Capítulo #9

Andrew la miraba de vez en cuando con asombro cuando ella reía, esta noche era una Olivia diferente, ella estaba dejando su lado mezquino y el estaba disfrutando de su compañía.

— Olivia — ¿Le gusta nadar, señor Belf?

Preguntó Olivia, mientras dejaba caer en la arena su bolso, junto a sus zapatos.

—Andrew — Eh... si, algunas veces.

—Olivia —A mí me encanta.

Olivia se quedó mirando hacia las olas.

—Olivia —Cuando era una niña pequeña, mi madre siempre me llevaba a la playa de noche, nos gustaba sentarnos sobre la arena y esperar a que las olas del mar, nos mojaran. Mi madre decía, que el mar tenía el poder de llevarse entre las olas todos los males.

Olivia caminó a la orilla de la playa y se detuvo cuando las pequeñas olas mojaron sus pies. Andrew estaba atento a sus movimientos mientras la escuchaba.

—Olivia — Un día bajé corriendo las escaleras cuando escuché su voz en la puerta principal de nuestra casa, y observe que en el suelo había varias maletas. Ella... Solo se dio media vuelta y se fue. Quise correr detrás de ella, pero mi padre me lo impidió...

Olivia llevó sus manos hasta el moño que yacía debajo de su cabello y lo deshizo, para bajar poco a poco su ropa.

—Olivia — Tenía doce años cuando mi madre me abandono, con mi padre. Un hombre que no conoce el cariño paternal.

Olivia terminó de quitarse la ropa, quedando únicamente en sostén y bragas.

—Olivia —... En esos siete años que ella no estuvo, entendí que así era como reprimía la soledad y la amargura, de un matrimonio que nunca deseó.

Sin voltear a verlo, Olivia entró al mar hasta que el agua le llegó por arriba de sus pechos. Andrew se desvistió, y se apresuró a alcanzarla.

Estando cerca de Olivia, ella recargó las palmas de sus manos en su pecho, y de manera lenta las fue subiendo a hasta su rostro.

—Olivia — Estás temblando.

Dijo ella al notar que Andrew se estremecía.

—Andrew — El agua está muy fría.

Se quejó Andrew. No estaba seguro de confesarle a Olivia, que su temblor no era debido al agua fría, exactamente.

Ella pegó más su cuerpo a el, para abrazarlo y darle un poco calor, pero su intención no terminaba ahí. Con la punta de la nariz recorrió la cavidad de su cuello hasta su oído, inhalando el aroma de Andrew. Le gustaba su olor y la sensación que le daban sus brazos.

La hombría de Andrew reaccionaba con cada roce de Olivia.

—Olivia — ¿Esto es mejor, que espiarme.?... Señor Belf.

Susurro Olivia, en su oído.

Andrew se congeló con las palabras de Olivia, obviamente ella, lo había visto observándola la noche anterior, al principio sintió culpa por su falta de respeto hacia ella, más no sentío arrepentimiento.

Andrew beso su hombro y después lo mordió levemente.

— Andrew — Aún no, señora O'Grady.

Olivia sonrío por su comentario.

—Olivia — ¿Y que puedo hacer, para mejorar este momento?

Preguntó ella, rozando levemente los labios de Andrew. El alcohol en su sistema estaba provocando que perdiera el juicio y la incitaba a seducirlo más, hasta volverlo loco.

En la cabeza de Andrew, un sin fin de ideas pasaron, haciéndolo sentir un cosquilleo recorrer todo su cuerpo.

Olivia estaba cumpliendo con su objetivo de seducirlo, pero aún le faltaba probarlo.

—Andrew —... No comiences algo, que después no podrás detener...

Dijo Andrew al ver su intención de besarlo, pero Olivia sonrío con maldad.

—Olivia — Claramente no tengo la intención de detener esto, Andrew.

