldrás?

—Olivia — Iré un rato a la oficina.

—Scott — Te acompaño.

—Olivia — No. Hoy tomarás tu cargo y es seguro que mi padre tendrá mucho trabajo para ti.

—Scott — Tienes razón.

Scott beso la mejilla de Olivia de forma tierna. Quería nuevamente hacer el intento de enamorarla.

—Scott — Te veo más tarde, cariño.

—Olivia — Claro.

Después de un rato Olivia llegó al hotel, presiono el botón del elevador cuando percibió muy cerca de ella, el aroma a lavanda y cedro.

—Andrew — Buenos días, señora O'Grady.

—Olivia —Buenos días.

Cuando las puertas se abrieron, dos empleados más subieron. En el segundo piso la puerta se abrió y los empleados bajaron, dejándolos solos.

—Andrew — Ayer me quedé toda la tarde en mi oficina, esperando al personal de capital humano con mi hoja de despido.

Por primera vez Olivia no supo que decir y Andrew sonrío ante su silencio. El se acercó más a ella por la espalda y observó con mucho interés, el vestido que llevaba puesto.

Cuando Olivia llegó a su piso, salió caminando muy tranquila hasta su oficina, para que Andrew no notará que sus nervios al tenerlo cerca, se empezaban a disparar. No había pasado un minuto, cuando Andrew ya estaba tocando su puerta.

—Olivia — Adelante.

Andrew entró a la oficina y puso el pasador, al cerrar la puerta, sin que Olivia se diera cuenta.

—Andrew — Señora O'Grady, necesito que me firme esto.

Olivia tomó las hojas y lo miro con los ojos entrecerrados.

—Olivia — No es necesario que usted venga hasta aquí, para que firme algo señor Belf. Ese es el trabajo de su secretaria.

—Andrew — Sí, disculpe.

—Olivia — Dejélos papeles aquí, cuando este listo llamaré a su secretaria para que los recoja.

Olivia giró su silla hasta su computadora, esperando que Andrew saliera, pero el se quedó parado frente su escritorio.

—Olivia —Necesita algo más, señor Belf.

Preguntó ella, sin siquiera mirarlo. Andrew se acercó a ella fingiendo que le mostraría algo y Olivia volvió a sentir que su tranquilidad se estaba yendo de sus manos.

—Andrew — Quisiera me ayudara a corregir esto de aquí y... Esto.

Dijo Andrew, apuntando al azar algo en la hoja. Olivia observó minuciosamente lo que el, le señalaba. Pero no entendía cuál era el problema.

Andrew la veía embrujado, el deseo por Olivia lo estaba volviendo loco.

—Olivia — No entiendo... ¿Que es lo que necesita corregir?

Olivia levantó el rostro y se quedó inmóvil al sentir los labios de Andrew entre los suyos. El la besó una y otra vez hasta el cansancio.

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