CAPÍTULO 14 – LA SUSTITUTA

¿Matt?¿Qué sucede? – le preguntó con los ojos llenos de incertidumbre – me estás asustando

Matt se levantó de su escritorio y caminó al de Camille y le entregó la carpeta con los documentos mientras decía

- Parece que encontraron a quién sería tu sustituta

Matt se refería al cambio que habían realizado sus padres, la chica que le mostró en la foto era la verdadera hija de sus padres. Camille se queda impresionada porque es obvio el parecido con sus padres, en cambio ella no se parece mucho a ellos

- Entiendo que esto es una conmoción para ti, debes tomarlo con calma – le dijo Matt

- Lo sé ¿Qué saben de ella?

Matt se sorprendió con la seriedad que abordó el tema, su cambio repentino de ánimo y de carácter lo dejó asombrado. Nunca la había visto así.

- No mucho en realidad, solo su nombre: Ivanna

- ¿Y en dónde está?¿En qué país, ciudad, dirección?

- Tranquila Cam, esa información aún no la conseguimos, pero te aseguro que lo haremos

- Está bien, lo siento. Me exalté por un momento y…

- No debes pedir perdón – él la interrumpió – es normal que tengas éstas emociones y reacciones con respecto al tema. También estamos tratando de averiguar sobre tus padres biológicos – dijo sentándose en el escritorio frente a ella – pero creo que tenemos una buena carnada. Si llegamos a saber dónde está ella, de seguro los encontraremos a ellos.

Camille solo asintió con la cabeza. Matt volvió a su trabajo y ella se puso a lo suyo. Trató de concentrarse en estudiar un poco aunque sea. De vez en cuando se percataba de que Matt la miraba y alguna que otra vez aparecía un té y otra bebida frente a ella, también algo para comer.

Transcurrieron las horas más rápido de lo que les pareció a ambos y entrada en la noche ya Cam empezó a bostezar. Matt le habló

- Vámonos ya – dijo mirando su reloj – es más tarde de lo que creí, debes estar cansada

- La verdad si ¿Y tú no?

- Sinceramente soy de quedarme hasta muy tarde trabajando pero Juan puedo verte así y mucho menos permitirte que te duermas aquí. Así que vamos.

Matt agarró unas dos bolsas que Cam tenía con las cosas que tuvo que buscar y ella le insistió en que quería llevarlas, que seguro no le favorecería a su imagen pero el no cedió y se las llevó, ella lo siguió con su pequeño bolso.

Entraron en el auto y su conductor los llevó a la casa de Matt, que más que casa es una mansión. Él no vive con sus padres, ya hace varios años que se independizó.

Entraron en el hogar de Matt y encontró una chimenea encendida con biblioteca a sus lados, enfrente de ésta un juego de sillones, una alfombra y una pequeña mesa de té de cristal.

La casa estaba adornada en blanco con tonos color verde agua. Cam estaba fascinada con la casa de Matt.

- ¡Wooow! – dijo con completo asombro – es bellísima

Mientras lo decía, miraba a Matt a los ojos con un brillo en los ojos extraordinario, él se quedó pegado a su cara con una sonrisa.

- Vamos, te mostraré tu cuarto. Debes descansar – y le extendió la mano – mañana te la muestro completa si quieres

Ella la tomó y lo siguió de buena gana y sonriente, le asintió con la cabeza. Si que estaba cansada ésta noche.

Entraron a un cuarto decorado igual que el resto de la casa

- Aquí dormirás tú, tienes tu baño privado y un clóset. Allí tal vez encuentres algo si no lo has traído

Cuando mencionó eso, Cam se sintió algo decepcionada. Ella pensaba que él no le haría dormir dónde había traído a sus amantes, porque vamos con el hombre que es, es obvio que ha estado con muchas mujeres. Pero ella pensó que al menos no la haría dormir en ese mismo cuarto.

Ella le asintió con la cabeza y le dijo

- Está bien, es sólo por una noche

Él sintió su reacción y su decepción pero no dijo nada al respecto

- Puedes quedarte el tiempo que desees o necesites – y l brindó una cálida sonrisa

- Hace mucho frío, me daré una ducha

- Está bien, has de cuenta que es tu casa. Al parecer va a llover

Terminó diciendo mientras miraba por el ventanal del balcón, al darse la vuelta para ver a Cam, ella tenía sus brazos enrollados a su cuerpo y los ojos bien abiertos

- ¿Que sucede bonita?