Olivia hizo fricción sobre el miembro de Andrew y el cerro los ojos al sentir placer. Ya no quería contener las ganas, quería poseerla, ya!!.

Andrew la tomo del rostro y la beso con tanta hambre, y toco cada rincón escondido, quería satisfacer sus ganas de ella.

Colgada de él, Olivia se movía queriendo sentir más.

Ambos habían perdido la cordura, estaban a nada de romper la delgada línea por la lujuria, cuando cerca de ellos, escucharon voces y risas. Andrew y Olivia se separaron al instante, reprimiendo sus deseos.

Ambos observaron que el grupo de adolescentes comenzaron a meterse al mar.

—Andrew —Creo que es hora de salir.

Olivia asintió con la cabeza y ambos nadaron a la orilla, Andrew recogió los objetos de Olivia y se los entrego.

Olivia se acercó a sus labios de nuevo y se despidió, dejando un beso largo.

El sonrío, cuando la vio alejarse. No era el sexo, algo nuevo para el, pero la sensación que le provocó, era algo que quería volver a probar.

El teléfono de Olivia sonaba una y otra vez, Olivia con mucho sueño aun, contestó la llamada sin ver el contacto.

—Olivia — Si?

— Scott— Olivia, vengo llegando de Toronto y Brooks me informo que viajaste a Miami, con el nuevo director general.

—Olivia —...

—Scott— ¿Olivia, me escuchas?

—Olivia —... Sí, ¿Que hora son?

— Scott— Pasan de las diez...

Olivia miró su reloj de mano, ya era muy tarde para ella.

—Olivia — Anoche estaba tan cansada, que no escuché la alarma esta mañana.

— Scott — Es extraño en ti, siempre has tenido el sueño ligero.

—Olivia — Lo sé, pero ayer tuve mucho trabajo y... Salí a caminar un poco a la playa, para poder relajarme.

—Scott— No sé por qué sigues teniendo esa horrible costumbre.

—Olivia — Sabes que es la única forma que tengo de relajarme, cuando me siento muy estresada.

—Scott — No es correcto que mi mujer salga sola a esas horas.

La reprendió Scott con un tono brusco. Olivia elevó los ojos al cielo con fastidio. Odiaba cuando Scott quería cohibirla, como siempre lo hacía su padre.

—Olivia — Es tarde, tengo que vestirme.

Contestó con molestia.

—Scott — Olivia...

—Olivia — Hablamos más tarde Scott.

—Scott — No cuelgues, mira discúlpame amor. Solamente me preocupa tu seguridad, pero si me prometes que dejaras esa tonta costumbre, yo me quedaré más tranquilo.

—Olivia — Está bien.

Dijo ella para no empezar una discusión.

— Scott — Descansa un rato más, y después preparas tus cosas. Mandaré por ti, para traerte de vuelta.

—Olivia — Scott, sabes que no puedo dejar el trabajo a medias, no es ético.

—Scott — Deja encargado al nuevo director. A ver si demuestra que es más eficiente que Brooks, que lo veo imposible.

—Olivia — Bien, nos vemos más tarde.

Olivia colgó la llamada y se recostó un rato más en la cama, mirando el techo. En su mente revivió la noche anterior, la sensación era extraña y emocionante, tan diferente a lo que sentía con Scott, cuando la tocaba.

Se levantó para darse una ducha y después vestirse. Pero antes de salir de su habitación llamó a la recepcionista.

Andrew estaba terminado de acomodarse la camisa, cuando escucho el golpeteo de la puerta.

—Empleada — Disculpe director, la señora O'Grady dejó un recado para usted.

—Andrew — Gracias.

Andrew tomo el papel y cerro la puerta. Después de leerlo una y otra vez, se burló de sí mismo. Arrugó el papel con enfado y lo aventó a la cama. Ahora tenía un amargo sabor de boca.

Con pasos erguidos, Olivia subió al Jet. Se sentó con elegancia y la mirada llena de soberbia.

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