Ella despertó de su trance por cómo le había llamado y cambió su postura pero seguía nerviosa y parecía algo asustada todavía.

- No, no pasa nada. Estoy bien

- Bueno, me iré a mi habitación que está al lado de la tuya. Si necesitas algo solo golpea mi puerta, soy de dormir muy poco – le sonrió y se fue

Camille se quedó un momento estática pero luego reaccionó y fue a ducharse, se cambió y se acostó luego de secarse el pelo. Había comprado un short negro y una remera de tiritas blanca como pijama.

Cuando estaba decidida a dormirse empezó a sentir un ruido que provenía desde el exterior, luego de un momento se dio cuenta que era la lluvia.

“Mientras no truene no hay problema” pensó ella y volvió a acostarse pero en el momento que apoyó la cabeza en la almohada se iluminó todo el cuarto y se sintió un trueno.

Camille saltó de la cama con un grito y con el corazón en la boca, odiaba los truenos, de pequeña le causaban pesadillas sin razón alguna y en la actualidad cada que había truenos, no dormía por más cansada que esté.

Al instante sonó otro trueno y Camille aterrada salió de la habitación en busca de Matt. Entró sin tocar en su recámara y corrió hacia él y lo abrazó.

Matt quedó atónito, la abrazó lentamente y le preguntó

- ¿Qué ha pasado hermosa?

Camille cayó en la cuenta de lo que había echo y salió de su abrazo, el tomó sus manos antes de que ella escapara.

Estaban sentados en la cama de él y Camille se sonrojó hasta la médula, Matt lo notó. Lo estaba mirando, el tenía el torso desnudo y sólo llevaba un bóxer como pijama.

- Lamento molestarte, volveré a mi habitación. De verdad lo siento, yo…

- No creas que te irás tan fácil ¿Le tienes miedo a los truenos?

Un momento de silencio.

- Si – dijo con los ojos bien grandes y vergonzosa agachó la cabeza

- Puedes quedarte aquí ésta noche, no te pasará nada – le agarró el mentón con suavidad e hizo que lo mirara – yo voy a cuidarte – y le dio la sonrisa más cálida que tenía

- Gracias Matt – dijo casi en un susurro y tímidamente.

Se miraron fijamente unos momentos a los ojos y a Matt se le despertaron las ganas de besarla en cuanto vió que Camille se había mordido el labio inferior

- Te he dicho que no hagas eso hermosa – le dijo mientras se acercaba a ella

Matt le rozó los labios, acariciándoselos con sus labios, le pidió entrada y ella accedió. Quería vivir la vida, ya le había sorprendido mucho enterándose de cosas que nunca pensó que podrían llegar a suceder, así que decidió dejarse llevar.

Primero la besó de forma suave y dulce, se separaron por falta de aire, se apoyó en la frente de Camille. Luego de un momento la miró y con un deseo en sus ojos le preguntó

- ¿Qué me estás haciendo? Jamás me había sentido así en mi vida

Ella recordó la habitación en la que quería que se quedara y su cara cambió

- No soy para nada especial Matt, el cuarto en el que estabas dejando que me quedara a dormir, de seguro ha pertenecido a muchas mujeres que te han hecho sentir mucho más que yo – dijo con la cabeza baja y en un susurro

Matt frunció el ceño, no le gustó en absoluto su planteo

- Tienes derecho a dudar de mí, pero te juro por lo que más quiera en éste mundo, que jamás he traído a una mujer a ésta casa. Tú eres la primera. Tuve una relación anterior y no funcionó, pero jamás la he traído a mi casa. De todas maneras esa historia es para otro día.

- Lo siento – dijo en un susurro, pensando que Matt se había enojado – arruiné el momento – finalizó en un tono triste

- Pero ¿Qué dices? No arruinaste nada bella, no pidas perdón. Jamás me he sentido con nadie como me siento contigo

- No volveré a dudar de ti

- Y yo no lo haré de ti – agregó con una sonrisa

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***